La cima del 'lied"

De tarde en tarde nos es dada una de las m¨¢s altas experiencias musicales: escuchar los lieder de Hermann Prey, un artista para el que, de no existir, habr¨ªa sido necesario inventar la palabra maestro.Prey frisa los 65 a?os y sin embargo su voz, una de las m¨¢s hermosas en la historia del canto, permanece fresca y coloreada, su afinaci¨®n es segura, su flato excelente y su estilo, sobrio y expresivo, rigurosamente magistral. Quienes deseen saber lo que es m¨²sica de una manera honda y trascendente, deben escuchar a Hermann Prey, m¨¢s a¨²n si junto a ¨¦l est¨¢ un liederista del piano tan fuera de serie como el sueco -norteamericano, Leonard Hokanson (Vinalhaven, 1931).

El arte de la interpretaci¨®n es, en buena parte, el de la diferenciaci¨®n, lo que en Prey se da en grado superlativo. Su monogr¨¢fico Brahms pas¨® por los diversos mundos, desde los peque?os dramas concentrados e intensos que son las Romanzas de la bella Magelone, sobre Tieck y los Cantos b¨ªblicos, hasta la l¨ªrica sustancial de un romanticismo que acababa, en los lieder amorosos o la gracia espont¨¢nea, hecha sabia por Brahms, de los lieder populares.

La conmoci¨®n de la audiencia fue grande y tras el denso programa, Prey y su colaborador se despidieron conla c¨¦lebre Nana, un gute nacht que desear¨ªamos convertir en ?hasta muy pronto! El arte de Hermann Prey y Leonard Hokanson no es de los que se ovacionan tan solo; se agradecen y se conservan en la rara memoria del sentimiento.

Un recital de triste motivaci¨®n como el organizado por M¨¦dicos sin Fronteras para ayudar a quienes sufren en Somalia se tom¨® -honda injusticia entre mundos contrapuestos de vida- en el positivo, y por lo tanto alegre, desfile de cinco j¨®venes pianistas espa?oles, cuatro madrile?os y un catal¨¢n: Almudena Cano, Sylvia Tor¨¢n, Rosa Torres-Pardo, Ignacio Mar¨ªn y Josep Mar¨ªa Colom.

Pianistas para Somalia

Bien conocidos todos, supieron llevarnos por los exigentes caminos de la gran m¨²sica a trav¨¦s de Schumann, Schubert, Chopin, Brahms y Wagner-Liszt, entendidos a su manera por las distintas individualidades, ya definidas de estos cinco int¨¦rpretes. Su actuaci¨®n colectiva, vale como un gesto: la solidaridad, la necesaria y urgente solidaridad preconizada por el presidente de M¨¦dicos Sin Fronteras en sus palabras de introducci¨®n.As¨ª es que, en la medida que disfrut¨¢bamos de tanta belleza musical como son capaces de crear los cinco artistas escogidos, a las sensaciones est¨¦ticas, se a?ad¨ªa una cuota importante de remordimiento. Mientras sufren y mueren millones de seres, nuestra existencia es holgada y unos pocos pa¨ªses "m¨¢s ricos" se re¨²nen para dirimir sus peque?os o grandes intereses. ?Qu¨¦ desasosiego!