El congreso internacional de toxicoman¨ªa aconseja el consumo 'seguro' de drogas para combatirlas
Hay que aceptar como algo inherente a la sociedad actual la presencia del usuario de drogas legales (alcohol) e ?legales (coca¨ªna, hero¨ªna). Instruir para que se haga un consumo seguro puede convertirse en la mejor forma de combatir la drogadicci¨®n misma y la mejor herramienta para los expertos que luchan contra los da?os personales, familiares y sociales de la toxicoman¨ªa. Con esta conclusi¨®n acaba de clausurarse en Rotterdam (Holanda) la IV Conferencia Internacional para la reducci¨®n de los efectos adversos de la droga.
Ninguno de los 800 participantes del encuentro, llegados de 40 pa¨ªses, trat¨® de frenar la lucha contra el tr¨¢fico internacional de drogas. Sin embargo, el consumo se lig¨® m¨¢s a la rehabilitaci¨®n del drogadicto y sus ventajas para el entorno que al simple intento de apartarlo de ellas. John Ball, miembro del Centro de Investigaci¨®n sobre la Adicci¨®n de Baltimore (EE UU), demostr¨® que los tratamientos continuados con metadona reducen tanto el consumo de drogas intravenosas como el crimen asociado a su adquisici¨®n.Los expertos han coincidido en se?alar en Rotterdam que lo que necesita el drogadicto es ayuda y no penas de c¨¢rcel. Para ello hay que aunar los esfuerzos de asistentes sociales, polic¨ªa y los propios consumidores de droga.
Entre los ejemplos ofrecidos destacan los programas para drogadictos que delinquen y optan por ingresar en un centro de desintoxicaci¨®n en vez de cumplir condena en prisi¨®n. La ciudad holandesa ha sido una de las primeras en incorporar pabellones de tratamiento a los centros de detenci¨®n. El ingresado debe someterse a an¨¢lisis peri¨®dicos de orina para comprobar que ya no usa drogas. Los cursillos de reintegraci¨®n social, deporte, trabajo manual o yoga pueden ser seguidos de forma voluntaria. Una vez transcurrido el plazo de la pena impuesta por el juez, regresa a la vida cotidiana.
Aprovechar al propio drogadicto como intermediario para emitir mensajes preventivos tambi¨¦n fue presentado como un ejercicio alentador. Pueden ofrecer informaci¨®n acerca de los riesgos del uso comunitario de jeringuillas dentro de sus propios c¨ªrculos. Tambi¨¦n es posible animar as¨ª la pr¨¢ctica del sexo seguro entre grupos de seropositivos. Aunque estos intentos se encuentran a¨²n en fase de experimentaci¨®n, los primeros resultados mostrados en Holanda fueron muy positivos para los asistentes sociales.
La pol¨¦mica del '¨¦xtasis'
Una de las situaciones m¨¢s preocupantes la presenta ahora el centro y este de Europa. Sus redes sanitarias no est¨¢n a¨²n preparadas para enfrentarse a grupos cada vez m¨¢s numerosos de drogadictos que adquieren los productos fuera del pa¨ªs y padecen sus efectos en casa. Tampoco la asistencia social se ha desarrollado all¨ª lo suficiente como para ayudar a sus familias.
La mayor pol¨¦mica del congreso ha sido la intervenci¨®n del cient¨ªfico norteamericano Alexander Shulgin, experto en la investigaci¨®n de sustancias psicoactivas como el ¨¦xtasis. En su ponencia dijo que la toxicidad de esta droga es "mucho m¨¢s suave" que la del alcohol, tabaco, hero¨ªna o coca¨ªna. Shulgin sostiene que productos como ¨¦ste pueden servir para estudiar la mente, "porque distorsionan o refuerzan sus funciones". Aunque no neg¨® los casos mortales registrados en EE UU y el Reino Unido tras el consumo de ¨¦xtasis, matiz¨® que los adolescentes fallecidos hab¨ªan consumido tambi¨¦n otras cosas y, sobre todo, hab¨ªan bailado largas horas en espacios con poco ox¨ªgeno.
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