Abandonar con dignidad

Cuando acuden por la ma?ana a firmar la hoja de salida, los austriacos del Varta m¨¢s parece que van a dar el visto bueno a su sentencia de muerte. No saben lo que hacen en la Vuelta. No son capaces siquiera de integrarse en el hast¨ªo hacia la rutina que predomina en los ciclistas de otros equipos extranjeros, italianos, holandeses o belgas. ?stos acuden a la salida con el mismo esp¨ªritu que lleva un trabajador a la f¨¢brica. Calculando las horas de faena y pensando en el fin de semana.Los del Varta no tienen mente para pensar en eso. Para ellos una tachuela de tercera categor¨ªa se les aparece como el mism¨ªsimo Tourmalet. Aparece una cuesta y comienza su pesadilla. En las primeras rampas se descuelgan. A Orense, s¨®lo dos llegaron con el pelot¨®n; los otros ocho, desperdigados.

El primer corredor en abandonar la carrera ha sido uno de ellos, el dorsal 167, el alem¨¢n Uwe Nepp. Este ciclista del Varta lleg¨® el mi¨¦rcoles a Orense en el puesto 167 (de un total de 169). Nepp lleg¨® 18 minutos despu¨¦s que el ganador, Laurent Jalabert. Pese a sus esfuerzos, fue expulsado fulminantemente de la Vuelta: hab¨ªa recorrido seis kil¨®metros "al abrigo" de un coche de su equipo. Corri¨® protegido del viento, y a¨²n as¨ª, lleg¨® descolgado.