Cristianos en fuga
La intolerancia religiosa causa el declive del cristianismo en Oriente Pr¨®ximo
En la soledad del monasterio de la Santa Trinidad, en la isla de Heybeli, a hora y media de Estambul en cualquier remolcador del mar de M¨¢rmara, el monje Isa¨ªas Simonopetris entona la plegaria vespertina. En otros tiempos lo habr¨ªa hecho a viva voz para que le escuchara la gente, pero desde hace a?os casi nadie acude a este venerado templo de Bizancio. La alarma cunde en todos los niveles de las diferentes iglesias cristianas. La preocupaci¨®n es genuina: parad¨®jicamente, en la cuna de la religi¨®n cristiana hay cada vez menos creyentes. Las guerras, la pobreza, la intolerancia y el avance del islam est¨¢n poniendo en fuga a millares de cristianos de todo Oriente.
En la adyacente escuela teol¨®gica de Halki -tan importante para los greco-ortodoxos como la Universidad Gregoriana de Roma para los cat¨®licos- no hay m¨¢s almas que las del padre Isa¨ªas y el anciano obispo Germanos. "La semana que viene, si vemos a diez personas en la iglesia, nos sentiremos afortunados", dice el monje encogi¨¦ndose de hombros mientras pasea por un parque de viejos cipreses. "La cruel real?dad es que el cristianisnio de Oriente se est¨¢ desvaneciendo)".El padre Isa¨ªas cita el avance del Islam, pero agrega un elemento igualmente importante: la timidez del cristianismo moderno. "Nos hemos estancado", dice.
El futuro de la Iglesia cristiana en Oriente es verdaderamente incierto. Cada a?o, miles de cristianos de una comunidad de aproximadamente 14 millones emigran a Europa, Estados Unidos, Canad¨¢ y Latinoam¨¦rica. Seguramente cientos de miles har¨ªan lo mismo si tuvieran los medios. Viviendo entre 150 millones de musulmanes y cuatro millones de jud¨ªos -en ambos casos, cada vez m¨¢s m?litantes-, muchos cristianos sienten que dentro de poco ser¨¢ imposible seguir nadando contra corriente.
En el caso de los greco-ortodoxos de Turqu¨ªa, las estad¨ªst¨ªcas lo dicen todo: de la grey de Bizancio s¨®lo quedan unos 3.000 feligreses, y seg¨²n algunos pron¨®sticos no quedar¨¢ m¨¢s de una docena en cuesti¨®n de una d¨¦cada. "El problema de la renovaci¨®n de la administraci¨®n del patriarcado y las parroquias es cada d¨ªa rn¨¢s agudo. Necesitamos m¨¢s sacerdotes, di¨¢conos y obispos", dice un informe del patriarca Bartolomeos I. "Muchos sacerdotes que no tienen la nacionalidad turca quisieran ven¨ªr a trabajar en el centro de la ortodoxia", a?ade. El problema es que esto no est¨¢ permitido por el Gobierno turco, que cerr¨¦, la escuela teol¨®gica de Halki en 1971.
La matanza de musulmanes en las guerras de los Balcanes ha acentuado la hostilidad hacia los cristianos de Turqu¨ªa y Oriente Pr¨®ximo. En barrios de musulmanes ultraconservadores de Estambul han comenzado a aparecer carteles con inquietantes mensajes. Uno de ellos muestra una cruz negra. Debajo, la leyenda "Esto es lo que est¨¢ asesinando a nuestros hermanos en Bosnia".
Hacia el oeste, en la tierra de la Biblia, los cristianos se enfrentan a una combinaci¨®n de realidades y factores pol¨ªticos que auguran d¨ªas precarios. Israel garantiza la igualdad. de derechos para todos sus ciudadanos, pero algunos dirigentes cristianos sostienen que su identidad como Estado jud¨ªo margina a la comunidad cristiana. A?¨¢dase el factor de que la mayor¨ªa de los cristianos de Tierra Santa son palestinos a los que los jud¨ªos fan¨¢ticos quieren expulsar, y lo que se obtiene es un panorama desalentador para el cristianismo) en su lugar de origen.
En Jerusal¨¦n hay temores de extinci¨®n: las estad¨ªsticas de la Iglesia dicen que quedan s¨®lo 10.000 cristianos dentro de la ciudad amurallada. "Las iglesias se convertir¨¢n un d¨ªa, en monumentos y curiosidades arqueol¨®gicas", dice un jesuita irland¨¦s.
El caso maronita
Los ¨²nicos cristianos que han controlado el poder en Oriente Pr¨®ximo son los maronitas de L¨ªbano, gracias al antidemocr¨¢tico sistema sectario de que le dot¨® Francia junto con su independencia hace medio siglo. Pero su influencia y poblaci¨®n han disminuido considerablemente tras 15 a?os de guerra civil. Las p¨¦rdidas ser¨ªan m¨¢s palpables si hubiera elecciones generales en L¨ªbano, donde los musulmanes son mayor¨ªa.El Consejo de las Iglesias de Oriente Pr¨®ximo, con sede en Chipre, advierte que el crecimiento de los movimientos isl¨¢micos entra?a u?a seria amenaza y que no se debe descartar una ola de emigraci¨®n de cristianos en los pr¨®ximos a?os. De momento, dice, la emigraci¨®n tiene motivos econ¨®micos y. responde al generalizado sentimiento de inseguridad en la regi¨®n.
Son pocos los que, como el monje Isa¨ªas, advierten que la decadencia del cristianismo tambi¨¦n tiene ra¨ªces propias. La desuni¨®n es una. A lo largo de dos milenios, las iglesias de Oriente se han fracturado en incontables ritos. El consejo los cataloga hoy en cinco grandes ramas.
Las Iglesias ortodoxas de Oriente (coptos, sirios, armenios); la Iglesia ortodoxa del Este, tambi¨¦n conocidos como greco-ortodoxos (con su principal exponente, el Patriarcado de Antioqu¨ªa, con todo el Oriente, que tiene su grey en Siria, y los patriarcados de Jerusal¨¦n y las iglesias de Chipre y del Monte Sina¨ª, esta ¨²ltima reducida a 12 monjes); la Iglesia cat¨®lica, con sus siete ramas (todas, menos los maronitas, derivan de las Iglesias ortodoxas e incluyen el Patriarcado de Babilonia y el Patriarcado Cat¨®lico de Antioqu¨ªa, con sede en Siria); la Iglesia asiria de Oriente (excomulgada en el siglo V por el patriarca de Constantinopla y con fuerte base en Irak); las Iglesias protestantes, que llegaron con los misioneros del siglo XIX y que hoy cuentan con cerca de 100.000 fieles.
Como en la antig¨¹edad, los esfuerzos por examinar conjuntamente la situaci¨®n del cristianismo en el confuso marco de Oriente siguen tropezando con obst¨¢culos derivados del miedo y las diferencias doctrinales. El monje Isa¨ªas ya ha sacado una conclusi¨®n para el cristianismo de la regi¨®n: "Hay que reconocerlo", dice. "Nos estamos quedando fuera".
El rencor entre los "pueblos del libro"
El Islam reconoce a cristianos y jud¨ªos como 11 pueblos del libro", y los dirigentes musulmanes del mundo ¨¢rabe, donde todav¨ªa late el rencor siglos despu¨¦s de las cruzadas, oficialmente se oponen a discriminar a los cristianos. "El islam busca la convivencia arm¨®nica de las religiones y en ning¨²n caso promueve su persecuci¨®n", dice el jeque shi¨ª liban¨¦s Mohamed Husein Fadlala, un influyente pensador del mundo isl¨¢mico. Sin embargo, no todos demuestran con obras su apoyo a esa filosof¨ªa.En Sud¨¢n, el r¨¦gimen isl¨¢mico-militar persigue a los cat¨®licos y no, parece que piense alterar su pol¨ªtica a pesar de la firme exhortaci¨®n formulada por el papa Juan Pablo II en su visita a Jartum en febrero pasado. En Sud¨¢n, los sacerdotes tienen miedo. "Uno nunca sabe qu¨¦ te puede pasar. La polic¨ªa te sigue por todas partes y restringe nuestros movimientos. En esas condiciones, ?c¨®mo se puede hacer trabajo pastoral?", dice un cura italiano.
En Ir¨¢n, la pol¨ªtica es m¨¢s flexible, pero ello no ha conseguido frenar la fuga de los cristianos, en su mayor¨ªa de la Iglesia de Armenia. Muchos huyeron tras el triunfo de la revoluci¨®n isl¨¢mica del ayatol¨¢ Jomeini en 1979, y seg¨²n datos de la Iglesia, hoy quedan s¨®lo 180.000 armenios en la antigua Persia.
En Egipto, el dilema de los aproximadamente siete millones de coptos se agudiza cada d¨ªa por la campa?a emprendida por los movimientos islamistas radicales, sobre todo en el Alto Egipto. En el ¨²ltimo a?o, militantes de la Gama¨¢ al Islamiya y la Yihad Isl¨¢mica han asesinado a decenas de coptos o han destruido sus escuelas y negocios.
Un dirigente isl¨¢mico en Asiut jur¨® hace poco que la campa?a se intensificar¨¢. "Los coptos son nuestro principal obst¨¢culo y por ello hay que neutralizarlos", dijo. El Gobierno laico de El Cairo incluye a algunos coptos, pero muchos dicen que su participaci¨®n es esencialmente simb¨®lica.
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