Turqu¨ªa teme que un ataque serbio contra Macedonia le obligue a una intervenci¨®n
El logro de los objetivos militares serbios en Bosnia, con la liquidaci¨®n de la presencia musulmana en la regi¨®n oriental de Srebrenica, Zepa y Gorazde, "llevar¨¢ a Belgrado, inevitablemente, a buscar la anexi¨®n forzosa de Macedonia, y Albania dif¨ªcilmente podr¨¢ ser ajena a la guerra, y ¨¦sta se extender¨¢ por toda la regi¨®n". Con estos supuestos, a los que se a?ade el corolario de una, indeseada implicaci¨®n turca, trabaja ya el Gobierno de Ankara, seg¨²n manifest¨® a EL PA?S, Alev Kilic, responsable en el Ministerio de Exteriores para los Balcanes.
El m¨¢ximo esfuerzo pol¨ªtico de Turqu¨ªa, que es plenamente consciente de que su intervenci¨®n directa, armada y unilateral en defensa de los musulmanes bosnios, de Macedonia o Albania es inviable en el panorama internacional actual, est¨¢ concentrado, en el caso de la guerra de Bosnia-Herzegovina, en mitigar en lo posible la indignaci¨®n de la poblaci¨®n turca por las atrocidades de que son v¨ªctimas los musulmanes y la presi¨®n de algunos sectores de la sociedad que se muestran a favor de tina operaci¨®n unilateral en. apoyo militar de aqu¨¦llos."La agresi¨®n de Serbia a Macedonia extender¨ªa inevitablemente el conflicto de los Balcanes. Nosotros tenemos intereses all¨ª. Adem¨¢s existe una minor¨ªa turca, y Macedonia pedir¨ªa ayuda. El Gobierno aqu¨ª, en Ankara, estar¨ªa bajo una inmensa presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica turca. Pero, en todo caso, todo lo que hagamos ser¨¢ en el marco de las conductas de legalidad internacional y no habr¨¢ una acci¨®n unilateral. Eso s¨ª, estamos dispuestos a cualquier acci¨®n bajo el mandato de las Naciones Unidas", manifest¨® Alev Kilic.
El Gobierno turco conf¨ªa en que pasadas experiencias hayan abierto los ojos a la comunidad internacional respecto al car¨¢cter de la guerra y a las intenciones de Serbia. "Todos hemos aprendido de la experiencia de Croacia y Bosnia. Esta guerra, es una pura agresi¨®n con intenci¨®n expansionista para una conquista territorial de un Estado contra otro Estado independiente. Es una guerra entre dos pa¨ªses, aunque se utilice para ello de excusa a la minor¨ªa serbia residente en Bosnia-Herzegovina. Se ha querido presentar como una guerra de religiones, y nosotros insistimos en resaltar que no lo es. Hacemos todo lo posible por convencer a los pa¨ªses isl¨¢micos y a otros de que no es una guerra religiosa y de que nadie debe, permitir que se convierta. en tal".
El Gobierno de Ankara desmiente los rumores que indican que ya ha suministrado armas a algunos pa¨ªses de la regi¨®n que se sienten amenazados por Serbia: "Estamos dispuestos a suministrar equipo y otros medios que no sean armas. Nosotros no las producimos. S¨ª hemos ofrecido ayuda en la formaci¨®n y equipamiento a largo plazo de los ej¨¦rcitos de Macedonia y Albania".
Turqu¨ªa ha intervenido ante Bulgaria y Albania para la mejora de relaciones de estos dos pa¨ªses con Macedonia. "Hemos insistido en que el reconocimiento, aunque no anule el peligro de intervenci¨®n militar de Serbia, dificultar¨¢ la posici¨®n del agresor. Es significativo que Serbia no haya reconocido a¨²n a . ?Por qu¨¦?", se pregunta Kilic.
Moderaci¨®n
Medios diplom¨¢ticos de la OTAN en Ankara subrayan la moderaci¨®n ejercida por el Gobierno turco de Suleiman Demirel en la crisis balc¨¢nica, y sus esfuerzos por canalizar hacia "actitudes positivas como la ayuda humanitaria y asistencia de los refugiados" el malestar y la "profunda desilusi¨®n por la gesti¨®n de la crisis por parte de la Comunidad Europea, la ONU y la Alianza Atl¨¢ntica". Frente a lo que un destacado diplom¨¢tico de la OTAN, que no quiso ser nombrado, llam¨® la "histeria de los griegos", el Gobierno de Demirel, se?al¨®, "se esfuerza por contener y encauzar la. ebullici¨®n de sentimientos [nacionalistas o religiosos] de la poblaci¨®n".
Medios pol¨ªticos en Ankara quitaron importancia a las iniciativas del presidente turco, Turgut Ozal, que recientemente viaj¨® a Bulgaria, Macedonia, Albania y Croacia. "Ozal ha perdido influencia entre la poblaci¨®n, en parte por su fama de aventurerismo pol¨ªtico. Pero quien dirige hoy Turqu¨ªa es Demirel, y ¨¦l es reflexivo y sabe que este pa¨ªs no se puede permitir ninguna intervenci¨®n que no sea en estricta coordinaci¨®n y bajo el manto legal de las Naciones Unidas", se?alaron. Turqu¨ªa tiene 650.000 hombres en armas, "pero las autoridades saben que no tienen capacidad para una acci¨®n unilateral".
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