"La mano de Pakist¨¢n est¨¢ tras los atentados de Bombay"
Pakist¨¢n se ha convertido en la gran obsesi¨®n del l¨ªder del Partido Bharatiya Janata (BJP), Lal Krishna Advani. Al vecino pa¨ªs se le culpa de la gran mayor¨ªa de los males que padece India, desde el terrorismo sij, a las revueltas de Cachemira por lograr el refer¨¦ndum sobre su futuro prometido cuando la partici¨®n en India y Pakist¨¢n, en 1947. Tambi¨¦n Advani ve tras los 13 atentados con bomba que hace dos semanas sembraron Bombay de muertos y heridos la mano de Pakist¨¢n y no el odio que caus¨® la muerte, en enero pasado, de centenares de musulmanes a manos de los extremistas hind¨²es, con la connivencia de la polic¨ªa, en su absoluta mayor¨ªa hind¨².
ENVIADA ESPECIAL Todos los intentos de Advani por demostrar que el Partido Bharatiya Janata es una organizaci¨®n pol¨ªtica moderada se vinieron abajo cuando el 6 de diciembre pasado las hordas hind¨²es arrasaron la mezquita de Ayodhya. Los posteriores disturbios entre musulmanes e hind¨²es provocaron m¨¢s de 1.000 muertos, pero mucho m¨¢s grave fue la meticulosidad con que el Shiv Sena, brazo derecho del BJP en el puerto m¨¢s importante de India, prepar¨® el ataque a la comunidad musulmana que padeci¨®, un mes m¨¢s tarde, los m¨¢s horribles asesinatos. "Si se tratase de alguna frustraci¨®n local las bombas las habr¨ªan puesto en los edificios del Gobierno o en los nuestros", afirma Advani.
En una larga entrevista celebrada en el despacho que tiene en la Lok Sabha (C¨¢mara baja), como l¨ªder de la oposici¨®n parlamentaria, Advani asegura a EL PA?S que el BJP pretende que musulmanes e hind¨²es vivan mejor y rechaza que los ultranacionalistas hind¨²es de los partidos RSS y VHP -ilegalizados tras los disturbios de la mezquita de Ayodhya- sean antimusulmanes como sus mismos miembros declaran.
"No quiero que India sea una copia hind¨² de Pakist¨¢n", dice para dar ¨¦nfasis al secularismo del BJP y a su oposici¨®n a la creaci¨®n de un Estado teocr¨¢tico. Para colmo, en su opini¨®n, "la mano de Pakist¨¢n est¨¢ tras los atentados" con bomba que, hace dos semanas, causaron cerca de 300 muertos en Bombay.
Pocos entre los 870 millones de indios se creen estas palabras de Advani, empezando por la misma base de su propia plataforma pol¨ªtica, el BJP, que ha hecho de la religi¨®n su estandarte. De hecho, muchos miembros de la burgues¨ªa que apoyaron en sus inicios durante la d¨¦cada pasada al BJP por ser un partido conservador moderado frente al socializante Partido del Congreso que gobierna India desde la independencia, se han visto obligados a dejar sus filas ante una religiosldad militante que no comparten.
Sin embargo, para Advani lo que es "inadmisible" es que en nombre del secularismo de la Constituci¨®n india se obligue a la mayor¨ªa del pa¨ªs a disculparse por ser hind¨². "Esto es lamentable y es lo que ha llevado a muchos hind¨²es a seguirme", a?ade.
Cientos de dioses
"La sociedad tradicional hind¨² no tiene un solo Dios, sino cientos de ellos", destaca Advani mientras las bases del BJP elevan al mitol¨®gico guerrero Ram, que supuestamente naci¨® donde se enclavaba la mezquita de Ayodhya, a presidir la vida cultural, pol¨ªtica y religiosa de India.
Ram puede verse como el rey ideal o el padre ideal, aunque la mayor¨ªa de los hind¨²es lo veneran como la reencarnaci¨®n de Dios. Es el s¨ªmbolo cultural de hind¨²es, musulmanes, cat¨®licos o parsis porque es un s¨ªmbolo de la cultura india, como dijo el mismo Rajiv Gandhi". (El l¨ªder del Partido del Congreso, para frenar la fuga de votos de religiosos hind¨²es hacia el BJP, se hizo llamar dos a?os antes de su asesinato en mayo de 1991, Ram Rajiv).
"No es religi¨®n, no es religi¨®n", insiste una y otra vez Advani, "lo que nosotros defendemos es la elaboraci¨®n de un C¨®digo Civil moderno y progresista que est¨¦ por encima de las leyes de todas las religiones que conviven en India y que obligue a todos por igual".
Para Advani, si a¨²n no ha logrado elaborarse un C¨®digo Civil en India no es por la amenaza de un pu?ado de integristas musulmanes, sino porque "todos los partidos pol¨ªticos del pa¨ªs est¨¢n preocupados por sus programas electorales y no por el inter¨¦s de la naci¨®n". El l¨ªder del BJP asegura que los musulmanes m¨¢s cultos rechazan a los integristas que s¨®lo quieren ser guiados por la shar¨ªa (ley cor¨¢nica) y que son quienes han provocado el estancamiento econ¨®mico y cultural de su comunidad.
Alma simple
Tranquilo, sin la agresividad que en una anterior entrevista realizada durante la campa?a electoral de 1991 casi le lleva a obligarme a bajar de su autom¨®vil, Advani desmiente que prometiera al primer ministro Narasimha Rao que impedir¨ªa la destrucci¨®n de la mezquita de Ayodhya, pero asegura que ¨¦se es "el ¨²nico" monumento musulm¨¢n cuyo traslado exig¨ªa el BJP. Radicales hind¨²es -"no son extremistas, tienen un alma muy simple", matiza Advani- creen que otras tres mezquitas, entre ellas la gran mezquita de Nueva Delhi, est¨¢n sobre templos hind¨²es y deben ser destruidas.
"Lo que a m¨ª me preocupa no es eso, sino el bienestar de los musulmanes, su educaci¨®n y el sacarlos de la pobreza", dice Advan?, que se niega a considerar que ha sido la marginaci¨®n la que ha llevado a algunos musulmanes al establecimiento en las grandes ciudades de aut¨¦nticas mafias dedicadas a la extorsi¨®n, el bandidaje y el control del mercado negro.
Esta minor¨ªa india de unos 100 millones de personas est¨¢ mucho m¨¢s atrasada que la mayor¨ªa hind¨² y un alto porcentaje est¨¢ sumido en la miseria.
"La corrupci¨®n de la pol¨ªtica india no debe de analizarse desde un ¨¢ngulo musulm¨¢n o hind¨², aunque es cierto que cuando Pakist¨¢n interfiere en nuestros asuntos internos escoge a ese tipo de elementos", concluye Advani para implicar tambi¨¦n a sus vecinos en la explosi¨®n ocurrida en Calcuta hace una semana a consecuencia de que accidentalmente estall¨® el arsenal que un mafioso musulm¨¢n ten¨ªa en los bajos de su edificio. Cerca de 80 personas perdieron la vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.