Hacia una Camboya sin guerra
Hoy termina la campa?a para la elecci¨®n democr¨¢tica y libre de un Gobierno capaz de pacificar este pa¨ªs del sureste asi¨¢tico
Los tres modernos Mercedes y el Volvo ¨²ltimo modelo aparcados en la sede de uno de los dos partidos con posibilidades de ganar las pr¨®ximas elecciones generales de Camboya tienen gancho y casan con el mensaje de la formaci¨®n que lidera el hijo del pr¨ªncipe Norodoni, Sihanuk (Funcipec). "Disponemos de nuestra propia emisora de televisi¨®n, y a trav¨¦s de ella mostramos a nuestra gente la Camboya que en tiempos fue rica y pr¨®spera. No lo saben porque la mayor¨ªa ha nacido entre guerra y guerra", dice Marta Pok, portavoz de Funcipec. Hoy termina la campa?a electoral, con 20 partidos en disputa, y la pacificaci¨®n de este avispero indochino fue la promesa m¨¢s repetida. Tambi¨¦n la de m¨¢s dif¨ªcil cumplimiento.
Marta es una joven que supera en estatura la media nacional y viste trajes de alta costura y sedas en un pa¨ªs de harapos, malaria y mugre. Volvi¨® a Camboya no hace dos a?os para intentar compartir con sus nueve millones de compatriotas algo de la abundancia y el progreso que parece haber disfrutado lejos de este pa¨ªs asi¨¢tico que sale de una escabechina para entrar en otra. Regres¨® a una naci¨®n feraz en viudas y mutilados de guerra que dentro de tres d¨ªas acudir¨¢ a las urnas entre alambradas y sacos terreros, escoltada por 22.000 soldados y funcionarios de la ONU.El pesimismo sobre sus resultados es generalizado. "Votar¨¦ a quien me asegure el arroz", dec¨ªa uno. A media ma?ana de ayer eran m¨¢s numerosas las personas concentradas junto a una lista de ofertas de trabajo como conductores, int¨¦rpretes o barrenderos en la plantilla de esta fuerza internacional, que los asistentes a un mitin pr¨®ximo. La participaci¨®n electoral ha sido, sin embargo, esperanzadora teniendo en cuenta la ausencia de precedentes, la ignorancia, la incomunicaci¨®n, y las constantes violaciones del alto el fuego, suscrito en Par¨ªs en 1991.
"Les hemos ayudado en lo posible. La responsabilidad principal es de ellos, no de la ONU. Parece que no saben hacer otra cosa que pelear", se?ala Carlos Polcaro, capit¨¢n del batall¨®n uruguayo. No todos son de esa opini¨®n en esta ciudad, f¨¦rtil en delincuencia callejera, corrupci¨®n oficial, especulaci¨®n inmobiliaria y negocios de rentabilidad y desmantelamiento inmediatos. "Son muchas manos en la olla", subraya un diplom¨¢tico aludiendo al diferente enfoque del conflicto entre naciones como China, Francia, Jap¨®n, Estados Unidos o Indonesia, todas ellas patrocinadoras del incumplido acuerdo de paz.
Pura ilusi¨®n
La Camboya de pasarela que promete Funcipec es ahora una pura ilusi¨®n. Los jemeres rojos contin¨²an emboscando convoyes, bombardean acuartelamientos y asustan al electorado rural. El de origen vietnamita qued¨® diezmado despu¨¦s de los ametrallamientos de varias de sus aldeas y asentamientos. Matones gubernamentales completan la jornada con el apaleamiento o asesinato de adversarios pol¨ªticos. "Los jemeres rojos no atacar¨¢n frontalmente la capital pero pueden recurrir al terrorismo urbano como hicieron hace poco lanzando una granada contra un bar vietnamita", afirmaba un joven que alquila su coche al mejor postor. Un embajador occidental, con la residencia a oscuras por falta de suministro el¨¦ctrico, piensa que el boicoteo, que se ha cobrado m¨¢s de 100 vidas en pocas semanas, no tiene como objeto final impedir la consulta, en la que participan 4,7 millones de personas, sino restarle importancia. "Saben que la pierden. Una vez celebrada, y desde una posici¨®n de fuerza, podr¨¢n negociar con el ganador una participaci¨®n en el poder".La impotente UNTAC (Autoridad Provisional de la ONU en Camboya) descargaba ayer centenares de urnas made in Canada en el destartalado estadio de Phnom Penh y distribu¨ªa 6.500 chalecos antibala entre inspectores y polic¨ªas. Aviones militares evacuan las familias de los funcionarios, se advierte a la prensa extranjera que no salga de la capital y helic¨®pteros de transporte son artillados para repeler posibles agresiones desde las bases de la guerrilla mao¨ªsta que acab¨® con un mill¨®n de compatriotas cuando estuvieron al frente del Gobierno entre 1975 y 1978.
Adem¨¢s, el n¨²mero de colegios electorales se ha reducido porque en zonas que registran un fuerte duelo artillero ser¨¢ imposible la emisi¨®n del voto. ?ste decidir¨¢ los 120 miembros de la nueva Asamblea constituyente y el Gobierno instalado en 1978 por la invasi¨®n vietnamita, con su Partido del Pueblo, de Camboya (CCP) puede hacerse con la mayor¨ªa. El CCP, que encabeza con los j¨¦meres rojos la relaci¨®n de acusados por delitos de violencia e intimidaci¨®n, dispone de los principales resortes para conseguir el triunfo en las urnas. Sus portavoces conservan en gran parte el viejo estilo de las formaciones comunistas cuando algo no les interesa, y la prensa, m¨¢s que inter¨¦s despierta molestias: "Rellene esa hoja y especifique las preguntas. Ya le llamaremos".
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