Morillon seguir¨¢ en Srebrenica como garant¨ªa de seguridad para la poblaci¨®n
El general Philippe Morillon, jefe de la fuerza de protecci¨®n de la ONU (Uriprofor), no abandonar¨¢ Srebrenica hasta que los serbios garanticen el paso ininterrumpido de la ayuda humanitaria a este enclave musulm¨¢n en Bosnia oriental y hasta que la seguridad de su poblaci¨®n est¨¦ garantizada.As¨ª lo declar¨® tras entrevistarse ayer con el comandante de las fuerzas serbias en Bosnia, Ratko Mladic, que en un principio hab¨ªa condicionado la apertura de un corredor para los convoyes humanitarios a la salida de Morillon de la ciudad. El general franc¨¦s precis¨® que hab¨ªa logrado un alto el fuego por parte serbia y que esperaba para hoy, martes, la llegada de una caravana de ayuda, que despu¨¦s evacuar¨¢ a mujeres y ni?os.
Morillon lleva cuatro d¨ªas en Srebrenica en solidaridad con la hambrienta poblaci¨®n musulmana, asediada desde hace 11 meses por las milicias serbias. El comandante de la Unprofor en Bosnia entr¨® la semana pasada, tras largas negociaciones, en el enclave musulm¨¢n para conocer de cerca la situaci¨®n de la asediada ciudad. Prometi¨® volver la misma noche, pero no lo hizo. Primero, las autoridades musulmanas locales impidieron su salida, explica Laurence Jolles, del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Belgrado, quien acompa?¨® a Morillon en su misi¨®n y abandon¨® el enclave el domingo por la tarde.
Luego, seg¨²n Jolles, las autoridades dejaron salir al general, pero 1.500 civiles, mujeres y ni?os, le rodearon suplic¨¢ndole que se quedara y les ayudara. Morillon decidi¨® izar la bandera de la ONU en el edificio de Correos, donde instal¨® su oficina, y prometi¨® proteger a la poblaci¨®n desesperada.
Incre¨ªble en el siglo XX
"He visto las escenas que jam¨¢s pude imaginar que existieran en el siglo XX", dice Jolles, al describir c¨®mo miles de civiles, refugiados en los pueblos cercanos, duermen a la intemperie, sobre la nieve, calent¨¢ndose con peque?as fogatas. "El sistema de organizaci¨®n civil se hundi¨®" y s¨®lo los m¨¢s fuertes consiguen los paquetes de la ayuda norteamericana que caen con precisi¨®n desde los aviones. No existe sistema de distribuci¨®n.La poblaci¨®n en Srebrenica se duplic¨® debido al flujo constante de agricultores que hu¨ªan ante el avance serbio en sus pueblos. Morillon exigi¨® el cese de la ofensiva serbia, la llegada de los observadores de la ONU, el paso libre para los convoyes y los helic¨®pteros para evacuar a los heridos. El comandante de Uriprofor en la antigua Yugoslavia, el general Eric-Lars Wah¨ªgran, apoy¨® al general franc¨¦s.
La presencia de Morillon en Srebrenica disuadi¨® al Ej¨¦rcito serbio de la nueva ofensiva, pero las autoridades han sellado la zona para la prensa. Ni siquiera permiten la circulaci¨®n en Serbia por la carretera que bordea la ribera del r¨ªo Drina, frontera natural entre Serbia y Bosnia.
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