In¨²til mortaja

La pieza Ahora me toca bailar con la m¨¢s fea es un batiburrillo de fragmentos sueltos, voces, m¨²sicas y gimnasia con aparatos que no conduce a ning¨²n puerto. Se naufraga desde las primeras frases y es solamente en la escena final cuando hay algo interesante, terminado, espectacular. Pero son apenas unos minutos de respiro tras una fatigosa hora de desaciertos y desatino.Avelina Arg¨¹elles tiene un consolidado prestigio como profesora en el Institut del Teatre de Barcelona, y muchos bailarines hechos de hoy han pasado por sus manos y lo agradecen. Pero hay un abismo entre la buena did¨¢ctica y el acto creativo; la maestra explora frases con los bailarines, pero eso no quiere decir que se descubra materia coreogr¨¢fica, que se estabilicen nuevas lecturas. Ella tuvo en los a?os ochenta una buena racha con algunas piezas cortas de inventiva, resueltas con gracia en la manipulaci¨®n de objetos integrados a la danza. De aquello casi no logra entreverse nada en esta obra que pretende narrar los efectos que la agon¨ªa paterna han dejado sobre la artista.

Ya en la pieza 1980 Pina Bausch recre¨® el amortajamiento del amado, pero lo hizo con una sutil poes¨ªa, hasta el punto de que la dur¨ªsima escena pasaba sin rechinar entre las otras. Avelina Arg¨¹elles ha hecho un honesto intento psicoanal¨ªtico de terminar con la umbilicalidad paterna, pero le ha salido francamente mal.