La Mil¨¢
Por lo tuyo del ¨²ltimo martes, Mercedes, chapeau. Sali¨® tu autocontrol despu¨¦s de quedarte chafada, c¨®mo no, tras aquella algarada del periodista alfabeto. Te felicito por tu humanidad, tu comprensi¨®n y hasta por tus debilidades: por mantenerle en la sala sin darle m¨¢s razones para su protesta, por dedicar a su libro los minutos que le prometiste, y que no se mereci¨® por su actitud, y hasta por preguntarle dulcemente si estaba ya satisfecho con lo que hab¨ªais hablado de su libro.Fue enternecedor verte tan suave, tan mansa, tan terrenal, tan sensiblemente tocada. Y con esa capacidad admirable de sobreponerte y tirar p'alante, porque la cosa fue fuerte. Que los tienes cuadraos para plantarte ante quien sea, ya hab¨ªa quedado demostrado en m¨²ltiples ocasiones. Esta otra cara tuya de saber recoger velas no estaba clara hasta este martes. As¨ª que tu imagen ha salido reforzada con esta an¨¦cdota. Bien, t¨ªa, bien.
Comparto con Emilio Romero su sensaci¨®n de salir defraudado de los derroteros que tom¨® el programa. Lo que no s¨¦ es si coincidiremos en las causas: para m¨ª fue mayormente por el exceso de petulancia, por el egocentrismo y el desprecio hacia los dem¨¢s contertulios de quien s¨®lo iba por su inter¨¦s. Curiosa su contradicci¨®n de que no necesita publicidad ni ir a televisi¨®n cuando acudi¨® a televisi¨®n s¨®lo para publicitar su libro, seg¨²n se encarg¨® de aclarar repetidas veces para que lo pudiera comprender el pueblo lerdo del otro lado de la c¨¢mara.
Queremos saber qu¨¦ habr¨ªa pasado si comienzas el programa hablando de su libro, aparte de haber sido un churro de planteamiento period¨ªstico. Como no creo que su altaner¨ªa llegue al punto de haber querido monopolizar el programa, habr¨ªa comprendido que hab¨ªa que pasar a otro tema. Y en ese punto, dos opciones:
1. La coherente con sus manifestaciones, levantarse e irse, puesto que su tema ya estar¨ªa acabado.
2. Con su ego ya calmado, que se hubiera dignado a quedarse un ratito para el tema de los dem¨¢s, lo de Felipe y eso, que a ¨¦l le importaba un higo.
Y aqu¨ª llegamos al meollo de la cuesti¨®n: si hubiera tenido un pel¨ªn m¨¢s de paciencia, se hubiera hablado de su libro, pues era justamente eso lo que ibas a hacer cuando salt¨®. Pero salt¨® pese a todo. No pudo y/o no quiso evitarlo. Veamos ambas posibilidades:
a) Si es simplemente que no pudo, la cosa parece clara: se le obnubil¨® la mente; sus emociones, su cabreo por la demora en poner su libro como vedette, pudieron con la l¨®gica del "hasta el rabo todo es toro" de un programa largo como el tuyo.
b) Si entra en juego la componente no quiso, como pareci¨® por el momento en que se produjo, entonces parece evidente que te quer¨ªa provocar, que buscaba romperte.
Un paralelismo, en suma, con el tema central del programa. Seg¨²n su propia argumentaci¨®n, que comparto, de lo del presidente Gonz¨¢lez en la universidad, si all¨ª cuaj¨® lo que pudiera estar premeditado, es porque hab¨ªa un germen de desencanto. Pero aqu¨ª fue al rev¨¦s: algunos estudiantes, y supongo que muchos telespectadores, dijimos: "?Que se vaya!". Tu lealtad y tu humildad le mantuvieron. Adem¨¢s de su irrefrenable deseo de promocionar su libro. Muy humano, por otra parte.
Vali¨® la pena. Fue una lecci¨®n interesante de la que todos pudimos aprender un mont¨®n. Hasta puede que incluso ¨¦l, un t¨ªo inteligente, si su pu?etero ego se lo permite...
Mi benepl¨¢cito para la postura firme, seria y equilibrada del rector y del catedr¨¢tico, sabiendo poner los puntos sobre las ¨ªes sobre los pretendidos sig-
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nos cadav¨¦ricos de la universidad, simplemente porque no abunden las algaradas. Cayetano L¨®pez y Tom¨¢s y Valiente merecen nuestro respeto. Los estudiantes tambi¨¦n, por su frescura y honradez. Algunos de los 39, y en especial una, grandes aplausos por hablar claro. Y para el presuntuoso y admirado (desde ayer algo menos) provocador, ni un gramo de publicidad hoy. Te chinchas.
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