El 's¨ª' dan¨¦s a Maastricht desbloquea el camino hacia la Uni¨®n Europea
Europa puede respirar. Los daneses han resuelto el embrollo ocasionado por el refer¨¦ndum del, 2 de junio de 1992. Con la totalidad de votos escrutados, el s¨ª obtiene el 56,8% y el no el 43,2%. En la consulta de junio del pasado a?o el no venci¨® por 46.000 votos, que traducidos en porcentajes signific¨® un 50,7 en contra y un 40,3 a favor, mientras que la diferencia de votos de ayer es 10 veces superior, alrededor de 450.000 votos, en un pa¨ªs de poco m¨¢s de cinco millones de habitantes. "Soy un hombre feliz", dijo el primer ministro dan¨¦s, el socialdem¨®crata Poul Nyrup, Rasmussen.
Este ¨²ltimo se?al¨® que la ratificaci¨®n de Maastricht "es una buena decisi¨®n para Dinamarca y una 'buena decisi¨®n para Europa".Dato fundamental para comprender el car¨¢cter de esta jornada es la participaci¨®n electoral, que se ha situado en el 86,2%, m¨¢s de tres puntos por encima de la anterior consulta, que entonces fue del 83,1%. El refer¨¦ndum de 1993 se contar¨¢ entre los de mayor participaci¨®n de la historia de Dinamarca, una historia pr¨®diga en consultas populares (14 exactamente en este siglo).
La participaci¨®n indica que ha habido una aut¨¦ntica movilizaci¨®n ciudadana y que han votado un total de 3.402.493 personas. Quienes advert¨ªan escaso entusiasmo en el acto sobrio de depositar una papeleta, en la urna o quienes calificaban la campa?a de desangelada no hab¨ªan conseguido advertir los signos de una politizaci¨®n profund¨ªsima que ha acercado las instituciones europeas a los ciudadanos daneses en una medida posiblemente desconocida en todo el resto de Europa.
Aqu¨ª cualquier honorable vecino, de la condici¨®n que sea, tiene buena y suficiente informaci¨®n sobre la Comunidad Europea. En alguna medida, el disgusto que dieron los daneses a los m¨¢s fervientes partidarios de la construcci¨®n europea el a?o pasado se troca ahora en una aut¨¦ntica lecci¨®n de conciencia democr¨¢tica y de civismo.
El s¨ª dan¨¦s fue recibido ayer con optimismo en las capitales de los pa¨ªses de la CE. El presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, se felicit¨® durante un mitin en Logro?o de la decisi¨®n de los daneses, al igual que hicieron dirigentes de los partidos parlamentarios.
Pasa a la p¨¢gina 3 M¨¢s informaci¨®n en la p¨¢gina 2 Editorial en la p¨¢gina 14
Dinamarca abre una etapa de optimismo europeo
Viene de la primera p¨¢gina
De ser ciertas las palabras pronunciadas por Rasmussen y el, ministro de Exteriores dan¨¦s, Helveg Petersen, con la fiebre de los resultados, nos encontrar¨ªamos en el principio de una nueva etapa de eurooptimismo, en la que la Comunidad est¨¢ destinada a hacerse m¨¢s amplia y m¨¢s pr¨®xima a sus ciudadanos. En t¨¦rminos de pol¨ªtica interior danesa, el resultado de ayer es tambi¨¦n una victoria brillante del gobierno que preside el socialdem¨®crata Poul Nyrup Rasmussen.
Su predecesor, el conservador Poul Schl¨¹ter, que caracole¨® a la cabeza de gobiernos minoritarios durante 10 a?os, hasta caer en enero por un peque?o esc¨¢ndalo pol¨ªtico, derram¨® un punto de melancol¨ªa en el ambiente de fiesta que reinaba en su partido: "Me hubiera gustado hacerlo yo, en vez de los socialdem¨®cratas".
Rasmussen ha conseguido llegar al Gobierno y obtener un ¨¦xito hist¨®rico s¨®lo escasos meses despu¨¦s de haber desbancado al anterior l¨ªder de la socialdemocracia, Svend Auken, en abril de 1992. Su gesta, doblegando a los votantes de su propio partido, evoca en alg¨²n aspecto la realizada por Felipe Gonz¨¢lez con el refer¨¦ndum de la OTAN. "Nuestra prioridad era ganar el refer¨¦ndum y esto ya est¨¢ conseguido", asegur¨® su radiante ministro de Exteriores, Petersen, que anunci¨® inmediatamente una agenda europea cargada de trabajo, en la que ocupan la primera fila los pa¨ªses de la ampliaci¨®n (Austria, Finlandia, Suecia y Noruega) y la segunda los pa¨ªses de Europa oriental y central.
Para los primeros anunci¨® la ampliaci¨®n a principios de 1995 y para, los segundos asegur¨® que la pr¨®xima cumbre de Copenhague, en junio, estar¨¢ dedicada a la apertura comercial y pol¨ªtica de la CE hacia el Este. Petersen asegur¨® que su gobierno escuchar¨ªa y tendr¨ªa en cuenta a la parte muy importante de poblaci¨®n que ha votado en contra. "Pero actuaremos bajo el mandato del s¨ª", a?adi¨®.
La votaci¨®n de ayer culmina un proceso que empez¨® cuando siete de los ocho partidos parlamentarios firmaron en octubre un compromiso nacional para la ratificaci¨®n de Maastricht, que fue adoptado por los Doce en la Cumbre Europea de Edimburgo, en diciembre. Los daneses obtuvieron all¨ª la f¨®rmula jur¨ªdica, que les ha permitido ahora ratificar el Tratado sin modificarlo, pero satisfaciendo sus aspiraciones.
El resultado de todo este proceso es lo que aprobaron ayer los casi tres millones y medio de daneses que acudieron a las urnas: Dinamarca acepta plenamente al Tratado de Maastricht y convierte en ley propia los Acuerdos de Edimburgo, lo cual significa que s¨®lo otro refer¨¦ndum puede deshacerlos.Excepciones danesas
Estos acuerdos significan que Dinamarca decide ya ahora uno de los varios caminos optativos abiertos en el Tratado: no se incorpora a la moneda ¨²nica, a la defensa com¨²n, a la pol¨ªtica policial y judicial y hace aclaraciones a varios puntos del Tratado, principalmente al significado de la ciudadan¨ªa europea.
Ahora es el turno de John Major que deber¨¢ cumplir su promesa de culminar la ratificaci¨®n del Tratado de Maastricht en el Parlamento brit¨¢nico, una vez superada la consulta en Dinamarca. "Tengo un mensaje muy bueno para los euroesc¨¦pticos", asegur¨¦ el ministro de Exteriores dan¨¦s. "Ustedes han perdido una batalla en Dinamarca y espero que la pierdan ahora en Gran Breta?a".
Casi un a?o despu¨¦s del enorme descarrilamiento dan¨¦s, el Tratado est¨¢ de nuevo sobre las v¨ªas, aunque el cansancio de los maquinistas y el deterioro general de la econom¨ªa impiden saber con certeza si el tren enfilar¨¢ a toda velocidad los pr¨®ximos a?os de construcci¨®n europea o adquirir¨¢ el aire pat¨¦tico de una vieja m¨¢quina asm¨¢tica y resoplante que no consigue arrastrar los vagones. Los enemigos de Maastricht, tal como han anunciado en las ¨²ltimas horas de la campa?a, deber¨¢n seguir resign¨¢ndose a profetizar la muerte segura del Tratado, independientemente del resultado.
Uno de los l¨ªderes m¨¢s destacados, el europarlamentario Jens-Peter Bonde, asegur¨® ayer a El PA?S, al conocer el resultado que "Maastricht morir¨¢ en cualquier caso". Seg¨²n estos movimientos de oposici¨®n, la popularidad del Tratado ha ca¨ªdo por los suelos en el ¨²ltimo a?o.
Grupos de manifestantes salieron anoche a las calles de Copenhague para mostrar su satisfacci¨®n o su disgusto por los resultados. La polic¨ªa tuvo que dispersar con tiros al aire una concentraci¨®n de j¨®venes de movimientos alternativos y contrarios al Tratado de Maastricht.
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