El abrazo del sobrino

JES?S DELGADO, Una mujer de 81 a?os ten¨ªa silla reservada junto a la c¨²pula de los socialistas. Mar¨ªa P¨¦rez Gonz¨¢lez, hermana del padre de Felipe Gonz¨¢lez, se desplaz¨® ayer desde su residencia en Rasines (a unos 60 kil¨®metros de Santander), para abrazar a su sobrino, a quien apenas pudo saludar en la capital c¨¢ntabra durante la campa?a electoral de 1982.

Carmen Romero y su marido abrazaron efusivamente en el albero a la t¨ªa Mar¨ªa, una viejuca enjuta y modestamente vestida que pareci¨® asimilar muy bien la emoci¨®n.

Durante su discurso, el candidato socialista, sin dejar de mirarla, aludi¨® dos veces a su t¨ªa y le repiti¨® p¨²blicamente algo que le hab¨ªa confiado nada m¨¢s verla: "?T¨ªa Mar¨ªa, qu¨¦ ganas tengo de volver a tu casa!". Y a?adi¨®: "S¨¦ muy bien que ella est¨¢ emocionada, pero la cara no le cambia, la tiene adusta y seria como si me hubiera visto ayer. ?sa es la caracter¨ªstica de esta tierra de sentimientos profundos que afloran dif¨ªcilmente".

"No conozco La Moncloa", confes¨® Mar¨ªa P¨¦rez, "ni la quiero conocer, porque no estoy yo para cuentos. Lo que le pedir¨ªa a mi sobrino Felipe es algo que no me puede dar: salud. Mire estas manos que antes pod¨ªan acarrear 100 kilos bajo el brazo mejor que ahora uno". La t¨ªa octogenaria a¨²n recuerda con cari?o el d¨ªa en que, hace ya unos 40 a?os, Felipe Gonz¨¢lez lleg¨® a la estaci¨®n del norte en Santander, procedente de Sevilla, para pasar el verano en su casa de Rasines.

Mar¨ªa P¨¦rez, que no sabe ni quiere saber de pol¨ªtica, se abstiene de juzgar el pa¨ªs que su sobrino gobierna desde hace casi 11 a?os.