Un ascensor que no se revis¨® en 1992 mata a una anciana en Entrev¨ªas
El amor de Vicenta Asenjo por los cr¨ªos fue su sentencia de muerte. Un caf¨¦ despu¨¦s de comer, unas bromas con El Garrote -como llaman a su marido los vecinos- y el ascensor rumbo a la siesta diaria. en su casa de Entrev¨ªas. Pero cuando estaba con un pie dentro y otro fuera del ascensor, y haci¨¦ndole gracias al ni?o de una vecina, el elevador se movi¨®, y Vicenta muri¨® en el acto. El ascensor debi¨® haber pasado su revisi¨®n peri¨®dica en el oto?o. Pero esto no ocurri¨® nunca.
Vicenta era una mujer de 69 a?os, de pelo blanco y aire juvenil, que pari¨® a casi todos sus hijos -tiene ocho- en una chabola y consigui¨®, como los otros vecinos, el piso hace casi dos d¨¦cadas. El mi¨¦rcoles ven¨ªa gastando bromas con El Garrote, su marido. Acababan de tomarse el cafelito en el bar de al lado, como a diario. Tuvo tiempo de darle una cari?osa reprimenda a un yonqu¨ª y decirle: "Te queda mucha vida, chaval". Un chaval que luego, al saber que era a ella a quien no le restaban m¨¢s que unos minutos de vida, se deshac¨ªa en l¨¢grimas.Vicenta Asenjo y su marido coincidieron el mi¨¦rcoles en el portal -la casa tiene 48 inquilinos- con la vecina del bajo y con la del primero. La abuela Vicenta pregunt¨® a la primera por su cr¨ªa, a la que recientemente hab¨ªan operado de los ri?ones. "Bien, gracias, ya est¨¢ en el colegio", contest¨® la madre.
Y el ni?o de nueve a?os de la se?ora del primero -un cr¨ªo retrasado que ten¨ªa debilidad por Vicenta- pretendi¨® subirse con ella en el ascensor, pero la madre no le dej¨®. El marido estaba ya dentro, esperando.
Golpe fatal
De repente, el ascensor, con la puerta abierta y con la mitad del corpulento cuerpo de la mujer, se movi¨® hacia arriba. Su marido quiso tirar de ella, pero !u esfuerzo fue en vano: al instante, la mujer ten¨ªa un golpe fatal en la cabeza. El camar¨ªn se detuvo entre el bajo y el primero, el marido se arrastr¨® y pretendi¨® sacar a Vicenta. Pero el ascensor volvi¨® a moverse hacia el primer piso. Los bomberos, al llegar, observaron que el sistema el¨¦ctrico que paraliza el ascensor cuando hay una puerta abierta (contractor) no hab¨ªa funcionado. Alguien, seg¨²n Juan Jorge Rosado, de Elevadores Jarre, la empresa de mantenimiento, forz¨® la cerradura de la puerta antes de que subiera Vicenta y eso provoc¨® el accidente.El ascensor, instalado en 1974, deb¨ªa pasar la revisi¨®n obligatoria en oto?o de 1992, seg¨²n la Direcci¨®n General de Industria de la Comunidad de Madrid, y el mantenedor hab¨ªa enviado una carta, fechada el 24 de septiembre, a la comunidad de propietarios avisando que el elevador ten¨ªa que pasar la revisi¨®n por las empresas encargadas de ello por la Administraci¨®n, las entidades de inspecci¨®n y control reglamentario.
Fuentes de su asociaci¨®n (Aenicre) dijeron ayer que esa inspecci¨®n no se hab¨ªa efectuado. Seg¨²n los c¨¢lculos de Aenicre, el 40% de los 80.000 ascensores de Madrid no pasa las inspecciones reglamentarias (v¨¦ase EL PA?S del 28 de marzo).
Ayer, los vecinos prefer¨ªan subir andando los 11 pisos de la casa antes que montarse en el elevador gemelo que segu¨ªa funcionando. Y los parientes de la anciana no entend¨ªan por qu¨¦ los operarios de Industria met¨ªan las narices en el ascensor precintado por la polic¨ªa.
Vicenta estaba casada en segundas nupcias con Pedro Garrote, un alba?il que ya est¨¢ retirado. Seg¨²n Pepi, una de sus hijas -ten¨ªa ocho la abuela Vicenta, como la conoc¨ªan en el barrio-, el matrimonio hab¨ªa vivido cinco a?os de felicidad.
"Y le quedaban muchos m¨¢s", sollozaba la hija, "porque ella era incansable... Pod¨ªa haber muerto en un accidente o de un enfermedad, pero que la matase un ascensor...".
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