El 'no' de los extremos
El 'frente de rechazo' abarc¨® desde la ultraderecha a los movimientos alternativos
Desde la derecha m¨¢s recalcitrante de Dinamarca hasta los movimientos alternativos que no saben en qu¨¦ lugar del espectro pol¨ªtico colocarse, se ha defendido el no a los acuerdos de Edimburgo con el argumento de que ayer se votaba otra vez un tratado, el de Maastricht, que ya fue rechazado el pasado 2 de junio en las urnas. Los dos extremos han adoptado durante la campa?a una postura nacionalista para apoyar su negativa, con la diferencia de que el derechista Partido del Progreso se acerca a posiciones fascistas y otros grupos contrarios a Maastricht siguen so?ando inocentemente con mantener la identidad nacional y temen que su idiosincrasia se pierda dentro de la gran Europa.El Partido del Progreso, la ¨²nica fuerza pol¨ªtica con representaci¨®n parlamentaria que no respald¨¦ el compromiso nacional que recog¨ªa las exigencias danesas para participar en el proyecto de la Uni¨®n Europea, y que se concret¨® luego en la cumbre comunitaria de diciembre pasado en Edimburgo, se cerr¨® en banda a ese proyecto, entre otras cosas por miedo a que se produjese una invasi¨®n de extranjeros en el pa¨ªs.
Su l¨ªder, P¨ªa Kjaersgaard, lleg¨® incluso a asegurar tajantemente durante la campa?a que los jubilados se quedar¨ªan sin sus beneficios sociales si se aprobaban los acuerdos. Kjaersgaard nunca pudo demostrar en qu¨¦ se basaba para lanzar esas afirmaciones, pero declar¨® que estaba segura de poder encontrar alguna directiva de Bruselas que las apoyase.
Los movimientos populares en contra de la Comunidad Europea formaban una amalgama en la que hab¨ªa ecologistas, progres sin reciclar, algunos trepas y unos cuantos idealistas. Todos ellos repitieron hasta la saciedad que el acuerdo alcanzado por los Doce en la reuni¨®n de la capital escocesa no supone ning¨²n cambio sustancial respecto a Maastricht, no es vinculante jur¨ªdicamente, represanta una p¨¦rdida notable de la soberan¨ªa nacional y por tanto se merece "un no a¨²n m¨¢s grande".
"Votaremos el martes Edimburgo, pero tendremos Maastricht el mi¨¦rcoles", asegur¨® al cierre de la campana Jens Peter Bonde, un antiguo comunista que tiene un esca?o en Estrasburgo y forma parte del movimiento contrario a la Comunidad Europea. Con una sola frase, resum¨ªa la situaci¨®n a la que se enfrentan los daneses, seg¨²n su punto de vista, por supuesto.
Ib Christensen, miembro del Parlamento Europeo y dirigente del Movimiento Popular en contra de la CE, se quejaba un d¨ªa antes del refer¨¦ndum de que la campa?a no se hab¨ªa centrado en la discusi¨®n del contenido de los acuerdos de Edimburgo y dec¨ªa sentirse "deprimido" porque el Parlamento dan¨¦s hab¨ªa aceptado como v¨¢lidos los resultados del refer¨¦ndum del 2 de junio pasado y ahora hab¨ªa pedido mayoritariamente al pueblo que votase que s¨ª.
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