Colecci¨®n de bellas artes

Muy pr¨®ximo temperamental e ideol¨®gicamente a Jean Dubbuffet, de quien se nos muestran en esta exposici¨®n cinco buenas obras, Cordier es el gran ap¨®stol de las corrientes visionarias y postsurrealistas, denominadas generalmente art brut, que junto al informalismo mat¨¦rico tuvieron su momento ¨¢lgido, sobre todo en Francia, en las dos d¨¦cadas que van de la posguerra hasta los a?os sesenta.Ahora, por iniciativa de Thomas Messer, asesor de La Caixa y amigo de Cordier, Dubuffet y otros artistas de este per¨ªodo, llega a Barcelona una selecci¨®n de este legado, que incluye 70 obras de 11 de los artistas m¨¢s representativos de los gustos de su antiguo due?o. Cordier, que tambi¨¦n ha pintado, inaugur¨® su primera galer¨ªa en 1956. Sus propuestas arriesgadas atrajeron pronto a coleccionistas importantes y tres a?os m¨¢s tarde se mudaba a un local mayor, la c¨¦lebre sala de la Rue Miromesnil. En 1958, adem¨¢s, abri¨® otra galer¨ªa en Francfort y en su 1960 otra m¨¢s en Nueva York.

El prestigio de Cordier se asent¨® en la promoci¨®n y defensa de artistass j¨®venes, a menudo incluso muy alejados de los circuitos comerciales y de las tendencias internacionales establecidas. Su colecci¨®n es, pues, predominantemente una visi¨®n particular de cierto tipo de arte marginal y esto es lo que esta muestra celebra. Las obras de Eug¨¦ne Gabritschevsky, Dado, Bernard R¨¦quichot, y Oyvind Fahlstr?m son, por tanto, las que mejor ilustran una preferencia por el trabajo art¨ªstico basado en la fuerza creadora del inconsciente y el potencial expresivo de lo, en ¨²ltimo t¨¦rmino, irracional y patol¨®gico. Cada uno de ellos es autor de un mundo alucinatorio y delirante que antecede algunos dspectos de los artistas de Dau al set.