Los sindicatos acusan al Gobierno de "echar por tierra" la ley de huelga

El 29 de abril los diputados ya no ratificar¨¢n el proyecto de ley de huelga pactado por el PSOE y los sindicatos. El adelanto de las elecciones generales al 6 de junio ha frenado en seco un texto marcado por la pol¨¦mica, que lleg¨® a enfrentar al Gobierno y al PSOE y levant¨® las iras de los empresarios espa?oles. Las protestas ahora son de los sindicatos. UGT asegura que con esta decisi¨®n el Gobierno demuestra "su voluntad de echar por tierra un acuerdo entre su grupo parlamentario y los sindicatos". CC OO, por su parte, considera burlada la negociaci¨®n entre el PSOE y las centrales, aunque espera que el proyecto de ley se incluya en el programa electoral socialista.

El anuncio de la fecha para las elecciones anticipadas y la consiguiente paralizaci¨®n del proyecto de ley de huelga ha provocado una fort¨ªsima reacci¨®n de los sindicatos. En un comunicado emitido la tarde de ayer, UGT asegura que el Gobierno y su presidente, Felipe Gonz¨¢lez, han pretendido, con el adelanto de las elecciones, "echar por tierra el acuerdo logrado entre su grupo parlamentario y los sindicatos". La central que dirige Nicol¨¢s Redondo recuerda que fue Felipe Gonz¨¢lez quien deleg¨® en su grupo parlamentario para negociar el proyecto de ley. Adem¨¢s, entiende que "esta medida va en contra de los sindicatos, de los trabajadores y del propio Grupo Parlamentario Socialista. Hubiera sido de una elemental responsabilidad hacer compatible esta decisi¨®n con la promulgaci¨®n de la ley".Por ¨²ltimo, UGT estima que "no es con medidas que buscan el aplauso de la derecha -como la posibilidad de promulgar una ley de huelga regresiva y una propuesta de reforma del mercado laboral que facilita el despido libre- como se regenerar¨¢ el PSOE".

Comisiones Obreras considera que la voluntad de di¨¢logo social "expresado por Felipe Gonz¨¢lez en el caso de obtener, la representaci¨®n electoral que le permita gobernar, carece de la necesaria credibilidad, una vez burlado el di¨¢logo y el acuerdo en temas como la ley de huelga". El sindicato que encabeza Antonio Guti¨¦rrez espera que "este proyecto de ley forme parte de los programas electorales del PSOE, IU y CDS, y que conste su compromiso de aprobaci¨®n en la pr¨®xima legislatura".

Satisfacci¨®n empresarial

La decisi¨®n del Gobierno ha sido acogida de manera bien distinta entre los empresarios. Aunque la c¨²pula de la patronal ha preferido esperar a la junta directiva de hoy para emitir una opini¨®n oficial, en los ambientes pr¨®ximos a la CEOE se comentaba con satisfacci¨®n el par¨®n del proyecto de ley, que era considerado como una aut¨¦ntica agresi¨®n por parte del PSOE, del Ejecutivo por extensi¨®n, y de los sindicatos.

La paralizaci¨®n del proyecto de ley, y puede que su futura desaparici¨®n definitiva, es la guinda ideal para la rocambolesca y tensa historia que le ha rodedado. Los enfrentamientos entre el Gobierno y los sindicatos, del grupo parlamentario socialista con varios ministros y, finalmente, de la CEOE con el propio Ejecutivo comenzaron aproximadamente hace un a?o.

En ese momento, las relaciones entre el Gobiernos y las centrales sindicales atravesaban uno de sus momentos m¨¢s tensos. De hecho, cuando en mayo de 1992 se rompieron las negociaciones para presentar un texto consensuado, los sindicatos convocaron una huelga general de cuatro horas para el 28 de ese mes.

La respuesta del Ejecutivo fue contundente. Remiti¨® inmediatamente un proyecto de ley en el que no se inclu¨ªa ninguna de las peticiones de los sindicatos y se hac¨ªa alguna leve concesi¨®n a los empresarios. Sin embargo, el inicio del tr¨¢mite parlamentario coincidi¨® con un cambio radical en la concepci¨®n de lo que deb¨ªa ser el proyecto de ley. Por ello, y despu¨¦s de innumerables reuniones y ocho pr¨®rrogas del plazo de presentaci¨®n de enmiendas en el Congreso, el PSOE y los sindicatos redactaron un proyecto de ley totalmente distinto, incluso en la forma, pues los 41 art¨ªculos iniciales se convirtieron en 24. Jos¨¦ Barrionuevo, por el PSOE, Apolinar Rodr¨ªguez, por UGT, y Agust¨ªn Moreno, por CC OO, llevaron, el peso de las negociaciones.

Este pacto desencaden¨® una oleada de opiniones en contra, tanto de algunos miembros del Gobierno como de la patronal CEOE. Ministros como Carlos Solchaga (Econom¨ªa) o Claudio Aranzadi (Industria) y altos cargos de la Administraci¨®n, como el secretario de Estado de Econom¨ªa, Pedro P¨¦rez, expresaron reiteradamente su malestar por las modificaciones. Hasta el propio presidente del Gobierno sugiri¨® en una reuni¨®n con empresarios que podr¨ªan introducirse modificaciones en alg¨²n momento del tr¨¢mite parlamentario que a¨²n restaba por cubrirse.

Mientras tanto, la CEOE tom¨® el proyecto de ley de huelga como un aut¨¦ntico casus belli que se tradujo en el fin del apoyo de las grandes directrices de la pol¨ªtica econ¨®mica del equipo de Gonz¨¢lez. De hecho, en la gran concentraci¨®n de empresarios del pasado 26 de febrero de 1993, el principal bander¨ªn de enganche utilizado por el presidente de la patronal, Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, fue el pol¨¦mico proyecto de ley.

A pesar de este conjunto de cr¨ªticas, el proyecto de ley sigui¨® su cauce parlamentario y fue aprobado por el Senado el pasado 1 de abril. Ahora, y tan s¨®lo a falta de que el Congreso lo ratificara. el pr¨®ximo d¨ªa 29, ha quedado anclado hasta la pr¨®xima legislatura.