El improbable pacto PSOE-IU

De las coaliciones poselectorales posibles, la del PSOE con IU es la que cuenta con m¨¢s adeptos, seg¨²n los sondeos. Se trata, sin embargo, de una hip¨®tesis poco probable. Pero no, o no s¨®lo, porque Anguita y Gonz¨¢lez no se entiendan. La clave est¨¢ en el dif¨ªcil equilibrio resultante del previsto empate entre los dos principales partidos.La incertidumbre del resultado ha devuelto su primac¨ªa a la pol¨ªtica: a eso que antes de que fuera dominada por los economistas se llamaba "el arte de la pol¨ªtica", y que se manifestaba sobre todo en las alianzas. En el arte de dar con las combinaciones que favorezcan las propias posiciones sin potenciar las de los rivales o reforzar m¨¢s de la cuenta las de los aliados. Anguita ha excluido cualquier pact¨® con el PSOE mientras este partido no renuncie a "su pol¨ªtica neoliberal". Sartorius, por el contrario, ha dejado abierta esa posibilidad como forma de "hacer valernuestra fuerza y obligar al PSOE a cambiar de pol¨ªtica en el sentido que propugnamos".

Ser¨ªa deseable que los electores conocieran por adelantado qu¨¦ coaliciones propugna y cu¨¢les excluye cada partido. La divisi¨®n que al respecto existe en IU se da tambi¨¦n en el PSOE. Pero si ello hace poco probable que Gonz¨¢lez ense?e sus cartas antes del d¨ªa 6, es posible imaginarlas comparando las opciones reales que se le presentar¨ªan el 7, si gana.

Las encuestas describen un escenario formalmente sim¨¦trico: cuasi empate entre los socialistas y Ios populares, con unos 145 diputados cada forma ci¨®n, y sendos bloques de apoyo potencial, los nacionalistas e Izquierda Unida (IU), con unos 25 ¨® 30 diputados, a sus flancos. En los hechos, sin embargo, esa simetr¨ªa no es tal porque una de las combinaciones te¨®ricamente posibles, la del Partido Popular (PP) con IU, es impensable en la pr¨¢ctica. Ello permite a los socialistas plantear su apertura al centro -para intentar retener a los votantes tentados de fugarse con Aznar- sin que los que pueda perder por la izquierda aprovechen gran cosa a su adversario principal: los votos pasados del PSOE a IU podr¨¢n servir o no para conformar una coalici¨®n de izquierda, pero es seguro que en ning¨²n caso se sumar¨¢n a una encabezada por Aznar.

Ese factor no puede dejar de proyectarse en la Pol¨ªtica de alianzas del PSOE. Aunque sea l¨®gico que Gonz¨¢lez no lo diga claramente -especulando con la distinci¨®n entre Anguita y Sartorius-, es evidente su preferencia por una alianza con Pujol y Arzalluz, con o sin presencia en el Gobierno. Y ello porque, con los m¨¢rgenes tan apretados que se prev¨¦n, un pacto PSOE-IU significar¨ªa autom¨¢ticamente la articulaci¨®n frente a ¨¦l de una potente alternativa de centro-derecha, integrada por los conservadores y los nacionalistas y seguramente capaz en breve plazo de forzar una moci¨®n de censura o unas elecciones anticipadas (en las que barrer¨ªa). Frente a ese escenario, el peor para el PSOE, su alianza con los nacionalistas podr¨ªa ser problem¨¢tica desde otros puntos de vista, pero en absoluto potenciar¨ªa una alternativa a la griega entre Aznar y Anguita.

Es esa diferencia lo que hace, de entrada, poco ve ros¨ªmil la f¨®rmula PSOE-IU en caso de victoria so cialista por escaso margen.