El empe?o de un millonario
Un reque?o pueblo irland¨¦s acoger¨¢ el pr¨®ximo, 15 de mayo el festival de Eurovisi¨®n
El s¨¢bado que viene, muchos millones de europeos oir¨¢n hablar de Millstreet por primera y, probablemente, ¨²ltima vez. Millstreet es un pueblecito de 1.500 habitantes situado en el sur de Irlanda que, gracias al empe?o de un millonario local, se convertir¨¢ el d¨ªa 15 en sede de la 38? edici¨®n del Festival de Eurovisi¨®n. El festival no s¨®lo proporcionar¨¢ un d¨ªa de fama a la localidad y sus habitantes; tambi¨¦n ha permitido reparar las aceras, instalar seis cabinas telef¨®nicas y poner un sem¨¢foro en la calle principal.
El sem¨¢foro, se ha puesto, mayormente, para impresionar a los visitantes. Cuando acabe el festival lo desmontar¨¢n, porque no hace ninguna falta. Pero la doble curva de la carretera, justo a la entrada del pueblo, quedar¨¢ reparada por mucho tiempo. Y el and¨¦n de la estaci¨®n ya no ser¨¢ un escal¨®n, como sol¨ªa ser, sino un and¨¦n de verdad: los viajeros podr¨¢n apearse desde el vag¨®n que quieran, y no s¨®lo desde los dos primeros.Lo de traer el festival al pueblo se le ocurri¨® a Noel C. Duggan mientras ve¨ªa por televisi¨®n las votaciones del a?o pasado. "Ireland, twelve points; Irlande, douze points,", cantaron los presentadores, e Irlanda adquiri¨® una ventaja definitiva sobre el resto de los pa¨ªses participantes.
Los organismos televisivos no tienen reparo en participar cada a?o en el festival. Pero, como en el antiguo lema ol¨ªmpico, se trata de participar, no ganar. La victoria implica organizar la siguiente edici¨®n del evento, y eso, en general, es visto como un engorro. Duggan lo sab¨ªa. As¨ª que, el lunes siguiente, envi¨® una carta a RTE, la radiotelevisi¨®n irlandesa, con una propuesta, simple: ?por qu¨¦ no Millstreet? El se cuidar¨ªa de todo.
Los directivos de RTE no dieron importancia a la carta, que acab¨® en la papelera m¨¢s a mano. Pero hubo m¨¢s cartas, llamadas telef¨®nicas y visitas personales. La terquedad de Duggan acab¨® convenciendo a los ejecutivos de televisi¨®n. ?Por qu¨¦ no Millstreet? Bueno, pues que sea Millstreet.
A Duggan, por cierto, nadie le conoce por ese nombre. Desde que naci¨®, hace 58 a?os, le llaman por el nombre y la inicial intermedia: Noel C. La familia de Nel C. hab¨ªa disfrutado una cierta prosperidad en el siglo XIX, cuando Millstreet estaba en la ruta de la leche desde los pastos interiores hacia el puerto de Cork. Pero la vida profesional del joven Noel C. no tuvo un arranque prometedor: tuvo que pagar 30 libras, adquiridas con la crianza y venta de una vaca, para que le emplearan como aprendiz en una ferreter¨ªa de Cork, la capital de la comarca.
Debi¨® aprender bien el oficio, porque poco despu¨¦s abri¨® su propia tienda en Millstreet; luego cre¨® un taller de reparaci¨®n de tractores; m¨¢s tarde, una empresa metal¨²rgica, y, al fin, como remate, fund¨® Green Glens, un club ecuestre que constituye uno de los principales centros de esparcimiento para los lugare?os. Los otros centros de ocio son los pubs locales, 13 nada menos.
Gran carpa
Green Glens ser¨¢, obviamente, donde se re¨²nan la orquesta, los cantantes, las c¨¢maras de 25 pa¨ªses y los 3.500 invitados a presenciar el festival. Noel C. ha comprado una gran carpa con la que ampliar la capacidad del club h¨ªpico y conf¨ªa, si las cosas no se tuercen, en aprovecharla de nuevo en el futuro: "Si vale para Eurovisi¨®n, vale para cualquier cosa", dice. "Estar¨ªa bien poder traer a Millstreet a Pavarotti, Neil Young o U2", declar¨® a The Daily Telegraph.Si Noel C. es el alma del asunto, Ken Brennan es el brazo ejecutor. Brennan, director de la escuela de Millstreet, se ha encargado, como secretario del Comit¨¦ de Eurovisi¨®n, de todos los detalles: desde las l¨ªneas telef¨®nicas hasta la construcci¨®n del and¨¦n, pasando por la pu?etera doble curva y el arreglo de los jardines. En total, su presupuesto ha alcanzado el mill¨®n de libras, unos 182 millones de pesetas. "Hemos hecho en tres meses lo que no habr¨ªamos hecho, normalmente, en dos a?os", afirma con orgullo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.