"Queremos la paz"
Considerado el adversario m¨¢s implacable de Israel, Asad parece empe?ado en tranquilizar lo m¨¢s posible a los israel¨ªes y a sus aliados norteamericanos en cuanto a sus intenciones de paz.Desde que sufriera un achaque el pasado diciembre, la salud de Asad ha sido objeto de constantes especulaciones. La cuesti¨®n que se debate sin parar en la comunidad diplom¨¢tica de Damasco es cu¨¢l de los varios delfines del r¨¦gimen, civiles o militares, tiene m¨¢s posibilidades de sucederle, y si la transici¨®n ser¨¢ tranquila o tormentosa. Pero Asad conserva un paso firme, tiene buen color, y su mirada sigue siendo tan penetrante como siempre.
"Queremos paz. ?Lo decimos en serio!", afirma Asad, e insiste: "No puede haber ni la m¨¢s m¨ªnima duda de que queremos paz. De lo contrario, no llevar¨ªamos 20 a?os hablando de paz".
"Pero", a?adi¨®, "si la paz es algo m¨¢s valioso que los problemas a que nos enfrentamos, debemos perseguirla, y si redunda en inter¨¦s de todos los pueblos de esta regi¨®n, entonces hay que ir a por ella".
L¨ªder del partido nacionalista Baaz, el presidente sirio mostr¨® su disposici¨®n a convivir con el Estado israel¨ª, seg¨²n exigen las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad, aprobadas tras las guerras ¨¢rabe-israel¨ªes de 1967 y 1973 y que exigen tambi¨¦n la devoluci¨®n de los territorios ocupados por Israel en 1967: "Aceptar las resoluciones de las Naciones Unidas significa que los ¨¢rabes han acordado, de facto, que tanto los israel¨ªes como los ¨¢rabes tengan su lugar en Palestina".
"La paz que queremos debe ser justa, estar basada en esas resoluciones y ser global", dijo y, poniendo un gran ¨¦nfasis en sus palabras, a?adi¨®: "Cualquier paz que no sea global no durar¨¢".
Retirada total
En las primeras. rondas del pro ceso de paz, iniciado en Madrid en octubre de 1991, Israel intent¨® en vano que el presidente sirio definiera su concepto de paz mientras que ¨¦ste, por su parte, intentaba sin ¨¦xito lograr. que Israel se comprometiera a regresar a sus fronteras anteriores a la guerra de 1967. Para salir de ese punto muerto, Asad ofrece ahora a Israel un paquete: "Paz total a cambio de retirada total".Sin embargo, al preguntarle si su oferta significaba que si Israel reconociera la soberan¨ªa siria sobre todo el Gol¨¢n Damasco levantar¨ªa el estado de guerra, respondi¨®: "No tiene sentido formular preguntas hipot¨¦ticas ni plantear posibilidades cuando la otra parte no ha dado su conformidad al principio b¨¢sico".
"En Israel", continu¨®, "hay una corriente cada vez m¨¢s fuerte en favor de la paz. El grupo cada vez m¨¢s numeroso de gente que expresa esas ideas quiere la paz entre Israel y la naci¨®n ¨¢rabe. Digan lo que digan, el mundo entero sabe que la naci¨®n ¨¢rabe habita en esta regi¨®n. Nadie, ni en Oriente ni en Occidente, puede ignorar a la naci¨®n ¨¢rabe. El proceso de paz en conjunto naci¨® de la necesidad de encontrar una soluci¨®n global".
Al acceder a conversar cara a cara con Israel bajo las "normas de Madrid", Asad renunci¨® a su idea de una conferencia internacional, que era su foro de negociaci¨®n predilecto, y tuvo que aceptar que los palestinos negociaran directamente con Israel: "Consideramos que la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) es una potencia ¨¢rabe m¨¢s de esta regi¨®n..., pero ning¨²n pa¨ªs ¨¢rabe tiene derecho a violar los intereses de cualquier otro., Si todo el mundo admite que la paz debe ser global las reglas b¨¢sicas en cada caso ser¨¢n similares, pero, como he dicho, ser¨¢ cosa de que cada pa¨ªs las aplique individualmente".
"Todos nos incorporamos al proceso de paz sobre la base de las resoluciones 242 y 338. Las resoluciones son v¨¢lidas para todos, pero la manera de trabajar puede ser diferente". Asad prosigui¨® afirmando que esto es especialmente v¨¢lido en el caso de la OLP, que negocia con Israel, en primer lugar, el establecimiento de un r¨¦gimen de autonom¨ªa para Cisjordania y Gaza.
"En cualquier caso, hablar de una paz por separado ya no se adec¨²a a los esfuerzos que se llevan a cabo ahora. Nos hemos puesto de acuerdo sobre los fundamentos y tambi¨¦n, en gran medida, hemos definido el rumbo que debemos seguir para alcanzar nuestro objetivo. Por consiguiente, incluso aunque alguna de las partes firmara un acuerdo por separado o bilateral, ya no podr¨ªa decirse que fuera una paz por separado".
?Est¨¢ usted diciendo que cada negociaci¨®n de las diversas partes ¨¢rabes puede proseguir a diferentes velocidades y que pueden alcanzarse acuerdos bilaterales, siempre que no se perjudiquen los intereses ¨¢rabes y siempre que el objetivo final sea un acuerdo global?, se le pregunt¨®.
"?No! No es eso lo que estoy diciendo. Diferentes velocidades, s¨ª. En cuanto a lo dem¨¢s, ya se ver¨¢. Habr¨¢ que ver si las diferentes velocidades conducen a acuerdos en momentos diferentes. Cuando lleguemos a esa fase, nos plantearemos si algunos de los participantes deber¨ªan firmar acuerdos bilaterales y si ¨¦stos van en inter¨¦s de todos. El proceso todav¨ªa no ha pasado del punto de partida, y usted pregunta ya por el final del proceso".
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