Flores para La Rosilla

El poblado de realojamiento de La Rosilla, en Vallecas Villa, tiene, pese a su nombre, m¨¢s escombros y terrenos bald¨ªos que flores. Pero el paisaje ha cambiado desde que, en octubre, 18 j¨®venes beneficiarios del salario social, la mayor¨ªa gitanos, empezaron a ajardinar las calles del poblado. Su trabajo es uno de los pocos proyectos de formaci¨®n laboral destinados a quienes cobran el ingreso para pobres. Todos los d¨ªas, durante un a?o, reciben clases de alfabetizaci¨®n y aprenden nociones de jardiner¨ªa profesional. Hasta ahora han plantado unos 200 ¨¢rboles, que nadie, ni siquiera los ni?os con sus balones, ha osado tocar.

Las inconfundibles casas de colores conocidas como los pitufas est¨¢n ahora flanqueadas por hileras de arbolitos todav¨ªa sin florecer. Hay acacias, para¨ªsos, pi nos y algunos arbustos. Los m¨¢s j¨®venes del asentamiento est¨¢n ilusionados y quieren participar en el proyecto. Pero las plazas son limitadas y hay ya lista de espera. Enrique de la Cruz, de 25 a?os, es uno de estos alevines de jardinero. Est¨¢ enfrascado en roturar un terreno con una mulilla mec¨¢nica. "Para que luego digan que los gitanos nunca cogemos una pala", exclama este hombre, casado, vecino de La Rosilla. "Yo me apunt¨¦ al curso por necesidad, a ver si hay suerte y sale una ocupaci¨®n, porque la venta de chatarra va fatal", a?ade.?l y sus compa?eros est¨¢n impresionados porque nadie ha da?ado los ¨¢rboles plantados. "Pensaba que algunos, por hacer la gracia, o los cr¨ªos iban a causar alg¨²n estropicio, pero no", explica emocionado. Tampoco los toxic¨®manos que acuden a abastecerse a algunas casas del asentamiento se han ensa?ado con la nueva zona verde.

Otros dos j¨®venes, ?ngeles Gajate y Adolfo Garc¨ªa, recogen tierra y escombros. Ambos tienen 22 a?os. Ella vive en el poblado con su marido, enfermo, y sus dos hijos. Es uno de los cuatro payos que siguen el curso. "Entre nosotros nos llevamos muy bien", asegura. Se apunt¨® pensando en un trabajo. "Yo soy ama de casa, cobramos el salario social, y mi marido, como anda mal de salud, no pod¨ªa dedicarse a este proyecto, as¨ª que me apunt¨¦ Yo".

Hallar un empleo

Su compa?ero de tajo, tambi¨¦n con dos v¨¢stagos, reside en el casco antiguo de Vallecas. Abriga la misma esperanza: encontrar un empleo. "Es lo principal; tambi¨¦n aprendes, pero te ocupa medio d¨ªa, y s¨®lo cobras 12.000 pesetas al mes", explica. "Con eso y las 30.000 del salario social vamos tirando, pero hay que buscar una salida", dice.Muchos de estos j¨®venes, entre los 16 y los 28 a?os, viven en la UVA de Vallecas y en el poblado de La Rosilla. La mitad de ellos tienen hijos, no concluyeron los estudios primarios y han trabajado en la venta ambulante o en la recogida de chatarra. Predominan los varones.

La cooperativa Trama de trabajo social -que act¨²a en la zona desde hace a?os- present¨® el proyecto a la Comunidad de Madrid, que lo subvenciona con 12 millones de pesetas. La Junta Municipal de Vallecas Villa ha cedido un local para las clases. El prop¨®sito del programa es convertir espacios degradados del distrito en zonas verdes. Han empezado por La Rosilla. Su objetivo es que, finalizado el curso, los alumnos creen una empresa para trabajar de jardineros.