El lector o el partido
La renovaci¨®n de la prensa china permite todo menos la cr¨ªtica al poder
El Diario del Pueblo, ¨®rgano oficial del Partido Comunista Chino (PCCh) y supuesta referencia pol¨ªtica de 40 millones de miembros, acusa en su tirada la apertura econ¨®mica que, nacida en el sur, sube como la hiedra hacia Shanghai y hace estragos en Pek¨ªn. En los ¨²ltimos meses perdi¨® 340.000 ejemplares. Con 2,7 millones, es todav¨ªa el segundo diario nacional, pero muy lejos de los siete millones de n¨²meros de los a?os setenta. La reducci¨®n de subsidios, los nuevos contenidos y una mayor competencia alteran un sector antes acotado al cambio.
Los directores conocen perfectamente sus limitaciones. Una cr¨ªtica del actual sistema pol¨ªtico o el cuestionamiento de la autoridad del partido provocar¨ªa el cierre del medio y el procesamiento de sus responsables. Fundamentalmente, la libertad concedida por el PCCH debe emplearse en hacer dinero y sanear las finanzas de peri¨®dicos, un total de 1.755, revistas, emisoras de radio y cadenas de televisi¨®n estatal.La bula es aprovechada. Para imponerse en el mercado y en el gusto de los lectores hay que aligerar las p¨¢ginas y equilibrar el espacio de portada entre Deng Xiaoping y los solistas de moda. Es necesario tambi¨¦n luchar por los anuncios de restaurantes, grandes almacenes, empresas y corporaciones de administraci¨®n privada o compartida con socios extranjeros.
Dai Qing, uno de los periodistas chinos m¨¢s conocidos, resume la nueva filosof¨ªa de la direcci¨®n comunista: "Mientras no nos metamos con el partido o pidamos su apartamiento del poder, la instrucci¨®n es que podemos decir cualquier cosa". El editorial de algunos peri¨®dicos no sufre la censura previa del departamento de propaganda del PCCH.
Esta primavera period¨ªstica, con tabloides de grandes titulares y fotograf¨ªas de actrices en actitud picante, ha sacado de quicio a muchos ancianos comunistas, m¨¢s amigos del fracasado centralismo de Mao Zedong que de la reforma emprendida hace 14 a?os por su sucesor en el trono. Uno de ellos escrib¨ªa que el papel de la prensa no es hurgar en la vida privada de los nuevos ricos, ni escandalizar al p¨²blico con las andanzas de los famosos, sino "orientar el camino de las masas hacia el socialismo".
Conseguir anuncios
"Mi nuevo trabajo es conseguir anuncios", reconoce un antiguo redactor. "Me gusta m¨¢s escribir, pero tengo que adaptarme a la nueva situaci¨®n".La autonom¨ªa financiera es la meta. Para ello, se aprob¨® una subida de tarifas publicitarias. La Televisi¨®n Central de China (CCTV) pas¨® de las 200.000 pesetas, al cambio, por 30 segundos al medio mill¨®n. Y ya tiene contratos para todo el mes. La principal cadena china tampoco dud¨® en desembolsar 60 millones de pesetas para hacerse con un culebr¨®n que lleva por t¨ªtulo Definitivamente, te quiero y complacer a una audiencia que sigue con avidez este tipo de programaci¨®n. Diario Legal, entre los de m¨¢s venta con mill¨®n y medio de copias, cobraba 120.000 pesetas por p¨¢gina publicitaria. La nueva tarifa es de 600.000.
Wang Ming, corresponsal de la revista Window de Hong Kong, considera que el control sobre los contenidos informativos es menor: "Los nuevos peri¨®dicos son m¨¢s ligeros e interesantes y suministran m¨¢s noticias. Parece claro que los directores se preocupan m¨¢s de complacer a sus lectores que al partido".
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