El dilema de Demirel
El primer ministro turco arriesga el futuro de su partido si sucede al fallecido presidente Ozal
ENVIADO ESPECIALSalvo que se produzca un imprevisto, el primer ministro Suleim¨¢n Demirel asumir¨¢ la presidencia de Turqu¨ªa, en un juego pol¨ªtico que puede arriesgar el futuro de su partido y de la coalici¨®n gobernante. Demirel, l¨ªder del Partido de la Recta V¨ªa (DYP) y veterano de la pol¨ªtica turca, anunci¨® el viernes que se presentar¨¢ a la elecci¨®n parlamentaria para reemplazar al difunto presidente Turgut Ozal.
La sucesi¨®n presidencial plantea un dilema que Demirel, de 69 a?os, ha estudiado con su caracter¨ªstica prudencia. Al dejar el cargo de primer ministro y la jefatura del centroderechista DYP, Demirel se expone a provocar la ruptura de la coalici¨®n con el Partido Populista Democr¨¢tico (SHP), de Erdal Inonu.La decisi¨®n del actual primer ministro iniciar¨¢ una pugna interna en su partido, donde las corrientes renovadoras pueden abrir brechas profundas, quiz¨¢ irreparables. El riesgo de una crisis constitucional como la que precipit¨® su destituci¨®n tras el golpe militar de 1980 es el factor que posiblemente llev¨® a Demirel a postergar una decisi¨®n hasta casi el ¨²ltimo momento.
"Era dif¨ªcil concebir que Demirel eludiera el desaf¨ªo y desilusionara a la opini¨®n p¨²blica", coment¨® uno de sus asesores apuntando a la fuerte presi¨®n popular que empuj¨® al jefe del Gobierno a presentarse a las elecciones para llenar el vac¨ªo dejado por el fallecido Turgut Ozal, su viejo rival del Partido de la Madre Patria.
El periodo oficial para que se den a conocer las candidaturas comienza el pr¨®ximo martes. El Parlamento tendr¨¢ luego 20 d¨ªas para elegir al nuevo presidente, y, sin duda, su primera misi¨®n ser¨¢ lidiar la espinosa cuesti¨®n de nombrar un primer ministro y asegurar la cohabitaci¨®n entre las fuerzas que dominan el actual Gabinete turco. La mayor¨ªa de la prensa de Estambul est¨¢ de acuerdo en que el hombre m¨¢s indicado para ejercer un papel tutelar es Demirel.
Baza estrat¨¦gica
El columnista Enur Cevik, uno de los m¨¢s fervientes admiradores del actual primer ministro, escribi¨®: "[Demirel] no es una persona que se lanza a una cosa, y, a diferencia de Ozal, prefiere abstenerse del juego si el riesgo es demasiado alto. Demirel sabe que no puede asumir la presidencia y olvidarse de su partido y de su gran misi¨®n de transformar Turqu¨ªa en un pa¨ªs pr¨®spero".Lo que Demirel va a tratar de evitar a toda costa es que su alejamiento de la jefatura del DYP deje al partido en manos incapaces de garantizar una victoria en las cruciales elecciones municipales del pr¨®ximo a?o, porque ello asestar¨ªa un golpe mortal a sus ambiciones en las elecciones generales de 1996.
"El DYP, sin Demirel, podr¨ªa sufrir una derrota", dijo el columnista Oktay Eksi, del diario Hurriyet, subrayando una posibilidad, remota en el tiempo, pero que ya causa gran ansiedad en el principal partido turco.
La agenda del pr¨®ximo presidente en un pa¨ªs donde tradicionalmente la presidencia tiene poderes limitados y que Ozal, al ampliarlos sin mayores consultas, irrit¨® m¨¢s de una vez a Suleim¨¢n Demirel, no se va a diferenciar mucho de la anterior.
Si en algo est¨¢n de acuerdo los turcos es en que Ankara tiene una oportunidad inmejorable para demostrar que su estrat¨¦gica ubicaci¨®n geogr¨¢fica como puente entre Europa, Asia Central y Oriente Pr¨®ximo (y su ineludible responsabilidad en los Balcanes) es un capital que eventualmente puede ayudarle a materializar su sue?o de ingresar en la Comunidad Europea. El resuelto apoyo a Estados Unidos durante la guerra del Golfo contra Sadam Husein dio s¨®lo una dimensi¨®n del valor estrat¨¦gico de un pa¨ªs prooccidental y de cuya generosidad con las aguas del Tigris y el ?ufrates dependen en buena parte las econom¨ªas y, por ende, la estabilidad de sus vecinos ¨¢rabes.
Aunque todav¨ªa est¨¢ por calibrarse el verdadero impacto de Turqu¨ªa en el C¨¢ucaso sur y entre sus primos de las cinco nuevas rep¨²blicas de habla t¨²rquica y religi¨®n musulmana de la ex Uni¨®n Sovi¨¦tica -una relaci¨®n que Turgut Ozal, con t¨ªpico arrojo, quiso impulsar, aunque esencialmente a base de ret¨®rica-, es indudable que Suleim¨¢n Demirel, en el muy probable caso de ser elegido, va a tratar de manejar la cuesti¨®n con mucho m¨¢s pragmatismo.
La prueba interna
Pero la gran prueba en la Turqu¨ªa posterior a Ozal est¨¢, sin embargo, en el ¨¢mbito interno. Cualquiera que sea la configuraci¨®n del poder en Ankara, sus administradores van a tener que dar prioridad a los planes econ¨®micos, porque de su ejecuci¨®n depende la credibilidad del sistema liberal con el que Turqu¨ªa quiere emular a los europeos. Igual atenci¨®n va a demandar al nuevo Gobierno el no muy logrado esfuerzo por demostrar mejoras en el s¨®rdido campo de los derechos humanos. Pero el reto de la nueva Turqu¨ªa no es s¨®lo exterior, Ankara tiene que dar prioridad a los planes econ¨®micos para acercarse al nivel de vida medio europeo y mejorar su respeto a los derechos humanos."Es natural que la gente considere la candidatura a la presidencia del pa¨ªs para una persona como yo, que ha esta do en la pol¨ªtica turca en los ¨²ltimos 30 a?os", declar¨® Demirel d¨ªas antes de anunciar su decisi¨®n.
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