El Gobierno franc¨¦s recibe a familiares de los emigrantes muertos y detiene a un inspector

El Gobierno de centro-derecha de Edouard Balladur intenta calmar la violencia callejera desatada en Par¨ªs y Tourcoing a ra¨ªz de la muerte de cuatro personas en una semana en situaciones en las que la actuaci¨®n de la polic¨ªa es, cuando menos, discutible. El Ministerio del Interior ha recibido a los familiares de Rachid Ardjouini y Maliom¨¦ M'Bowole, dos j¨®venes v¨ªctimas de disparos en la cabeza efectuados por polic¨ªas; ha facilitado la repatriaci¨®n de los cuerpos, ha pedido excusas y ha detenido al inspector de polic¨ªa Pascal Compain por "homicidio voluntario".

La muerte de Makom¨¦ ha provocado la que, por el momento, es la ¨²nica reacci¨®n oficial de un pol¨ªtico de la oposici¨®n. Para Michel Rocard es importante recordar que el nuevo Gobierno "cuestiona la reforma del C¨®digo de Procedimiento Penal" puesta en marcha por los socialistas. Esta reforma supone, en opini¨®n de Rocard, "la presencia de los abogados desde el primer momento de una detenci¨®n". El primer secretario del Partido Socialista pregunta si, de aplicarse la reforma, "hubiese muerto el joven en la comisar¨ªa".El distrito 18 de Par¨ªs, el que mayor n¨²mero de inmigrantes alberga, vive horas de calma tensa. La polic¨ªa patrulla las calles y evita concentraciones de j¨®venes que salen a "la caza del flic (madero)". Es evidente que los agentes tienen ¨®rdenes de ahorrarse enfrentamientos y eso explica su actuaci¨®n la tarde del s¨¢bado, cuando dejaron que peque?os grupos de alborotadores destruyesen escaparates, coches o cabinas telef¨®nicas en las avenidas de Magenta y de Sebastopol.

Hasta ahora la capacidad de convocatoria de las organizaciones antirracistas -LICRA, SOS-Racisme o MRAP- ha sido muy escasa, y ninguna manifestaci¨®n ha superado los 400 asistentes. La t¨¢ctica de la paciencia, el di¨¢logo y el reconocimiento de las propias faltas, que se dir¨ªa inspirada en la seguida por el primer ministro Georges Pompidou para apagar la violencia en mayo de 1968, parece eficaz. Entonces Edouard Balladur debi¨® tomar buena nota y hoy su ministro del Interior, el duro Charles Pasqua, no duda en declarar que ser¨¢ "implacable con quienes hayan cometido irregularidades".

El ministro de Relaciones con la Asamblea Nacional, el republicano Pascal Clement, ha anunciado que a finales de abril habr¨¢ un gran debate en el Parlamento sobre el problema de las banlieues (barrios marginales), que en su opini¨®n son "el principal peligro en la actualidad". El ministro admiti¨®, sin embargo, que "el Gobierno se ve afectado por los patinazos policiales".

Hasta ahora la ministra de Asuntos Sociales y para la Ciudad, la centrista independiente Simone Veil, oficialmente n¨²mero dos del Gobierno, no se ha pronunciado.