Forcejeos vecinales en el desalojo del ¨²ltimo inquilino de la casa de Juli¨¢n Besteiro
Se hicieron fuertes en un portal del centro. Se abrocharon bien las chaquetas las mujeres, por la fresca, y se enfrentaron, a gritos y con forcejeos, a los guardias que desalojaron al ¨²ltimo inquilino de Milaneses, 2, una casa protegida donde vivi¨® Juli¨¢n Besteiro. El vecino y los muebles salieron, pero el funcionario municipal carg¨® con los insultos -"Iadr¨®n" le gritaban- y el -Ayuntamiento garantiz¨® que el edificio protegido se rehabilitar¨¢ en vez de tirarse. Pero muchos de los 50 vecinos que estaban all¨ª, con su vivienda amenazada -hay 84 as¨ª en el 1 distrito-, lo pon¨ªan en duda.
La primera l¨ªnea del frente estaba formada, a las 9.30 en punto, por cuatro mujeres apostadas en el portal por donde pas¨® muchas veces el l¨ªder socialista Juli¨¢n Besteiro. Dos pisos m¨¢s arriba aguardaba Jos¨¦ Mac¨ªas, un hombre de 63 a?os que era el ?ltimo inquilino de la casa de cuatro plantas que est¨¢ declarada en ruina parcial. La m¨¢s habladora de las que escoltaban el portal¨®n era una cuarentona de cara redonda que vive, por 6.000 pesetas al mes, en una casa del centro donde naci¨® hace 42 a?os: "Desquiciadas de los nervios nos tienen. El due?o nos arregla por un lado y abre agujeros por otro".
Zarandeos al concejal
"Pues yo", chillaba una bajita canosa, "les voy a recibir a tiros el d¨ªa que me quieran sacar". La se?ora ten¨ªa muchas cosas en com¨²n con el inquilino de arriba, a la saz¨®n el marido -separado- de una de las due?as de la casa. La mujer canosa vive en la calle del Amparo, 8, en una casa de protecci¨®n integral que hay que conservar en teor¨ªa, pero que tiene un expediente de ruina judicial pendiente, como otras 84 casas catalogadas del centro, que est¨¢n amenazadas por la piqueta.La animaci¨®n la pon¨ªa, micr¨®fono en mano, Mar¨ªa Roces, responsable de vivienda de la Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos: "Vamos todos al portal contra el Ayuntamiento especulador".
A las 9.35 apareci¨® por una esquina el secretario de la Junta de Centro, Enrique Mezquita, rodeado por cuatro polic¨ªas. Las mujeres cerraron filas, se oyeron gritos y el concejal socialista Jos¨¦ Mar¨ªa de la Riva se uni¨® al grupo. Los agentes se tornaron con contundencia la tarea de abrir paso al funcionario. Unos cuantos empujones y las se?oras ya estaban en la acera. El ¨²nico que resisti¨® un poco m¨¢s el zarandeo fue el edil, pero el secretario de la Junta y el cerrajero subieron.
"Que d¨¦ la cara la concejal", chillaban a la puerta. "S¨ª", dec¨ªa De la Riva, coloc¨¢ndose la chaqueta, "que vengan y que no manden a unos funcionarios que no tienen la culpa". "As¨ª se ve el gobierno de UCD", gritaban un par de vecinos, un poco trasnochados.
"Ma?ana me tocar¨¢ a m¨ª", dec¨ªa, en la calle, Nicasio Abramo, el due?o del bar Chiky, en los bajos de la casa. "Y cuando todos est¨¦n fuera, van y lo tiran por dentro y se lo alquilan a una empresa para oficinas", insist¨ªa un miembro de la asociaci¨®n de vecinos, que est¨¢ en plena campa?a por el casco antiguo. "Y adem¨¢s, como el Ayuntamiento no destina un duro a rehabilitar, a ver si los propietarios pueden con esto", dec¨ªa el edil socialista Gin¨¦s Mel¨¦ndez. Tambi¨¦n estaban dos concejales de IU, F¨¦lix L¨®pez Rey y Alfredo March¨¢n.
Un paseo con escolta
El Ayuntamiento ya inform¨®, en 1976, del mal estado de las bajantes (red sanitaria), seg¨²n los vecinos, y tras 10 requerimientos el Ayuntamiento aconsejaba sancionar con todo rigor a la propiedad, "dada su contumaz desobediencia". La ruina ha venido por v¨ªa judicial y Gerencia de Urbanismo ha decretado la ruina parcial de la parte de atr¨¢s del edificio.La ¨²nica objeci¨®n que puso el inquilino del segundo al desalojo era que no le gust¨®, para sacar sus muebles, el cami¨®n que tra¨ªa el Ayuntamiento. A las 11.00 sali¨® el secretario de la Junta -ejecutor de la decisi¨®n de la Gerencia de Urbanismo-, y, con escolta policial, se fue a la plaza Mayor con un s¨¦quito de gritos -"ya tendr¨¢ ¨¦l su casa", "ladr¨®n", "fuera"La concejal del distrito, Mar¨ªa Antonia Su¨¢rez, no fue al desalojo, pero luego garantiz¨® a los periodistas que la parte ruinosa de la casa ser¨¢ reparada y que para ello los propietarios tienen cinco d¨ªas. Si no, el Ayuntamiento la rehabilitar¨¢ y pasar¨¢ la cuenta al due?o. "El inquilino, casado con una de las duenas, que tiene otro piso y un chal¨¦ en Villalba, volver¨¢".
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