De entre los muertos

El reportaje De entre los muertos (EL PA?S, 11 de abril de 1993), sobre la resurrecci¨®n del ex sargento ¨®scar Carrizo, cuya muerte hab¨ªan decretado los civilizados militares ingleses violando los m¨¢s elementales derechos humanos en la guerra de las Malvinas, es una s¨ªntesis asombrosamente dolorosa de lo dantesco y kafkiano.Recuerdo que, al cumplirse un a?o de aquella guerra tres veces injusta, Garc¨ªa M¨¢rquez les agu¨® la fiesta de la conmemoraci¨®n a los ingleses, revelando en dos hermosos y bien documentados art¨ªculos, publicados en EL PA?S (Las Malvinas, un a?o despu¨¦s y El Reino Unido los ha hecho as¨ª), aspectos concretos de la crueldad de sus militares frente a los vencidos argentinos, especialmente a trav¨¦s de su brazo m¨¢s feroz: los sicarios gu¨ªas. Por supuesto, el Gobierno ingl¨¦s protest¨® contra los infundios del novelista, y, en Espa?a, Fernando Savater lleg¨® a calificar los art¨ªculos de Garc¨ªa M¨¢rquez como algunos de los ejemplos "m¨¢s obtusos de ret¨®rica tercermundista", para concluir que "la obsesi¨®n de Garc¨ªa M¨¢rquez por los gurjas y sus fechor¨ªas es el m¨¢s reciente de ellos", etc¨¦tera (El pu?al del gurja, EL PA?S, 19 de junio de 1983).

Pero como se ve en De entre los muertos, los mismos ingleses empiezan a aportar pruebas sobre

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la crueldad de sus militares en aquella guerra iniciada por otros no menos crueles. ?D¨®nde est¨¢ la obtusidad: en el periodismo imaginativo y documentado del novelista o en el especulativo y racionalista del fil¨®sof¨®?-