Todas las luces se encendieron en la Casa Blanca de Mosc¨²

La Casa Blanca de Mosc¨², basti¨®n de la resistencia contra los golpistas en agosto de 1991 y hoy sede del Parlamento hostil al l¨ªder ruso Bor¨ªs Yeltsin, encendi¨® todas sus luces ayer por la noche y se inund¨® de dirigentes y pol¨ªticos contrarios al decreto presidencial, que califican de anticonstitucional.Valeri Zorkin, el jefe del Tribunal Constitucional, apareci¨® ante la prensa junto con el vicepresidente de la Rep¨²blica, Alexander Rutsk¨®i, el fiscal general, Valent¨ªn Stepankov, y la mesa del Parlamento para criticar las medidas tomadas por Yeltsin. Zorkin, quien ha mediado en el conflicto entre el Ejecutivo y el Legislativo desde diciembre, relat¨® sus infructuosos esfuerzos por hablar con el presidente.

"Los ¨²ltimos tres d¨ªas he intentado hablar con Yeltsin por todos los medios, pero no respond¨ªa a su tel¨¦fono directo. Cuando trat¨¦ de llegar a ¨¦l a trav¨¦s de sus asesores, tampoco lo consegu¨ª. Despu¨¦s de enterarnos de lo que pensaba decir, ayer al mediod¨ªa exig¨ª a su ayudante que me pusiera con el presidente, pero me dijeron que ¨¦ste no ten¨ªa tiempo para hablar conmigo", declar¨® Zorkin, quien decidi¨® escribirle una carta.

"El decreto congela los principales principios de la Constituci¨®n, con todas las consecuencias que se derivan para usted. Semejantes acciones no s¨®lo no contribuyen a resolver la crisis de poder, sino que conducen a una mayor desestabilizaci¨®n de la sociedad, empujan al pa¨ªs en la vor¨¢gine de la confrontaci¨®n y la desintegraci¨®n", dice Zorkin en su carta a Yeltsin.

Sin embargo, el diputado Sergu¨¦i Kovaliov, conocido defensor de los derechos humanos, piensa que el presidente ha realizado una buena jugada. "Ha hecho su movimiento sin sacar los carros de combate, y ahora es al Parlamento el que mueve: compromiso o agresi¨®n. Quien elija la agresi¨®n tiene m¨¢s posibilidades de perder", dijo Kovaliov.