Los serbios mantienen el cerco de las zonas bosnias protegidas por la ONU

ENVIADO ESPECIAL, Las mismas Naciones Unidas que han tomado bajo su protecci¨®n el enclave musulm¨¢n de Zepa -junto a los de Sarajevo, Gorazde, Tuzla, Bihac y Srebrenica- ignoran cu¨¢l es su verdadera situaci¨®n militar. Los observadores siguen sin poder entrar en esta localidad de Bosnia central ante la firme negativa serbia a dejarles pasar. Los radioaflicionados de Zepa aseguran que la situaci¨®n es desesperada. El cerco contin¨²a sobre el resto de los enclaves.

La media de granadas ca¨ªdas cada d¨ªa sobre Zepa supera las 2.000, seg¨²n fuentes bosnias. Aunque no hay datos independientes, las informaciones de los radio aficionados aseguran que las l¨ªneas de defensa de la ciudad est¨¢n a punto de caer en manos serbias. Hablan de cientos de muertos, muchos de ellos pudri¨¦ndose en las calles. Los hospitales se hallan abarrotados y los m¨¦dicos han empezado a operar a los heridos en cuevas. La artiller¨ªa serbia ha proseguido con sus ataques.El caso de Zepa empieza a ser la gota gemela del de Srebrenica: 40.000 civiles, la mayor¨ªa refugiados procedentes de otras ¨¢reas, son atacados sin piedad por una fuerza militar muy superior. El general franc¨¦s Philippe Morillon, comandante en jefe de la Fuerzas de Protecci¨®n de las Naciones Unidas en Bosnia (Unprofor) ha realizado un inesperado viaje a Pale con el fin de entrevistarse con el general Ratko MIadic, jefe militar de los rebeldes serbios. Morillon trata de evitar la ca¨ªda de Zepa urdiendo alg¨²n tipo de compromiso que impida el asalto final y la matanza de numerosos civiles.

Env¨ªo de tropas

El Estado Mayor del general Morillon en Sarajevo ya ha empezado a trabajar en la evaluaci¨®n de las fuerzas disponibles para desplazar un grupo de protecci¨®n a Zepa. Unprofor descarta por completo el env¨ªo de tropas si no hay un acuerdo previo con los serbios. El actual mandato de la ONU no permite imponer por la fuerza las cinco nuevas zonas de protecci¨®n decretadas el jueves por el Consejo de Seguridad.

La situaci¨®n en el resto de las zonas de seguridad es grave, aunque en ning¨²n caso tan desesperada como en Zepa. No obstante, las fuerzas serbias. han descargado su artiller¨ªa sobre algunos de estos enclaves, como Bihac, donde ayer murieron dos personas. El llamado bolsillo de Bihac est¨¢ rodeado por tierra conquistada por los serbios. En los ¨²ltimos diez d¨ªas ha estado sometido a un intenso ataque de fuerzas serbias procedentes de la Krajina, regi¨®n tomada a los croatas en la guerra de 1991. Los radicales serbios desean limpiarlo por completo de musulmanes.

En Gorazde, uno de los tres enclaves musulmanes de Bosnia oriental que a¨²n no se hallan bajo control serbio, no hay combates, pero los alimentos empiezan a escasear. El mi¨¦rcoles entr¨® en la ciudad un convoy, del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) cargado con ayuda humanitaria. Era el primero despu¨¦s de casi cuatro meses. Un grupo de 176 cascos azules canadienses y 26 blindados de su base de Visoko, en Bosnia central, entrar¨¢n en las pr¨®ximas horas en Srebrenica para reforzar a los 205 soldados de la misma nacionalidad ya desplegados hace casi un mes. Son los encargados de proteger a m¨¢s de 50.000 habitantes.

Tuzla, otra de las nuevas zonas de seguridad -decretadas por las Naciones Unidas, se encuentra a tan s¨®lo 13 kil¨®metros de uno de los frentes de guerra, a tiro de los ca?ones de la artiller¨ªa serbia, que regularmente env¨ªan sus mensajes. Es una ciudad de 110.000 habitantes cuyas reservas alimentarias se encuentran exhaustas. La ayuda humanitaria llega por una ¨²nica carretera de tierra que atraviesa las monta?as y cuyo tr¨¢nsito depende de los combates en Bosnia central. Los serbios se niegan a permitir la reapertura del aeropuerto para la llegada de suministros.

Sarajevo, la sexta zona protegida, es un caso aparte. La noticia de la resoluci¨®n del Consejo de Seguridad no ha provocado reacci¨®n alguna, ni en el Gobierno ni en la gente. El escepticismo es inmenso. Todo lo que no sea una intervenci¨®n militar internacional les parece que llega tarde. Para pacificar realmente Sarajevo ser¨ªa necesario el despliegue de una fuerza numerosa, pues el mismo frente de batalla cruza algunas de sus calles. La artiller¨ªa serbia, que domina la ciudad desde las monta?as, se mantiene alerta. Ayer mismo, un puente de la ciudad sobre el r¨ªo Toplicka, una de las principales rutas de abastecimiento de la ciudad, fue dinamitado.

[Por otra parte, tres mezquitas de la ciudad noroccidental de Banja Luka, controlada por los serbios, fueron dinamitadas en la madrugada de ayer. Eran las ¨²nicas que quedaban en pie. Una de ellas, la de Ferhat Bei, hab¨ªa sido construida en el siglo XVI. El presidente de Yugoslavia, Dobrica Cosic, conden¨® estos atentados. Es la primera vez que Cosic condena un acto terrorista serbio].