El consumo de drogas y las fugas amenazan la primera c¨¢rcel privada brit¨¢nica
The Wolds, la primera c¨¢rcel privada del Reino Unido, est¨¢ en el centro de una fuerte pol¨¦mica al cumplirse un a?o de su inauguraci¨®n. El director general de la Agencia de Servicios Penitenciarios, Derek Lewis, se reunir¨¢ esta semana con directivos de Group 4, la compa?¨ªa concesionaria de la prisi¨®n, para exigirles m¨¢s rigor en el cumplimiento del contrato. Dos fugas consecutivas y un informe oficial que resalta el consumo de drogas y la indisciplina en The Wolds amenazan, en opini¨®n de Lewis, la continuidad de] plan gubernamental para la privatizaci¨®n penitenciaria.
Group 4, una de las mayores compa?¨ªas mundiales del sector de seguridad, gestiona The Wolds y el traslado de presos en cinco condados del norte del Inglaterra. El servicio de traslado comenz¨® el pasado lunes, y ese mismo d¨ªa se produjo una fuga. Al d¨ªa siguiente, martes, escap¨® otro preso de los furgones de Group 4. Ambos fueron detenidos casi inmediatamente, pero los dos casos indignaron a la oposici¨®n laborista y a todos los grupos que se oponen a la privatizaci¨®n penitenciaria.En cuanto al funcionamiento de la c¨¢rcel, un reciente informe interno de la Agencia de Servicios Penitenciarios (dependiente del Ministerio del Interior) se?alaba que el consumo de drogas y la indisciplina en el establecimiento estaban "por encima de la media" de las prisiones brit¨¢nicas.
John Bates, portavoz de Group 4, se?al¨® que las conclusiones del informe eran err¨®neas: "Lo que ocurre es que somos minuciosos y detallarnos todas las vulneraciones del orden, incluso las m¨¢s peque?as, cosa que no suele ocurrir en las prisiones de gesti¨®n p¨²blica", dijo. Seg¨²n Bates, The Wolds no funciona peor que los dem¨¢s establecimientos, sino que es m¨¢s transparente.
Como un hotel
Un portavoz de Group 4 en The Wolds se?al¨® que "un n¨²mero importante de los actos de indisciplina es cometido por presos que quieren prolongar su estancia en esta c¨¢rcel (The Wolds s¨®lo acoge a presos en espera de juicio) y prefieren acumular sumarios antes que ser trasladados a otro centro". Hace tres meses, varios internos de The Wolds dijeron a este peri¨®dico que no exist¨ªa ni punto de comparaci¨®n con los centros de gesti¨®n p¨²blica: "Esto es como un hotel", se?al¨® uno de ellos.Las celdas son individuales o dobles, hay televisi¨®n, instalaciones deportivas y luz en abundancia, y los internos disponen de una cocina para prepararse comida si no les apetece la que sirve en el comedor una compa?¨ªa de restauraci¨®n. El precio que paga el Gobierno a Group 4 por este servicio se mantiene en secreto.
El Ministerio del Interior considera imprescindible que The Wolds obtenga buena reputaci¨®n y una imagen de solvencia ante la opini¨®n p¨²blica antes de afrontar los siguientes escalones de la privatizaci¨®n. No hay que olvidar que The Wolds se convirti¨® en el estandarte del proceso privatizador una vez que el Gobierno de John Major, acorralado por muchos frentes, decidi¨® apostar fuerte por la privatizaci¨®n penitenciaria.
De hecho, el ¨¦xito o fracaso de The Wolds influir¨¢ en que a principios del a?o pr¨®ximo se inaugure una segunda c¨¢rcel de gesti¨®n privada. La contrata para ese centro se concedi¨® recientemente. Seg¨²n los planes del Gobierno, se generalizar¨¢ tambi¨¦n el traslado de presos por compa?¨ªas de seguridad privadas.
Punta de lanza
El informe sobre el consumo de drogas y la indisciplina da argumentos, en cambio, a los detractores de esa privatizaci¨®n. Tanto los sindicatos como los laboralistas consideran es a medida casi como un insulto, como una dejaci¨®n de los deberes del Estado. Recogiendo esa pol¨¦mica, el director de The Wolds, James Twinns, manifestaba recientemente que "la privatizaci¨®n penitenciaria se impondr¨¢, pero jam¨¢s convencer¨¢ a un sector de la poblaci¨®n"."Primero", contin¨²a Twinns, "porque es una cuesti¨®n ideol¨®gica: sector p¨²blico contra empresa privada. En segundo lugar, porque las ideas de la gente sobre el sistema penitenciario son muy confusas: si los presos son maltratados hay indignaci¨®n popular; si se les trata bien, tambi¨¦n hay indignaci¨®n". La c¨¢rcel tiene una capacidad m¨¢xima para 320 reclusos y hasta ahora nunca ha llegado al m¨¢ximo de ocupaci¨®n. En ese detalle radica parte de los beneficios con respecto a una estatal.
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