El reencuentro de Argentina y Espa?a
FRANCISCO J. SAFONTLa mejora de la econom¨ªa argentina, gracias a la pol¨ªtica dise?ada por el Gobierno de Menem, es evidente, en opini¨®n del autor que considera que no aprovechar esta coyuntura aumentando las relaciones comerciales con Argentina ser¨ªa despilfarrar una oportunidad ¨²nica de repercusiones negativas importantes para ambos pa¨ªses.
Argentina no ha sido nunca un pa¨ªs lejano de Espa?a, a pesar de que a los dos pa¨ªses les separen miles de kil¨®metros y exista un oc¨¦ano de por medio. Una disecci¨®n de la demograf¨ªa actual del pueblo argentino pondr¨ªa de manifiesto la participaci¨®n sobresaliente de ciudadanos cuyas ra¨ªces familiares descansan en Espa?a. Pero aun siendo as¨ª, el conocimiento profundo de Argentina por parte de los espa?oles ha sido m¨¢s bien elemental y sesgado. Hoy esta situaci¨®n est¨¢ variando con gran celeridad.A diferencia de lo que acontec¨ªa hace algunas d¨¦cadas, los espa?oles que ahora se trasladan a Argentina no lo hacen en busca de un empleo, sino que pretenden el desarrollo de un proyecto empresarial o bien ostentan la representaci¨®n de empresas en cuyos cuadros militan, como directivos o t¨¦cnicos. Esta variaci¨®n cualitativa es la que contribuye a que la identidad de Argentina se perciba con mayor nitidez, con mayor objetividad.
La riqueza potencial que atesora Argentina fue siempre conocida, valorada y admirada. Quiz¨¢ por esta misma raz¨®n re sultaba dif¨ªcil comprender, los motivos por los cuales un pa¨ªs con tantos recursos econ¨®micos no encontraba el camino para situarse en el lugar que, en justicia, le correspond¨ªa en el firmamento internacional. Y todo ello a¨²n resultaba m¨¢s incomprensible cuando el elemento determinante de todo desarrollo y progreso, la calidad, del factor humano, exist¨ªa, incluso cuantitativamente.
Elemento clave
El tiempo y la historia est¨¢n demostrando que el elemento clave que Argentina necesitaba radicaba en dos puntos: el encuentro de su identidad social y pol¨ªtica, por una parte, y la conciencia popular de que la superaci¨®n de sus problemas econ¨®micos exigian una planificaci¨®n econ¨®mica a medio plazo basada en criterios de austeridad y de rigurosa administraci¨®n de los recursos. Faltan todav¨ªa tres a?os para que el equipo de gobierno que preside Carlos Menem termine su mandato, pero, por el momento, la mejora de Argentina, en toda la extensi¨®n que el t¨¦rmino permite, es evidente, y as¨ª se reconoce en los foros internacionales.
La austeridad y el rigor de la pol¨ªtica econ¨®mica dise?ada por el ministro de Econom¨ªa, Domingo Cavallo, tiene su m¨¢s elocuente representatividad en el Plan de Convertibilidad -mediante el cual el valor del peso argentino queda ligado o equiparado al del d¨®lar-, y, adem¨¢s, en la lucha implacable contra el d¨¦ficit p¨²blico. El pueblo argentino, que durante muchos a?os vivi¨® sumido en un estado permanente de hiperinflaci¨®n -los ¨ªndices de inflaci¨®n anual hab¨ªan llegado a ser de cuatro d¨ªgitos-, hab¨ªa desarrollado sus propios h¨¢bitos para defenderse de la erosi¨®n inflacionaria. Ahora empieza a habituarse a incrementos de precios m¨¢s europeos, con tasas del 1% mensual, y a depositar mayor confianza en la pol¨ªtica monetaria y cambiaria del equipo que dirige el superministro Cavallo.
Los pa¨ªses latinoamericanos en general, y dentro de ellos Argentina no es una excepci¨®n, atravesaron en la d¨¦cada de los ochenta momentos en que un sentimiento nacionalista, a mi juicio desenfocado, propici¨® programas econ¨®micos que contribu¨ªan a la sustituci¨®n de importaciones. Aquellos criterios no preve¨ªan la evoluci¨®n del sistema econ¨®mico internacional. Parec¨ªan ignorar que el mundo caminaba hacia la globalizaci¨®n, o, cu¨¢ndo menos, tend¨ªa a la configuraci¨®n de grandes bloques econ¨®micos, lo que implicaba entrar de lleno en el tr¨¢fico de intercambios comerciales con la comunidad internacional si quer¨ªa superar el aislacionismo y tratar de atraer capital extranjero.
Experiencias positivas
Espa?a, a trav¨¦s de su participaci¨®n en los programas de privatizaciones auspiciadas por el Gobierno argentino, ha aumentado su presencia en aquel pa¨ªs. Segmentos de tanta significaci¨®n como el telef¨®nico, navegaci¨®n a¨¦rea, gas, electricidad y bancario absorben la mayor representaci¨®n de nuestro empresariado y tambi¨¦n del sector p¨²blico espa?ol. Es pronto todav¨ªa para poder evaluar los resultados econ¨®micos y sociales que tal presencia supondr¨¢ para ambas partes, pero, a mi juicio, las experiencias que se van produciendo permiten abrigar s¨®lidas y positivas esperanzas.
Pero siendo importantes los resultados que pueden derivarse de una pol¨ªtica de privatizaciones, en el caso de Argentina adquiere especial significado la aportaci¨®n de capital y tecnolog¨ªa espa?oles, dada su factible contribuci¨®n para potenciar las exportaciones argentinas. El d¨¦ficit de la balanza comercial argentina ha superado recientemente los 2.000 millones de d¨®lares; aunque ello no suponga un ¨ªndice alarmante dado su m¨¢s que suficiente nivel de reservas exteriores, no es descabellado intuir que la necesidad de atender las mejoras estructurales que la modernizaci¨®n del pa¨ªs exige y la conveniencia de ampliar su tejido empresarial le obligaran, en una primera fase, a importar maquinaria y tecnolog¨ªa punta de pa¨ªses mejor situados industrialmente. Ello exige la generaci¨®n paralela de divisas, que, en buena medida, puede ser aportada por la v¨ªa de incrementar exportaciones.
El nivel de las relaciones econ¨®micas y comerciales entre Argentina y Espa?a admite la posibilidad de progresos sustanciales. Las necesidades de ambos pa¨ªses son complementarias, y ello ha de facilitar un mayor volumen de los intercambios, la ampliaci¨®n de los flujos financieros derivados de las inversiones y, sobre todo, mayor compenetraci¨®n entre los Gobiernos y los grupos empresariales de ambos pa¨ªses. No aprovechar esta coyuntura ser¨ªa despilfarrar una oportunidad ¨²nica, cuyas repercusiones negativas ser¨ªan importantes para cada uno de los pa¨ªses, m¨¢xime cuando la coyuntura econ¨®mica internacional se manifiesta incierta y con visos de prolongarse todav¨ªa durante algunos meses.
Los intercambios comerciales hispano-argentinos muestran un saldo favorable para Argentina a lo largo de los ¨²ltimos a?os. En concreto en 1991 fue de 38.000 millones de pesetas y en 1992 se situ¨® en 19.000 millones, aproximadamente. Argentina concentra en pocos productos m¨¢s del 60% de sus exportaciones (carnes, pescados, soja, madera y pieles). Espa?a, por contra, tiene sus operaciones m¨¢s diversificadas, s¨®lo algunos sectores, como libros, laminados y maquinaria, destacan sobre el conjunto. En el campo de las inversiones Espa?a supera netamente a Argentina; as¨ª, en 1991, el capital espa?ol transferido super¨® los 35.000 millones de pesetas, y en 1992, m¨¢s de 9.000 millones. La complementariedad de las relaciones, pues, es manifiesta. Por parte de Argentina, mayor venta de productos y primeras materias; por lo que ata?e a Espa?a, mayores inversiones de capital y de aporte tecnol¨®gico.
Pilares
La pol¨ªtica de privatizaciones del Gobierno argentino y el tratado de cooperaci¨®n hispano-argentino constituyen los dos pilares que, hoy por hoy, sustentan y promueven, en buena parte, las relaciones entre ambos pa¨ªses. Espa?a es consciente de que la superaci¨®n del delicado momento que atraviesa su situaci¨®n econ¨®mica pasa no solamente por la mejora del entorno internacional pr¨®ximo, sino, tambi¨¦n, por la asunci¨®n, por parte de las empresas nacionales, de una mayor actividad internacional. Argentina precisa, por su parte, que la capacidad t¨¦cnica y de producci¨®n de su tejido industrial registren crecimientos sustanciales para recuperar su posici¨®n de liderazgo en el ¨¢rea sur del continente americano. En este sentido es oportuno significar que la pr¨®xima muestra de maquinaria industrial, Expotecnia 93, que se celebrar¨¢ en Buenos Aires el mes de julio pr¨®ximo, ser¨¢ un testimonio id¨®neo de la capacidad industrial de nuestro pa¨ªs. Un entendimiento inteligente de ambas administraciones s¨®lo puede deparar rendimientos positivos paritarios.
Un ¨²ltimo apunte debe referirse necesariamente al hecho de que Espa?a, encuadrada de lleno en la Comunidad Europea, puede perder un cierto margen de maniobra en lo que a pol¨ªtica econ¨®mica con terceros pa¨ªses se refiere, pero no es menos cierto que su peso espec¨ªfico dentro de la Comunidad le puede permitir, tambi¨¦n, convertirse en valedor de los intereses argentinos en un momento determinado. En esta l¨ªnea, Latinoam¨¦rica, y en concreto los pa¨ªses que constituyen el Cono Sur, est¨¢n llamados, m¨¢s pronto que tarde, a constituir un ¨¢rea econ¨®mica m¨¢s conjunta e integrada, con grandes posibilidades con vistas al futuro pr¨®ximo. Por ello, cualquier enfoque estrat¨¦gico de la Administraci¨®n espa?ola para potenciar su dimensi¨®n en aquella zona comporta el dise?o de una pol¨ªtica que favorezca las relaciones con Argentina y potencie el asentamiento de nuestras empresas en aquel pa¨ªs.
es experto en comercio internacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.