Unanimidad
Quisiera expresar mi agradecimiento a Eduardo Haro TecgIen por su columna Unanimidad, ¨²nica muestra discrepante en EL PA?S del 3 de abril ante la ?hip¨¦rbole, mentira? de la primera p¨¢gina del d¨ªa anterior: "Fallece don Juan con el respeto un¨¢nime de la sociedad espa?ola". Por supuesto que la cursiva es m¨ªa. Y la mentira que destaca, de EL PA?S.A m¨ª, una persona que se ofreci¨® voluntariamente a los militares sublevados contra el pueblo, lo que caus¨® muertes, exilios, sufrimientos indecibles y el envilecimiento de la sociedad espa?ola durante 40 a?os, cuyas secuelas todav¨ªa sufrimos, me horroriza. Una monarqu¨ªa que se salv¨® en 1923 con un golpe de Estado y una dictadura que en 1932 intent¨® otro golpe de Estado, que lo repiti¨® en 1936, y s¨®lo la lucha personal por el poder la hace fracasar no me merecen ning¨²n respeto.
Y como yo hay otros muchos -tambi¨¦n miembros de la sociedad espa?ola, por m¨¢s que ustedes lo ignoren- que desmienten su pretendida "unanimidad".
Pero es que todo el n¨²mero del 2 de abril, que recuerda hechos y peri¨®dicos de hace casi 18 a?os, de cuando las multitudinarias colas de dolor, gira, adem¨¢s, en tomo a un leitmotiv: Juan de Borb¨®n no rein¨® porque se enfrent¨® con Franco. Es un ejemplo m¨¢s de lo que les vengo denunciando desde hace mucho como "ling¨¹¨ªstica de la mentira", de la que EL PAIS da frecuentes muestras sin rubor alguno. Juan de Borb¨®n no rein¨® -y esto es evidente- porque la mayor¨ªa del pueblo espa?ol rechaz¨® en 1931 el r¨¦gimen mon¨¢rquico.
Manipular la informaci¨®n transmitiendo subliminalmente que ten¨ªa derecho a reinar y que sus diferencias con Franco demuestran que fue un dem¨®crata es, adem¨¢s de incierto, tan burdo como aquel chiste del palurdo que confundi¨® a un obispo con una mujer porque llevaba faldas. Ni todas las personas que llevan faldas son mujeres ni todos los que se enfrentaron con Franco fueron dem¨®cratas ni pueden ponerse al mismo nivel de los que defendieron la libertad y fueron masacrados.
La manipulaci¨®n se hace patente cuando ustedes a?aden que quiso ser "el rey de todos los espa?oles". S¨ª, no cabe duda de que quiso serlo, primero por la fuerza de las armas y luego-despu¨¦s de Yalta y cuando la derrota de nazis y fascistas era palpable y se anunciaba un ajuste de cuentas con cuantos hab¨ªan colaborado con ellos- pidiendo una monarqu¨ªa cat¨®lica y parlamentaria, con "s¨²bditos", por supuesto, como luego dejar¨ªa claro en el discurso cuartelero de su renuncia.
Ustedes, arco?os, perd¨®n, arcanos de sabidur¨ªa, portadores de la verdad revelada y tocados de la ciencia infusa, en lugar de recomendar paternalmente a los sindicatos que reflexionen el D¨ªa del Paro, "incluso si la reflexi¨®n implica a?adir unas gotas de autocr¨ªtica..." ?por qu¨¦ no reflexionan tambi¨¦n antes de escribir y, si no saben, dejan de hacerlo? Si ese fuera el resultado, que yo no deseo, comprobar¨ªan que la mentira y la adulaci¨®n hacen poco en favor de la actual monarqu¨ªa, que si fuera continuaci¨®n de la anterior fenecida, de poco servir¨ªa porque, adem¨¢s de ignorar la historia, volver¨ªa a abrir heridas ya cerradas. Reflexionando comprobar¨ªan que, desde el paro, la reflexi¨®n es muy otra. Pero no habr¨ªan llegado a extremos tan dram¨¢ticos. Bastar¨ªa s¨®lo con que hicieran uso de la memoria.-
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