La desorientaci¨®n de Oriente
Los pa¨ªses del Este buscan con escasos medios econ¨®micos pol¨ªticas culturales propias
La ca¨ªda de los reg¨ªmenes de socialismo real en Europa ha dejado al descubierto huecos en las estanter¨ªas de las grandes bibliotecas p¨²blicas. Los vac¨ªos se extienden a las artes pl¨¢sticas, cuya vanguardia pereci¨® en la hoguera del realismo socialista. Los m¨²sicos de las grandes orquestas han cambiado su selectiva condici¨®n de disidentes pol¨ªticos por la m¨¢s prosaica y masiva de emigrantes econ¨®micos. Todos estos d¨¦ficit son abordados en el Comit¨¦ de Cultura del Consejo de Europa occidental preocupada por la oriental sea la de los mercaderes.
"En el Consejo de Europa todos son iguales", explica Raymond Weber, responsable de la Direcci¨®n de Cultura, Educaci¨®n y Deportes del citado organismo. Delegados de Albania, Croacia, Rep¨²blica Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Rusia, Eslovaquia, Eslovenia u observadores como Bielorrusia y Ucrania acuden a la sede del Consejo de Europa, en Estrasburgo, en busca de asesoramiento y orientaci¨®n. "Quieren ayuda en sus problemas legislativos -como patrimonio y derechos de autor- y formaci¨®n cultural", a?ade Weber. "Muchos de estos pa¨ªses nos preguntan c¨®mo articular un ministerio de cultura", subraya el director del citado departamento, quien agrega que la situaci¨®n es catastr¨®fica: se mira con recelo todo lo que haga el Estado. "Antes la cultura era ideolog¨ªa y cualquier intervenci¨®n del Gobierno en cultura es vista como algo anormal", dice Weber.La participaci¨®n del Estado resucita con frecuencia viejos fantasmas. Es todav¨ªa reciente el recuerdo vivido del s¨®rdido palacio de los sue?os, con el que el escritor alban¨¦s Ismael Kadar¨¦ quer¨ªa retratar a los polic¨ªas de escrutadores de las conciencias. "Los Gobiernos tienden a creer que la cultura debe estar cerca y ello quiere decir estar a su servicio", dice Kirill Razlogov, delegado ruso para temas culturales ante el Consejo de Europa. "Si no pueden utilizar la cultura, ¨¦sta ya no les interesa y entonces deciden prescindir de la cultura", a?ade el ruso. La prueba de este hecho es que entre los pactos suscritos por la Comunidad Europea y Rusia no hay ninguna menci¨®n a temas culturales, agrega Razlogov.
La econom¨ªa de mercado ha llegado del Atl¨¢ntico a los Urales. "Pero no podemos competir con los sueldos de Occidente", asegura el delegado ruso, que dirige el Instituto de Investigaci¨®n Cultural de Mosc¨². "Es imposible pagar un sueldo superior a los 40 d¨®lares mensuales a un m¨²sico", subraya Razlogov. En la nueva situaci¨®n el ¨²nico producto cultural homologable con Occidente son los grupos de rock.
"En el terreno de la cultura de masas, el cine er¨®tico est¨¢ haciendo estragos", manifiesta el delegado ruso. La actriz Sylvia Kristel arrasa entre los espectadores rusos, al igual que libros de autores como Jacqueline Susan.
Ylljet Ali?ka, responsable del Ministerio de Cultura de Tirana, dice: "No podemos hablar de cultura mientras falte el pan, a pesar de que Albania haya pasado sequ¨ªa intelectual; hemos tenido una dictadura comparable a la de Corea del Norte; Cuba, a nuestro lado, era un pa¨ªs democr¨¢tico".
Iconos que desaparecen
El nuevo Gobierno de Tirana ha debido empezar m¨¢s desde abajo que sus hom¨®logos del Este. Hay una aut¨¦ntica explosi¨®n de las artes pl¨¢sticas, mientras los iconos desaparecen de iglesias y museos. Se recupera a autores malditos. Shakespeare sube al escenario del teatro nacional gracias a su Ricardo III una obra considerada sin duda intrigante por Enver Hoxa, que gobern¨® con mano de hierro Albania desde el fin de la II Guerra Mundial."El Gobierno actual subvenciona la traducci¨®n de algunos autores considerados anteriormente reaccionarios", asegura Ylljet Ali?ka, quien sin inmutarse coloca en el pelot¨®n de traidores al socialismo a Franz Kafka, Federico Garc¨ªa Lorca, Andr¨¦ Gide y George Orwell.
En el terreno de las bibliotecas, la Direcci¨®n de Cultura del Consejo de Europa tiene proyectos muy trabajados. Raymond Weber, responsable de esta ¨¢rea, habla de un programa que prev¨¦ que cada gran biblioteca occidental se hermane con una oriental, un programa que contar¨ªa con el apoyo de la Comunidad Europea. Se trata de cubrir vac¨ªos de autores que durante d¨¦cadas han sido ignorados.
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