Suspensi¨®n incomprensible en la Maestranza
La corrida de ayer en Sevilla, quinta de la Feria de Abril, se suspendi¨® incomprensiblemente a las siete y media de la tarde; una hora despu¨¦s de la anunciada para su comienzo y despu¨¦s de que una brigadiLLa de operarios hubiera acondicionado el ruedo, que hab¨ªa encharcado la lluvia. En aquel momento lucia un sol radiante. Un toque de CLAR?N anunci¨® la suspensi¨®n, y nadie explic¨® las razones ¨²ltimas por las cuales no se celebraba la corrida. Se dar¨¢ el pr¨®ximo 1 de abril, a las doce de la ma?ana, con el mismo cartel: Joselito, Enrique Ponce y Chamaco, con toros de Jandilla.
Hacia las cuatro de la tarde llovi¨® y graniz¨® torrencialmente en Sevilla y media hora despu¨¦s escampaba, aunque qued¨® un ambiente invernal, con fr¨ªo y negros nubarrones. El ruedo de la Maestranza, sin embargo, que hab¨ªa sido cubierto por pl¨¢sticos protectores, presentaba relativo buen aspecto, con algunos charcos, y los areneros pudieron cubrirlos sin ning¨²n problema. A las seis y media volvi¨® a llover y el aguacero, que lleg¨® a ser muy fuerte, dur¨® un cuarto de hora.En cuanto amain¨® la lluvia, salieron los toreros, la autoridad y, representantes de la empresa a comprobar el estado del redondel, que en esos momentos estaba encharcado en su mayor parte. Despu¨¦s de pisarlo en diversas zonas y cambiar impresiones entre ellos, concertaron que se volviera a acondicionar y se retiraron al patio de cuadrillas.
La Maestranza carece de megafon¨ªa y la afici¨®n ha de enterarse de lo que sucede, por se?as, o escrutando las actitudes de los personajes del drama. Tambi¨¦n de las personalidades significativas en la vida pol¨ªtica y social de la ciudad. Por ejemplo, que Manuel Chaves, Presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, permaneciera sentado en el palco, aguardando pacientemente el comienzo de la corrida -como todo el mundo-, era indicio de celebraci¨®n.
Mientras unos cuantos operarios esparc¨ªan a paladas el albero que otros dos se apresuraban a transportar en sendas carretillas, el p¨²blico hac¨ªa c¨¢balas. La primera de todas, que, con semejante ritmo, el comienzo de la corrida pod¨ªa coincidir con la cena. El genio comunicador de la empresa, no obstante, aclar¨¦ este aspecto: un empleado dio la vuelta al ruedo con una pizarra en la que se dec¨ªa: "Aplazada hasta las 7'30".
Los expertos en climatolog¨ªa daban por segura la celebraci¨®n, y comentaban: "La tormenta va a Carmona". Es la gu¨ªa usual de los sevillanos para estos casos -Carmona-, m¨¢s otros lo desmienten y aclaran que, en realidad, lo que se dice es "La tormenta va calmona".
A las 19?25 horas el ruedo estaba acondicionado, se abrieron las nubes, sali¨® el sol y, justo en ese momento, un toque de clar¨ªn anunci¨® que la corrida hab¨ªa sido suspendida. La determinaci¨®n fue acordada por toreros, empresa y autoridad, en cuya opini¨®n, el ruedo estaba impracticable. Pero el p¨²blico se qued¨® estupefacto y comentaba que ya pod¨ªan haberlo dicho antes.
Babelia
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