Cerca de un mill¨®n de personas se manifiesta en Washington en defensa de los homosexuales
Yo soy gay. El vecino que sale a pasear en bicicleta es gay. Cualquiera que vive en esta ciudad, no importa cu¨¢l sea su comportamiento sexual, siente la obligaci¨®n moral de considerarse gay en una jornada como ¨¦sta, en la que cientos de miles de homosexuales se han reunido en una de las mayores manifestaciones por los derechos civiles de la historia de Estados Unidos para exigir aceptaci¨®n social y reclamar atenci¨®n a sus problemas. Fue un espect¨¢culo nunca visto en el mundo. Una marcha orgullosa e interminable seguramente, cerca de un mill¨®n de personas- que elev¨® la causa de los homosexuales a la categor¨ªa de una de las grandes prioridades para el gobernante que quiera dirigir este pa¨ªs con justicia.
La Casa Blanca, en la que s¨®lo dorm¨ªa el servicio dom¨¦stico porque toda la familia del presidente, Bill Clinton, hab¨ªa decidido pasar el fin de semana fuera de la ciudad, amaneci¨® rodeada de una pancarta en la que se le¨ªa: "Queremos nuestros derechos ahora". Las demandas de la enorme manifestaci¨®n se concentraron en las tres principales reivindicaciones actuales del movimiento homosexual: levantamiento de la prohibici¨®n de los gay en el Ej¨¦rcito, aumento del presupuesto para la investigaci¨®n sobre el sida y reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo. La marcha estuvo precedida el s¨¢bado por una masiva ceremonia de bodas homosexuales en la que miles de parejas contrajeron matrimonio en la avenida de la Constituci¨®n.Uno de los grandes protagonistas de la jornada fue el sargento Jos¨¦ Z¨²?iga, que hace unos d¨ªas fue condecorado por su hero¨ªsmo durante la guerra del Golfo y ayer decidi¨® confesar por primera vez sus inclinaciones sexuales, con lo que ha puesto en juego su futuro militar. Junto a ¨¦l marcharon cientos de veteranos que han sufrido la discriminaci¨®n contra los homosexuales en las Fuerzas Armadas. Desde Boston, donde deb¨ªa pronunciar un discurso, el presidente envi¨® un mensaje de solidaridad a los manifestantes en Washington. "Estoy a vuestro lado en la lucha por la igualdad de todos los estadounidenses", dec¨ªa el comunicado. Reiteraba su voluntad de anular la prohibici¨®n de que los homosexuales sirvan en las filas del Ej¨¦rcito de EE UU y anunciaba que nombrar¨¢ "pronto" un encargado especial para la lucha contra el sida.
Aunque la ausencia de Clinton, el primer presidente que respalda la causa homosexual, decepcion¨® a muchos, no hubo apenas quejas por su decisi¨®n.
"Todos sabemos que aqu¨ª hay hoy un mill¨®n de saxofones con nosotros", dijo uno de los organizadores, en alusi¨®n a la afici¨®n musical del presidente. Las mayores emociones estuvieron ligadas al recuerdo de los muertos por el sida. Algunos de los que marchaban con ce?idas camisetas de colores llamativos para exteriorizar provocativamente su condici¨®n homosexual se desmoronaban en l¨¢grimas ante la menci¨®n de sus compa?eros perdidos por esa enfermedad. Uno de los manifestantes dijo haber presenciado la muerte de m¨¢s de 30 amigos por el sida.
La parejas de gay y lesbianas se abrazaban y besaban apasionadamente ante las c¨¢maras de televisi¨®n para llamar la atenci¨®n sobre la existencia de esta otra clase de amor. En muchos casos, las parejas de dos mujeres llevaron a la marcha a sus hijos concebidos por inseminaci¨®n artificial con el fin de demostrar que un nuevo concepto de familia, muy diferente al que pretend¨ªan proteger los republicanos, se ha impuesto de forma irreversible en esta sociedad.
Fecha legendaria
La jornada de ayer, que pasar¨¢ a la historia al lado de otras fechas legendarias como la del discurso de Martin Luther King, I have a dream, en 1963 o la gran manifestaci¨®n contra la guerra de Vietnam en 1969, sirvi¨® sobre todo para poner de evidencia que la homosexualidad no podr¨¢ ser ya tomada como una actitud marginal que no inspira m¨¢s que chistes baratos. Hace muchos a?os que no se cuentan chistes sobre negros en EE UU, y menos a¨²n sobre Vietnam. Es muy probable que, desde ayer, tampoco se cuenten chistes sobre maricas, que ¨¦sa es la palabra -m¨¢s exactamente, maric¨®n (queer, en ingl¨¦s)- que han preferido utilizar los participantes en la marcha para autodefinirse. Mucho han cambiado las cosas desde el primer desfile en moto de un grupo de homosexuales por las calles de Los ?ngeles en 1966. Para los gay, este domingo ha sido una oportunidad para expresar libremente sus deseos sexuales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.