El S¨®viet Supremo ruso convoca para ma?ana al Congreso para debatir la destituci¨®n de Yeltsin
El presidente de Rusia, Bor¨ªs Yeltsin, consigui¨® ayer burlar la ilegalidad constitucional, al hacer desaparecer como por arte de magia el "r¨¦gimen especial de direcci¨®n" que hab¨ªa anunciado el s¨¢bado para incrementar su control sobre la situaci¨®n pol¨ªtica en el pa¨ªs. El malabarismo presidencial no consigui¨®, sin embargo, satisfacer al S¨®viet Supremo de Rusia, que convoc¨® para ma?ana viernes un Congreso extraordinario donde se plantear¨¢ el cese de Bor¨ªs Yeltsin. Esta convocatoriaqued¨® ratif¨ªcada tras quedar en suspenso unas horas, mientras los principales actores del drama el jefe del Parlamento, Rusl¨¢n Jasbul¨¢tov, el presidente del Tribunal Constitucional, Valeri Zorkin, y Yeltsin-, se reun¨ªan en el Kremlin.
Cuando Jasbul¨¢tov, con el gesto contrariado, volvi¨® a la Casa Blanca, la sede del Parlamento, todo qued¨® claro: la m¨¢quina del enfrentamiento segu¨ªa su curso y el S¨®viet Supremo se ratific¨® en su decisi¨®n. Poco tiempo despu¨¦s, el presidente mand¨® un mensaje al Parlamento en el que subrayaba la necesidad de que todos los ¨®rganos de poder fueran confirmados por el pueblo.Contra viento y marea, el presidente sigue empe?ado en someterse a un plebiscito el 25 de abril, tal como revel¨® ayer, al difundir, por fin, el texto del decreto anunciado en su intervenci¨®n televisiva del s¨¢bado. De este modo, Yeltsin espera obtener de nuevo la legitimaci¨®n popular por encima de las ca¨®ticas y bizantinas discusiones basadas en la Constituci¨®n, un texto de origen sovi¨¦tico y lleno de remiendos, que no sirve a los proyectos de reforma presidenciales.
Entre las duras palabras que Yeltsin pronunci¨® el d¨ªa 21 de marzo y el texto del decreto hay grandes diferencias, pero lo esencial -el plebiscito- se mantiene en el documento oficial, que lleva la fecha del 24 de marzo. Esto demuestra que Yeltsin esper¨® a ver c¨®mo reaccionaba el Tribunal Constitucional antes de publicar el decreto que dijo haber firmado el 21.
La enigm¨¢tica f¨®rmula de r¨¦gimen especial de direcci¨®n", inexistente en la legislaci¨®n rusa, dej¨® paso a una expresi¨®n tan neutra como "decreto sobre las actividades de los ¨®rganos ejecutivos hasta que se supere la crisis de poder".
Si se compara el decreto con los borradores que se filtraron antes, Yeltsin ech¨® a la papelera aproximadamente la mitad de lo que quer¨ªa decir. Al cesto de los papeles fueron a parar las dudas sobre la legitimidad de los ¨®rganos federales del poder, las acusaciones de inconstitucionalidad contra el Congreso de los Diputados y el intento de arrastrar al vicepresidente, Alexandr Rutsk¨®i, a un plebiscito no deseado por ¨¦ste. Yeltsin ha renunciado tambi¨¦n a formular una sola pregunta para tres temas distintos: la confianza en el presidente, la nueva Constituci¨®n y una nueva ley de elecciones.
Reuni¨®n sin ¨¦xito
La reuni¨®n que ayer mantuvieron los m¨¢ximos dirigentes del Estado dif¨ªcilmente pod¨ªa haber acabado en compromiso, teniendo en cuenta el ultim¨¢tum de ocho puntos presentado por Jasbul¨¢tov al presidente. El jefe del Parlamento quer¨ªa, entre otras cosas, un Gobierno de coalici¨®n, la supresi¨®n del cargo de jefes de administraci¨®n (gobernadores provinciales que dependen del presidente) y la clausura del Centro de Informaci¨®n Federal. En palabras de Jasbul¨¢tov, esta instituci¨®n, que dirige Mija¨ªl Poltaranin, un fiel aliado de Yeltsin, "fomenta la guerra civil".
La posibilidad de que el Congreso cese al presidente es dudosa. Para hacerlo, necesita dos tercios de los votos, y la oposici¨®n est¨¢ dividida. Los centristas apuestan m¨¢s bien por una modificaci¨®n constitucional que permitiera al presidente y al Parlamento disolverse mutuamente y convocar nuevas elecciones. Para muchos de ellos, el cese es un recurso alternativo. Pero la oposici¨®n irreconciliable (nacionalistas y procomunistas) apuesta por esta carta.
Los protagonistas de la crisis pol¨ªtica en Rusia est¨¢n desencadenando fuerzas imprevisibles. La ¨²ltima de ellas es la de los cosacos, miles de personas que se consideran herederos de la legendaria instituci¨®n rusa. Los cosacos han sido integrados en el Ej¨¦rcito y han recibido poder de autogesti¨®n, gracias a un reciente decreto de Bor¨ªs Yeltsin.
Los cosacos de Rostov sobre el Don organizaron un gobierno provisional en la zona del sur de Rusia el martes por la noche. Ramaz¨¢n Abdulat¨ªpov, presidente del Soviet de las Nacionalidades, se mostr¨® ayer inquieto y se?al¨® que el decreto de Yeltsin sobre los cosacos puede "resucitar la guerra" con la poblaci¨®n aut¨®ctona del C¨¢ucaso.
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