"Dies irae"

Es cierto que ni se compra ni se vende (salvo excepciones) el cari?o verdadero, pero presentarse a unas elecciones es como ir al mercado de los programas y las ideas, y uno se pone lo mejor que tiene y ofrece los productos que mejor aceptaci¨®n van a tener. Por ejemplo: los del PP no quieren llevar en el cesto a Hormaechea y prefieren ir con Aznar por delante, cual san Tarsicio, con la sagrada forma de la pureza pol¨ªtica y econ¨®mica sobre su pecho. Los del PSOE van a vender a Felipe Gonz¨¢lez, que a¨²n tiene una cotizaci¨®n competitiva por mucho que haya perdido en las c¨¢maras dengelaci¨®n. Los partidos nacionalistas ofrecen productos de casa y van sobre seguro, porque su principal argumento es: somos carne de tu carne y sangre de su sangre. IU va a ir al mercado con Anguita y esa transparencia democr¨¢tica que ha permitido que se confirme la cr¨®nica del castigo advertido por Anguita. Si el Gran Coordinador no hubiera anunciado que ya llegar¨ªa el verano y el Dies irae, pues lo del rapapolvo democr¨¢tico a los de Maastricht hubiera sabido a m¨¢s espont¨¢neo, a sana racionalidad de las bases condenando a intelectuales org¨¢nicos vers¨¢tiles o desafectos. Pero tal como se anunci¨® la represalia, si una represalia se anuncia como represalia, no lo dudemos, es una represalia preconcebida, y en este caso preconcedida.

Ganas de vender menos. Majeza de suicidas imbuidos de razones que la raz¨®n no comprende desde una l¨®gica de mercado, pero no olvidemos que estamos ante pol¨ªticos que exigen que al mercado se le ponga el cerebro de la necesidad real colectiva. Y al parecer, a ese mercado hab¨ªa que aplicarle el cerebro, el cerebro privilegiado del intelectual org¨¢nico colectivo (no muy colectivo, por cierto) para que demostrara la capacidad de desplante al flash y a las vanas razones del marketing. Habr¨¢ que dar la raz¨®n a las par¨¢frasis. No hay m¨¢s izquierda que la que arde.