Un nuevo h¨¦roe para casi toda Francia

Francia cuenta con un nuevo h¨¦roe nacional. Desde hace cinco d¨ªas, sus medios audiovisuales conectan en directo con una radio de campa?a de Srebenica, un territorio donde 75.000 musulmanes bosnios sobreviven asediados por las fuerzas serbias, Desde all¨ª habla el general Philippe Morillon. Su voz llega lejana., met¨¢lica y entrecortada por ruidos par¨¢sitos. Repite el general que est¨¢ en Srebenica por voluntad propia y que no se ir¨¢ hasta que los serbios permitan que la poblaci¨®n civil reciba ayuda humanitaria. "No soy ni un prisionero ni un reh¨¦n ni un escudo", afirma Morillon. "He dado mi palabra de que no me ir¨¦ hasta resolver esta situaci¨®n y pienso cumplirla".El beau geste de Morillon ha desplazado a la campa?a electoral en el inter¨¦s de sus compatriotas. Otro veterano de las guerras balc¨¢nicas, Bernard Kouchrier, ministro de Sanidad y Acci¨®n Humanitaria, salud¨® ayer "la injerencia, el coraje, la determinaci¨®n y el panache " del general. Panache es una palabra casi intraducible. Oficialmente quiere decir brillo o lustre, pero su sentido en la conciencia nacional francesa es mucho m¨¢s profundo. Cyrano de Bergerac es el prototipo literario del panache; De Gaulle tradujo hist¨®ricamente el panache al negarse en 1940 a aceptar la capitulaci¨®n ante Alemania.

Como le encanta nadar contra corriente, Jean-Marie Le Pen adopt¨® el papel de abogado del diablo y denunci¨® "el delirio medi¨¢tico y el ¨¦nfasis pol¨ªtico que intentan presentar al general Morillon como un nuevo Bayard o un nuevo Duguesclin "El trabajo de este militar", a?adi¨® el ultraderechista, "consiste en combatir y no veo nada extraordinario en que haya decidido compartir la suerte de millares de civiles asediados".

Le Pen acert¨® en los personajes citados. Bertrand Duguesclin fue condestable de Francia en la segunda mitad del siglo XIV. Luch¨® contra los ingleses, combati¨® en Castilla al lado de Enrique Trastamara y fue enterrado con honores nacionales en Saint-Denis. Pierre Terrail, se?or de Bayard, fue un guerrero franc¨¦s de comienzos del siglo XVI que se gan¨® en las campanas de Italia el sobrenombre de "el caballero sin miedo y sin reproche".

El senador gaullista Charles Pasqua sali¨® al paso de estos comentarios. "Hay tan poca gente en nuestra ¨¦poca que se tome por Duguesclin o Bayard, que uno s¨®lo puede reaccionar con satisfacci¨®n cuando aparece alguien de este linaje", dijo. Esta vez, la izquierda estuvo de acuerdo. Morillon, seg¨²n el socialista Jean-Pierre Ch¨¦v¨¦nement, es un "hombre realista y buen conocedor de la complejidad del drama yugoslavo, cuyo verdadero coraje no es s¨®lo f¨ªsico, sino sobre todo intelectual y moral". El general, afirm¨® el comunista Georges Marchais, "tiene una actitud ejemplar ante la que hay que quitarse el sombrero".

Morillon, de 58 a?os de edad, es un militar at¨ªpico. Sus compa?eros le consideran tanto un intelectual como un hombre de acci¨®n y elogian su valent¨ªa y su sinceridad. El general estudi¨® en la academia de SaintCyr, hizo la guerra de Argelia y ha pasado los -¨²ltimos 20 a?os en puestos de uno y otro lado del r¨ªo Rin. Habla franc¨¦s, ingl¨¦s y alem¨¢n y es un especialista en la guerra de blindados. Apenas anunciada la creaci¨®n de la Unprofor, Morillon se present¨® voluntario para incorporarse a ese contingente de cascos azules destinados a Bosnia. Como jefe de la Uriprofor, Morillon denuncia sistem¨¢ticamente cada vez que uno de los bandos "hace trampas".