Invenciones espa?olas

Cuatro autores espa?oles pertenecientes a las generaciones de 1931, 1946 y 1961 sonaron el martes en el Monumental, dentro del ciclo M¨²sica del siglo XX. Dirigi¨® Jos¨¦ Ram¨®n Encinar a un grupo de excelentes solistas de la Sinf¨®nica de RTVE y no asisti¨® demasiado p¨²blico.Sin embargo, hubo un clima excelente para seguir con inter¨¦s y aplausos generales las obras de Eduardo Rinc¨®n (Santander, 1924), Jos¨¦ Manuel Berea (Madrid, 1953), Jacobo Dur¨¢n L¨®riga (Madrid, 1958) y Carmelo Bernaola (Ochandiano, 1929).

La m¨²sica de Rinc¨®n nos llega muy pausadamente, pero ha asentado en todos una estimaci¨®n por la variedad, limpia traza y esp¨ªritu libre de su m¨²sica. No creo que fuera ideal la interpretaci¨®n de la Primera sinfon¨ªa de c¨¢mara, pues tuvo algo de desva¨ªda y rala, pero tras todo ello se advert¨ªa la presencia de un compositor aut¨¦ntico

El Estudio de Jos¨¦ Manuel Berea, escrito hace 13 a?os, nos da, en esquema preciso, la personalidad del compositor madrile?o a trav¨¦s de un sutil trabajo instrumental, con predominio solista del chelo, una textura aireada y una sobria coloraci¨®n.

Dur¨¢n L¨®riga escribi¨® en Alemania su Kammerkonzert, una pagina extraordinariamente bella lograda a partir de un trabajo bien planeado, minucioso y exacto. Pero esa estructuraci¨®n sostiene una po¨¦tica que seduce desde el primer momento y se mantiene a lo largo de este libre Concierto de c¨¢mara. Ya es significativo que recibamos esta creaci¨®n juvenil de Dur¨¢n L¨®riga como si hubiera sido escrita ayer.

Para final, Carmelo Bemaola y su A mi aire, de 1979. Estupenda invenci¨®n, vital, esbelta y rebosante de Bemaola. Parece un autorretrato resuelto por alguien que ya por aquellas fechas era todo un maestro. La labor interpretativa de Encinar hizo posible la m¨¢s c¨®moda comunicaci¨®n entre compositores y oyentes, pues fue radicalmente fiel.