Mauri consigue romper el mito suizo

CARLOS ARRIBAS, Melchor Mauri (Amaya) s¨®lo necesit¨® 44 cent¨¦simas de segundo y 37,1 kil¨®metros para romper el mito de esta Vuelta a Espa?a: la invencibilidad de Alex Z¨¹lle (ONCE) y Tony Rominger (Clas). El ciclista catal¨¢n, de 27 a?os, gan¨® a casi 50 kil¨®metros por hora una contrarreloj sorprendente porque los m¨¢s desfavorecidos por el terreno no perdieron el tiempo temido. Z¨¹lle sigue de l¨ªder, pero su ventaja sobre Rominger ya es apenas de cuatro segundos. Laudelino Cubino (Amaya) y Pedro Delgado (Banesto) se relamen pensando en lo que se avecina: cuatro finales en alto en los ocho d¨ªas que quedan de la carrera.

El recorrido era ideal para Mauri. Y para Rominger. Para rodadores potentes, fuertes y con gran cuerpo, capaces de mover grandes desarrollos. La distancia era menos ventajosa para el l¨ªder. A Z¨¹lle se le considera imbatible en distancias inferiores a los 25 kil¨®metros. Su rendimiento era una inc¨®gnita. Mauri no desaprovech¨® su oportunidad. Rominger, tampoco. Z¨¹lle cay¨® derrotado, pero por poco. Las previsiones se cumplieron. Tambi¨¦n Erik Breukink (ONCE), tranquilo, ya sin responsabilidades, se sum¨® a la fiesta.Mauri necesitaba una rehabilitaci¨®n. Rominger, seguir limando segundos a su compatriota. Z¨¹lle, mantener el maillot amarillo. Los tres cumplieron. Mauri llevaba dos a?os justos, desde la contrarreloj de Valladolid en 1991, sin saber lo que era derrotar a los mejores en su terreno favorito. Tras un tormentoso 1992, con enfermedades y fracasos, su fuerza le devolvi¨® al podio: vigor fisico y mental.

Otra vez falsas promesas. "Rominger y Z¨¹lle", dec¨ªan Los directores de Cubino y Delgado, "pueden sacarnos tres segundos por kil¨®metro. Minuto y medio al final y estar¨ªamos contentos". Menos lobos. Seguro que Javier M¨ªnguez y Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri daban ayer saltos de alegr¨ªa. La Vuelta sigue estando viva * Delgado estuvo m¨¢s preciso, aunque arriesg¨® menos en su apuesta: "Har¨¦ un tiempo similar al de Cubino". Dieciocho segundos sac¨® el segoviano al corredor del Amaya. Los temibles suizos s¨®lo aventajaron en l m l6s a Cubino y en menos de un minuto a Delgado.

"Hab¨ªa tantas curvas al principio que perd¨ªas la cuenta y ya no sab¨ªas c¨®mo tomarlas", explicaba Aitor Garmendia, un joven valor del Banesto. Los giros fueron determinantes. Y el c¨¢lculo. Cubino y Delgado, por ejemplo, se beneficiaron de que en los 14 primeros kil¨®metros apenas hab¨ªa anchas avenidas. Era la zona t¨¦cnica en que m¨¢s que la potencia descomunal del rodador se impone la t¨¦cnica y la clase. Z¨¹lle se sali¨® en una curva, roz¨® la valla y perdi¨® la seguridad. "Desde entonces no tom¨® ni una curva bien" razon¨® S¨¢iz; sin buscar en ello una disculpa.

Mauri advirti¨®: "He salido al 100%". Quien da primero da dos veces. Los dem¨¢s, que me sigan". As¨ª, jug¨® los 37,1 kil¨®metros con la renta inicial y le ech¨® una carrera a Rominger: "A que no me pillas". Rominger midi¨® sus m¨²sculos y calcul¨® el esfuerzo. Hasta el kil¨®metro 20 cedi¨® 15 segundos. Despu¨¦s fue robando d¨¦cimas. Pareci¨® la carrera de Aquiles y la tortuga. Parec¨ªa posible que el alado cazara al torpe Animal: 13 segundos en el 24, 11 en el 30. En los ¨²ltimos metros, cortando el viento, la divisi¨®n se aceleraba. Pero fue menor el espacio que la resta de tiempo. Si hubiera habido 100 metros m¨¢s, las 44 cent¨¦simas habr¨ªan sido, quiz¨¢, s¨®lo una.