La protecci¨®n del medio ambiente es "un fil¨®n de empleos", seg¨²n el ministro de Obras P¨²blicas

La exigencia medioambiental produce un encarecimiento de los costes de producci¨®n y un reajuste de puestos de trabajo, pero tambi¨¦n "es un yacimiento de empleos", afirm¨® ayer el ministro de Obras P¨²blicas, Jos¨¦ Borrell, quien cifr¨® en un bill¨®n de pesetas la demanda de las empresas dedicadas a la protecci¨®n industrial y al reciclaje de residuos en el periodo de los pr¨®ximos cinco a?os.

Borrell, que inaugur¨® una jornadas sobre "pol¨ªtica ambiental, econom¨ªa y empleo" organizadas por UGT, indic¨® que, aunque todav¨ªa constituyen "un embri¨®n industrial", en Espa?a ya existen 300 empresas medioambientales, especializadas en bienes de equipo, vigilancia o control de residuos.Su optimismo sobre el futuro del sector se basa en que, seg¨²n previsiones comunitarias, esta industria duplicar¨¢ a finales de los 90 el mill¨®n y medio de personas que empleaba en la CE al principio de la d¨¦cada (el 1% del empleo en la comunidad). El ministro asegur¨® que en estos momentos la industria medioambiental ha superado a la a¨¦rea en la generaci¨®n de puestos de trabajo.

Para Borrell, el futuro campo de actuaci¨®n de este tipo de industrias est¨¢ en cubrir "muchas necesidades sociales insatisfechas, en muchos casos porque ser¨ªa necesaria una intervenci¨®n p¨²blica en defensa del inter¨¦s general", aludiendo expl¨ªcitamente a una actuaci¨®n fiscal. "No ser¨ªa descartable una fiscalidad verde", manifest¨®. El sistema impositivo, que hasta ahora se centra en la reasignaci¨®n equitativa de los recursos econ¨®micos "va en contra del medio ambiente", reflexion¨® el ministro. "No hemos valorado suficientemente nuestro entorno y la forma en que hemos actuado en ¨¦l", agreg¨®.

En contrapartida, la cada vez m¨¢s exigente pol¨ªtica medioambiental comunitaria "va a producir una p¨¦rdida de empleo en las industrias contaminantes", dijo el titular de Obras P¨²blicas, quien reconoci¨® las dificultades que entra?a su aplicaci¨®n. "El Ministerio quiere actuar, por ejemplo, en la legislaci¨®n de la calidad de las aguas, pero con una aplicaci¨®n taxativa generar¨ªamos consecuencias grav¨ªsimas en los niveles de empleo", explic¨®.

Jos¨¦ Borrel acudir¨¢ la pr¨®xima semana a Bruselas para discutir con sus colegas comunitarios sobre las emisiones de Co2. Y acudir¨¢ con el escepticismo expresado ayer de que importa poco que Europa, que genera s¨®lo el 16% de la emisi¨®n mundial, las reduzca "si desde el punto de vista de equilibrio biof¨ªsico puede inducir a que otros pa¨ªses en expansi¨®n aumenten las suyas".

Su propuesta, que ya ha empezado a ponerse en pr¨¢ctica en Estados Unidos, es que si existe un cupo de CO2 que la humanidad se pueda permitir, se repartan en cupos los derechos de contaminaci¨®n entre todos los productores. De esta forma las empresas menos contaminantes pueden vender sus derechos a contaminar a otras menos limpias. Extrapolado a nivel internacional, el sistema de cupos permitir¨ªa ingresos a pa¨ªses no desarrollados.