Gesto popular y espect¨¢culo
LA ACTITUD de Jos¨¦ Borrell en el Congreso de los Diputados el pasado mi¨¦rcoles pudo ser una torpeza, pero no justifica la reacci¨®n del Grupo Popular de abandonar el Pleno del Congreso, ante el que comparec¨ªa el ministro de Transportes y Obras P¨²blicas para responder a una interpelaci¨®n de ese mismo grupo sobre las supuestas comisiones pagadas para la adjudicaci¨®n del tren de alta velocididad (AVE). Un asunto tan preocupante o m¨¢s que los otros esc¨¢ndalos supuestamente relacionados con la, financiaci¨®n ilegal de los partidos que fueron evocados en el debate, y que sin duda exig¨ªa una explicaci¨®n detallada del Gobierno.El presidente de la C¨¢mara concedi¨® un descanso de 15 minutos, atendiendo, seg¨²n aclar¨® posteriormente, a una petici¨®n del propio ministro, que llevaba tres horas respondiendo a preguntas e interpelaciones de la oposici¨®n. Durante ese descanso, Borrell ofreci¨® una conferencia de prensa y eso indign¨® a los populares, que decidieron abandonar el hemiciclo con el argumento de que la presidencia supeditaba sus decisiones a la voluntad del Gobierno.
El descanso estaba justificado. Convocar la conferencia de prensa fue una indelicadeza. Pero no mayor que la del portavoz popular al convocar la suya mientras interven¨ªan los representantes de los dem¨¢s partidos de la oposici¨®n. En todo caso, se trata de un episodio que en manera alguna justifica una reacci¨®n tan extrema. Que el primer partido de la oposici¨®n abandone el Parlamento es un gesto cargado de connotaciones. ¨²ltimamente, tan s¨®lo los parlamentarios de Herri Batasuna lo han utilizado, con la intenci¨®n evidente de hacer patente su rechazo de una instituci¨®n cuyas reglas de juego no aceptan. El PNV se ausent¨® durante meses en tiempos de Su¨¢rez. Ha habido alg¨²n episodio similar en determinados Parlamentos aut¨®nomos. Pero el PP (o AP) no lo hab¨ªa hecho nunca.
Ese car¨¢cter excepcional acent¨²a la carga deslegitimadora del gesto: "V¨¢monos, esto no tiene arreglo". El espect¨¢culo, visto por televisi¨®n, y despu¨¦s de haber o¨ªdo al portavoz popular vincular al presidente del Gobierno con las supuestas comisiones ilegales, no puede resultar m¨¢s desmoralizador. Pero, a la ma?ana siguiente, algunos a los que se les nota encantados cada vez que hablan del descr¨¦dito de las instituciones proclamar¨¢n que, "ante semejante espect¨¢culo", la ¨²nica salida es convocar elecciones ya. Profec¨ªa autocumplida: la deslegitimaci¨®n provocada por un gesto irresponsable hace inaplazable la adopci¨®n de medidas dr¨¢sticas. Que es lo que quer¨ªan demostrar.
Si el estilo de los programas televisivos cara al p¨²blico se traslada al Parlamento podemos despedirnos de escuchar una idea en el hemiciclo. En cambio oiremos muchas frases superlativas, demag¨®gicas, de esas que son tan celebradas en tales programas, y presenciaremos muchos gestos vanos. Son muy populares.
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