Triunfan los Bejarano
Tres coletudos de cotizaci¨®n modesta llegaron a la plaza rumiando torer¨ªas ut¨®picas que les sacaran de tanta fatiga y esfuerzo, so?ando con un triunfo liberador, que al final no se produjo, aunque Miguel Rodr¨ªguez lo roz¨®. El ¨¦xito fue, sin embargo, para dos de los toreros que se anuncian con letra peque?a en los programas y cartelones, los varilargueros Enrique y Ram¨®n Bejarano, ¨¦ste de alias taurino El Avispa. Ambos, de la cuadrilla de Galindo, dieron una lecci¨®n parigual de buen hacer.
Tan raro e inusual¨ªsimo suceso, en esta ¨¦poca de malos jinetes y peores piconeros por lo general, ocurri¨® en sus respectivos bicornes; ya que, cual hermanos que se llevan como Dios manda, alcanzaron la gloria del mismo modo: echando el palo por delante, aguantando la embestida, clavando en el morrillo y midiendo el castigo. Fueron cuatro puyazos, repartidos dos a dos entre Ram¨®n y Enrique, que centellearon y unieron su luz t¨¢urica a la de los rel¨¢mpagos, rayos y truenos de la lluviosa tarde cuando m¨¢s arreciaba el l¨ªquido elemento y el fr¨ªo polar; o sea, de la sierra de Guadarrania.
Passanha / Manrique, Galindo, Rodr¨ªguez
Toros de Luis Passanha, bien presentados, nobles y mansos, excepto 4? y 6?, manejables.Jorge Manrique: estocada desprendida y tres descabellos (ovaci¨®n); media perdiendo la muleta y estocada tendida (m¨¢s palmas que pitos al saludar). Ra¨²l Galindo: pinchazo, estocada ca¨ªda, cinco descabellos -aviso- y descabello (silencio); pinchazo y estocada baja (silencio). Miguel Rodr¨ªguez: media, estocada corta, pinchazo, pinchazo hondo -aviso- y descabello (silencio); metisaca y estocada (vuelta). Plaza de Las Ventas, 25 de abril. Un cuarto de entrada
Toros sin clase
Los hados del destino se acordaron de los Bejarano y no de su jefe, con el que se mostraron tan esquivos y huidizos como aplomados, sin clase y derrotones sus toros en el ¨²ltimo tercio. De semejante condici¨®n fue el encierro si exceptuamos los segundos de Manrique y Rodr¨ªguez, tampoco adalides de la sangre brava, pero s¨ª al menos con movilidad y cierto buen tranco.Galindo estuvo seguro, sobrio, pinturero y artista en los escasos arreboles que le permiti¨® la mingurria condici¨®n descastada de sus enemigos. Tambi¨¦n destac¨® su sentido lidiador, baj¨® algo con los garapullos y fall¨® lastimosamente a espadas en ambos, dejando en conjunto la impresi¨®n de necesitar, como los hermanos Marx, m¨¢s madera.
Sus compa?eros de tema pasaportaron con dignidad y entrega a sus primeros rivales. Manrique, luego, acus¨® sus escasos contratos y no supo sacar el m¨¢ximo partido del cuarto. Similar atenuante sirve para Rodr¨ªguez con el sexto, en cuya faena ofreci¨® una mezcolanza de naturales y redondos de magn¨ªfica concepci¨®n junto a algunos enganchones y desajustes propios de quien casi se juega la temporada en diez minutos.
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