La garant¨ªa del secreto
En Plinom, Penh, ocupada por cascos azules con chalecos antibalas y pertrechos de campa?a, intimidan los agentes del Partido del Pueblo de Camboya (CPP), que lidera el primer ministro, Hun Sen. Los vigilantes ex comunistas escrutan como sus compatriotas eligen a los 120 diputados de la Asamblea que tendr¨¢ como primera y principal misi¨®n la redacci¨®n de una nueva Constituci¨®n para Camboya.Partiendo de la capital , la carretera que acompa?a el trazado del Mekong hacia la provincia de Kompong Chan est¨¢ controlada por patrullas del ej¨¦rcito gubernamental, algunas facinerosas y delincuentes al exigir peajes cuando la soldada se retrasa. Los habitantes de los tres municipios de chozas de palma visitados en un recorrido de una hora y media en coche votaban con inter¨¦s y en silencio, sin apenas hablarse mientras hac¨ªan la cola. Pocos identificaban sus preferencias y algunos corros se abr¨ªan, entre divertidos y recelosos, al ser abordados para conocer sus intenciones. Destacaba el miedo al Gobierno.
Quien acept¨® hablar, afirm¨® que vot¨® por la paz. La Autoridad Provisional de Naciones Unidas en Camboya (Untac) prometi¨® que el voto es secreto y casi todos se atienen a esa garant¨ªa. "Ni mi mujer lo sabe", aseguraba un empleado municipal.
Una veintea?era que devor¨® dos mazorcas de ma¨ªz en otras tantas dentelladas se escurre y un matrimonio en torno a los 50 recuerda los padecimientos de la dominaci¨®n del genocida Pol Pot. El marido admite que defendi¨® la lista del CPP porque le liber¨® de los jemeres rojos, que asesinaron a sus hijos y a cinco nietos. Recuerda el matrimonio haber votado cuando Lon Nol, la marioneta con la que Estados Unidos derroc¨® al pr¨ªncipe Sihanuk en 1970, que organiz¨® unos comicios tan sucios como la charca pr¨®xima a las urnas donde hozaban varios cerdos. "En aquella ocasi¨®n, nos ofrec¨ªan dinero, ahora no", dice el marido.
El principe Ranarrid est¨¢ casado con una musulmana y en la aldea Masid Akber cuenta con un electorado fiel. A pesar de ello, un soldado del contingente paquistan¨ª de cascos azules con un detector de metales registra a todos los votantes apelotonados junto a la entrada del colegio. "Votaremos toda la familia", reconoc¨ªa una madre de siete. Ranarrid asegur¨® que para gobernar no har¨¢ coalici¨®n con los jemeres rojos, puestos que han boicoteado las elecciones.
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