Los especialistas en sangre se sienten amenazados por las fuertes condenas por contagio de sida
La sangre es un ¨®rgano vivo. Un producto insustituible en intervenciones quir¨²rgicas y hemorragias graves, que no puede esterilizarse y, por tanto, comporta un riesgo de contagio que la sociedad debe asumir sin llevar a los m¨¦dicos ante los tribunales. Jos¨¦ Mar¨ªa Fern¨¢ndez Ra?ada y Jos¨¦ Montoro, presidentes de las sociedades cient¨ªficas de Hemoterapia y Transfusi¨®n Sangu¨ªnea, respectivamente, defendieron ayer con esos argumentos la urgencia de abordar un debate que ponga fin a sentencias como la reciente de Barcelona, que condena a dos a?os de c¨¢rcel a dos m¨¦dicos, as¨ª como a indemnizar con 70 millones de pesetas a una mujer contagiada de sida en mayo de 1986, meses antes de poderse controlar la sangre.
De no producirse un debate que acabe con la creciente judicalizaci¨®n de los m¨¦dicos, ambos especialistas manifestaron su temor de que las indennizaciones alcancen una "cifra escandalosa", corri¨¦ndose el riesgo ?le que la asistencia sanitaria en Espa?a derive hacia una medicina defensiva como la practicada por los facultativos de Estados Unidos. Este sistema, caracterizado por abusar de las pruebas y an¨¢lisis antes de arriesgar un diagn¨®stico, ha elevado los costes econ¨®micos sanitarios a niveles insoportables y "desprotegido a un sector de la poblaci¨®n que no puede pagarlos", afirma Fern¨¢ndez Ra?ada."Los m¨¦dicos estamos viendo que, haciendo las cosas bien, exisiten condenas por los da?os inducidos por esa actividad. Es un da?o involuntario, y el pago de las indennizaciones sale de los 'impuestos de todos los espa?oles. Si la sociedad quiere eso tendr¨¢ que acabar creando un ministerio o un departamento para ello, porque las indennizaciones por los riesgos de la medicina pueden no tener fin", contin¨²a este especialista, quien manifest¨® al tiempo su extra?eza porque el Congreso no haya abordado ese debate.
Fern¨¢ndez Ra?ada cuantifica el. riesgo de infecci¨®n del sida por transfusi¨®n en una de cada 250.000 unidades. Un riesgo, a su juicio, "cient¨ªficamente despreciable y menor que el que corre una persona en su vida cotidina". Hay que tener en cuenta que anualmente se transfunden m¨¢s de un mill¨®n de unidades de sangre. Todas las donaciones son analizadas, pero un m¨ªnimo porcentaje contagiado puede pasar ese control, dado que durante un corto periodo el VIH no se detecta. Se realizan tambi¨¦n pruebas frente a la hepatitis B, C y otras infecciones.
Tanto Fern¨¢ndez Ra?ada, jefe del Servicio de Hemoterapia del hospital de la Princesa, en Madrid, como el doctor Montoro, responsable del Centro de Transfusiones de Valencia, presentaron ayer un comunicado conjunto de las sociedades cient¨ªficas que representan. Afirman en ese documento que los m¨¦dicos del hospital del Valle de Hebr¨®n afectados por esa sentencia actuaron de acuerdo con la legislaci¨®n vigente y coincidiendo con el estado cient¨ªfico y la pr¨¢ctica transfusional habitual.
Bajo el ojo del juez
"No es objetivo valorar", contin¨²an, "actuaciones realizadas en 1986 a la luz de los conocimientos de l993". En este sentido, Fern¨¢ndez Ra?ada record¨® que "lo que hoy se sabe sobre el sida no es ni much¨ªsimo menos lo que se sab¨ªa en 1986 sobre una enfermedad descrita por primera vez tres a?os antes".
Por ello, consideran en el comunicado que esa sentencia "penaliza de forma grave e injustificada una actuaci¨®n m¨¦dica legal y profesionalmente correcta, por lo que confiamos en que pueda finalmente obtenerse la libre absoluci¨®n de los profesionales encausados".
La sentencia considera, en cambio, que los facultativos no tienen que regirse por la normativa en vigor en 1986, cuando a¨²n no estaba regulado el control de la sangre, sino por su conciencia profesional, argumentado la condena en que "subordinaron su conciencia profesional y m¨¦dica a un mero tr¨¢mite administrativo, como una reglamentaci¨®n auton¨®mica o estatal, ampar¨¢ndose en que en aquellas fechas hab¨ªa muy pocos casos en Catalu?a, como si el criterio num¨¦rico y no la vida humana de un solo ser no sea el determinante de la obligaci¨®n de prevenci¨®n".
Fern¨¢ndez Ra?ada y Montoro puntualizaron en todo momento que "los m¨¦dicos no vamos a entrar en el an¨¢lisis de una decisi¨®n judicial porque no somos abogados", pero el comunicado muestra claramente que discrepan de las consideraciones del juez.
Tras se?alar que las normas legales en materia de sangre se establecen despu¨¦s de realizar numerosos estudios y consultar con expertos y sociedades cient¨ªficas, se?alan que "los profesionales deben actuar de acuerdo a esas normas, ya que ser¨ªa mucho m¨¢s peligrosos dejar la pr¨¢ctica transfusional al arbitrio de decisiones individuales no establecidas definitivamente".
El Ministerio de Sanidad y Consumo considera tambi¨¦n que la sanidad se est¨¢ judicializando en exceso. A su juicio, existe una "confusi¨®n dram¨¢tica entre las leg¨ªtimas expectativas del ser humano para vencer la enfermedad y las posibilidades de la ciencia para garantizar esa curaci¨®n". Por otra parte, el presidente del Colegio de M¨¦dicos de Barcelona, Ram¨®n Tr¨ªas, manifest¨® el martes pasado que muchos facultativos se sentir¨¢n tentados de hacer actuaciones in¨²tiles para que el paciente tenga la impresi¨®n subjetiva de que se ha hecho todo lo posible para curarle.
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