La plantilla del Atl¨¦tico rechaza a Heredia
Ram¨®n Cacho Heredia, el entrenador del Atl¨¦tico de Madrid, tiene al presidente, Jes¨²s Gil, de su lado, pero no a la plantilla. Los jugadores dudan de su saber t¨¢ctico y sobre todo, de su personalidad. Algunos confiesan en privado que es el t¨¦cnico que menos respeto les ha infundido. Tampoco ven bien los paseos de Rub¨¦n Cano, el secretario t¨¦cnico, por el vestuario, una zona prohibida para ¨¦l con Luis Aragon¨¦s. El malestar se completa por la presi¨®n que genera Gil y la certeza de que no cambiar¨¢. Villarreal dice: "Se cree que, por tener dinero, puede llevarse el mundo por delante".
El argentino Jos¨¦ Luis Villarreal, en una declaraciones que public¨® ayer el diario bonaerense Clar¨ªn, informa Efe, tambi¨¦n arremete contra Ram¨®n Cacho Heredia. "No tiene personalidad", dice: "si acept¨® el cargo con las condiciones que le impuso el presidente, Jes¨²s Gil, no se pod¨ªa esperar mucho de ¨¦l".No s¨®lo Villarreal rechaza a Heredia! Tambi¨¦n lo hace el resto de la plantilla. Su llegada al club, por la forma en que se produjo, y la sospecha, avalada por las palabras del propio Gil, de que se dejar¨ªa influir en sus decisiones por la opini¨®n presidencial encendieron el ambiente del vestuario. "?Con qu¨¦ ganas vas a entrenarte", comenta uno de los jugadores del Atl¨¦tico, "si no te va a valer de nada? Si juegas, jam¨¢s sabr¨¢s si es por m¨¦ritos propios o por una decisi¨®n empresarial. Si no juegas, tampoco estar¨¢s seguro de que necesitas trabajar m¨¢s, ya que todo puede obedecer a un capricho de arriba".
Los jugadores del Atl¨¦tico tampoco ven a Heredia como un t¨¦cnico convincente en sus planteamientos t¨¢cticos. Ya no coincid¨ªan, salvo una minor¨ªa, con las teor¨ªas de Omar Pastoriza, tambi¨¦n empe?ado en actuar con cuatro defensas. El deb¨² de Heredia, el d¨ªa 3 de este mes en Albacete, donde el equipo perdi¨® tras ir ganando, confirm¨® todos los temores al tener la extravagante idea de colocar a Manolo como carrilero derecho y a Soloz¨¢bal como medio centro con Villarreal en el banquillo y Donato de libre.
Varios jugadores se plantearon incluso desobedecer al t¨¦cnico si se le ocurr¨ªa repetir detalles t¨¢cticos similares. No hizo falta. Ante el Parma, tres d¨ªas despu¨¦s, Heredia acept¨® nociones del sistema de Luis, aunque p¨²blicamente vendi¨® que manten¨ªa el suyo. El equipo jugar¨ªa camufladamente. con dos centrales, L¨®pez y Soloz¨¢bal; un libre, Juanito, y dos laterales,u no falso, Alfredo, por la derecha, y otro natural, Ton?, por la izquierda.
El pasado mi¨¦rcoles, durante un partido informal, ya recurri¨® a las claras al viejo 5-3-2. El malestar de los jugadores ha tenido mucho que ver en este cambio de t¨¢ctica. Pero los males no se acaban ah¨ª. La plantilla reconoce pasar por un momento alarmante de confusi¨®n t¨¢ctica. En algunas fases, por pura inercia, se mueven seg¨²n lo ensayado durante casi toda la temporada con Luis y en otras seg¨²n los nuevos planteamientos. Muy pocas veces lo hacen sincronizados.
Otra de las nuevas situaciones que no soportan los jugadores es la presencia de Rub¨¦n Cano, el secretario t¨¦cnico, en el vestuario, una zona absolutamente prohibida para ¨¦l hasta la marcha de Luis. El dec¨¢logo ideado recientemente por Gil especifica tambi¨¦n que no puede entrar, pero sus paseos por los territorios privados de los jugadores son cada vez m¨¢s frecuentes. Tampoco est¨¢n a gusto con la actitud del presidente cuando aparecen los malos resultados, pero ¨¦sa es una vieja historia que consideran de imposible soluci¨®n.
No arriesgar dinero
La consigna general en la plantilla es abandonar el club cuanto antes, aunque no es una meta tan asequible. Algunos s¨ª, muchos, porque es el propio Atl¨¦tico el que tiene decidido prescindir de ellos. Otros lo tienen m¨¢s dif¨ªcil por la duraci¨®n de sus contratos y las elevadas cifras que muestran sus cla¨²sulas de rescisi¨®n. La rebeli¨®n se ha producido individualmente. Primero, Futre; luego, Schuster, y hace poco, Donato, todos con las espaldas bien cubiertas. Otros no se arriesgan a poner en peligro parte de sus emolumentos y aguantan pese a su disgusto.
Parad¨®jicamente, Juanito, cuya baja fue asegurada por el propio presidente, est¨¢ a punto de renovar por tres a?os, aunque en condiciones econ¨®micas sensiblemente inferiores a los 100 millones de pesetas que figuraban en su anterior contrato. El jugador podr¨¢ rescindir unilateralmente el acuerdo cuando quiera sin tener que pagar indemnizaci¨®n alguna al club.
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