Un p¨²blico maduro, dispuesto a no olvidar el pasado
"Le hab¨ªamos perdido la pista, pero hoy, otra vez a recordar", explicaba una mujer de unos 50 a?os que un par de horas antes de que Raimon hiciera su aparici¨®n sobre el escenario del Palau Sant Jordi ya hab¨ªa acudido a sus puertas para asegurarse un buen puesto. Revendedores de entradas, nost¨¢lgicos y algunos j¨®venes deseosos de bucear en las ra¨ªces de familiares resistentes se dieron cita desde bastante antes de que comenzara el recital en la Recta de l'Estadi.
La mayor¨ªa de los que ordenadamente guardaban cola contaban entre 40 y 60 a?os, y en muchos casos reconoc¨ªan que hac¨ªa lustros que no asist¨ªan a un recital de estas caracter¨ªsticas. Caras conocidas en el ¨¢mbito de la resistencia antifranquista cotidiana. Entre quienes aguardaban se encontraban militantes cristianos, antiguos comunistas, dirigentes vecinales e independentistas. Los m¨¢s j¨®venes, que tampoco faltaron, reconoc¨ªan que asist¨ªan por curiosidad e influidos por sus mayores.
Un antiguo dirigente vecinal consideraba que el mensaje de Raimon sigue vigente. Lo mismo dec¨ªa un nacionalista radical que opinaba que con el cantante de X¨¤tiva ya se ped¨ªan libertades hace a?os, "como debe volverse a hacer ahora". Sin embargo, el argumento m¨¢s esgrimido era el de la nostalgia. "Hace 30 a?os que lo o¨ª en la Barceloneta", dec¨ªa una mujer de unos 60 a?os que aspiraba a ocupar los primeros puestos del reci¨¦n abierto Palau de Sant Jordi. Un padre de familia de Terrassa, con esposa y dos hijos, afirmaba: "Es una persona ¨ªntegra y el cartel, adem¨¢s, nos gusta". Los hijos asent¨ªan sonrientes, quiz¨¢ sabedores de que ese era el tributo para asistir al d¨ªa siguiente a un concierto de rock catal¨¢n.
Entradas, tabaco y 'pins'
Mientras el entusiasmo se desparramaba entre los que guardaban cola, los revendedores simultaneaban su oferta -a 3.000 pesetas cada una- con la venta de tabaco. Otros probaban suerte con la venta de pins de Catalu?a al gusto: cuatro barras con estrella independentista, cuatro barras con fondo de rosa de Sant Jordi o simplemente, para los m¨¢s laicos, cuatro barras.El p¨²blico comenz¨® a entrar en el Palau Sant Jordi dos horas antes de que comenzara el recital. Sobre el escenario, una inmensa reproducci¨®n de la portada que Mir¨® hizo para Raimon en el elep¨¦ Can?ons de la roda del temps. Por lo expresado por el p¨²blico asistente en la cola, s¨®lo unos pocos hab¨ªan seguido la trayectoria m¨¢s reciente del cantautor de X¨¤tiva. Una pareja lectora de Le Monde afirmaba que hab¨ªa o¨ªdo a Raimon por ¨²ltima vez hace dos a?os en la fiesta de Treball, que organiza el Partit Socialista Unificat de Catalunya. Otros le recordaban de sus apariciones televisivas, pero muchos hab¨ªan vuelto a escuchar los viejos discos y dedicado la ¨²ltima semana, de forma consciente o inconsciente, a repasar mentalmente las canciones que cantaban cuando eran j¨®venes.
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