El caso macedonio

EL CONSEJO de Seguridad y la Asamblea de las Naciones Unidas han aprobado la admisi¨®n de Macedonia en la ONU. Con ello se pone fin a un conflicto absurdo que ha impedido ese ingreso durante a?o y medio por la intransigencia de Grecia a aceptar que otro pa¨ªs enarbole una denominaci¨®n de gran peso en la historia hel¨¦nica. Sin embargo, desde la creaci¨®n de la Federaci¨®n Yugoslava, al t¨¦rmino de la II Guerra Mundial, en su seno ha existido una Rep¨²blica de Macedonia. Y era l¨®gico, casi obligado, que dicha rep¨²blica, al proclamar su independencia en una acci¨®n paralela a las de Croacia, Eslovenia y Bosnia-Herzegovina, utilizase el nombre que siempre hab¨ªa sido el suyo.El Gobierno griego foment¨® un movimiento patri¨®tico de masas en torno a este tema, dando a entender que la Rep¨²blica de Macedonia, una de las m¨¢s d¨¦biles de la antigua Yugoslavia, podr¨ªa amenazar la integridad territorial griega por el hecho de emplear un nombre id¨¦ntico al de la regi¨®n hel¨¦nica que le es vecina. Parece que esa fiebre nacionalista se ha calmado, y ello ha permitido a la Comunidad Europea lograr un compromiso basado en dar a Macedonia para su ingreso en la ONU el nombre barroco de "Rep¨²blica ex Yugoslava de Macedonia". Otro conflicto, el de la bandera del nuevo pa¨ªs, no ha podido ser resuelto a¨²n. Owen y Vance, mediadores en el conflicto yugoslavo, deber¨¢n proponer medidas para superar este problema y mejorar el clima entre los dos pa¨ªses.

El ingreso de Macedonia en la ONU es importante sobre todo porque pone fin a una situaci¨®n sumamente peligrosa. El hecho de que esta rep¨²blica no fuese reconocida intemacionalmente era una incitaci¨®n al nacionalismo serbio para extender a esa zona su pol¨ªtica agresiva. Macedonia tiene frontera con Serbia, y aunque su minor¨ªa serbia no es muy numerosa, en su seno surgieron tendencias a fusionarse con Serbia. Ello cre¨® serias tensiones y oblig¨® al Consejo de Seguridad a enviar, en enero de este a?o, un grupo de 700 cascos azules en misi¨®n de observaci¨®n. La aceptaci¨®n de Macedonia en la ONU es necesaria para reforzar su seguridad. Ahora, cualquier agresi¨®n contra ella se har¨ªa merecedora de la respuesta m¨¢s en¨¦rgica, de acuerdo con la Carta de la ONU.

En cuanto a Grecia, una vez superado el conflicto del nombre, es de esperar que adopte sobre la antigua Yugoslavia una pol¨ªtica convergente con la aplicada por la Comunidad Europea. Numerosas denuncias indican que ha violado las sanciones econ¨®micas dictadas por la ONU contra Serbia. Su negativa al reconocimiento de Macedonia ha sido una ayuda objetiva para Serbia. Ahora entramos en una etapa en la que la Comunidad Europea y la ONU parecen resueltas a tomar una actitud m¨¢s radical para aislar a Serbia con medidas de fuerza en el espacio a¨¦reo bosnio e incluso cortando todas las relaciones con ella. En esta coyuntura resulta incomprensible el viaje que ha realizado a Belgrado el jefe del Gobierno griego. Si queda alguna posibilidad de que el plan Owen-Vance salga adelante -y es escasa- ser¨¢ mediante una actitud mucho m¨¢s en¨¦rgica con los serbios. Es lamentable que un miembro de la CE tenga gestos susceptibles de estimular a Belgrado.