Los l¨ªmites de la metadona y la c¨¢rcel
Los participantes en el congreso de Rotterdam sobre los efectos adversos de las drogas han se?alado que la distribuci¨®n gratuita de metadona entre los drogadictos que tratan de abandonar sus h¨¢bitos ha dado hasta ahora buenos resultados. Sin embargo, sus efectos positivos desaparecen cuando no va acompa?ada de apoyo sanitario y psicol¨®gico. La metadona, que combate el s¨ªndrome de abstinencia y ayuda a reducir progresivamente la adicci¨®n, 11 no es un milagro, sino una herramienta que no puede sustituir otras formas de ayuda", seg¨²n ha se?alado en Rotterdam. Michel Hautefeuille, director de un centro de desintoxicaci¨®n abierto en Val d'Oise (Francia).Para su colega norteamericano, John Ball, lo mejor de la metadona es aprender a dosificarla. Ball la compar¨® con la insulina administrada a los diab¨¦ticos: "Demasiada es nociva; pero muy poca no sirve para nada". De los estudios efectuados en su centro de investigaci¨®n de Baltimore (EE UU) se desprende que el tratamiento con metadona reduce tanto la drogadicci¨®n por v¨ªa intravenosa como el crimen asociado a ella. De todos modos, diez meses despu¨¦s de interrumpir el tratamiento, el 80% de los pacientes tratados consum¨ªa de nuevo drogas duras.
La mayor¨ªa de los especialistas presentes en Holanda reconocieron que administrar jeringuillas est¨¦riles no deber¨ªa considerarse un delito. Combaten, por ejemplo, la propagaci¨®n del sida entre los toxic¨®manos.
En cuanto a la c¨¢rcel, nadie la consider¨® el lugar ideal para iniciar una aut¨¦ntica cura de desintoxicaci¨®n. M¨¢s bien todo lo contrario. De la conferencia se deduce que drogadicto y traficante no pueden ser tratados de la misma forma. El primero necesita ayuda. El segundo debe ser perseguido y castigado.
Sobre los efectos de la coca¨ªna, las intervenciones resultaron menos pol¨¦micas. Un concejal del Ayuntamiento de Rotterdam la calific¨® de droga de dos caras; ya que muchos cocain¨®manos que la esnifan durante a?os de forma espor¨¢dica apenas desarrollan adicci¨®n y, sin embargo, otros se la inyectan o la fuman despu¨¦s de hervirla con amoniaco (crack) y pasan de una corta euforia a la paranoia y las depresiones.
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