Las pel¨ªculas 'Adi¨®s a mi concubina' y 'El piano' comparten la Palma de Oro
Wim Wenders obtiene el Premio Especial del Jurado con 'Tan lejos, tan cerca'
Adi¨®s a mi concubina, del chino Chen Kaige, y El piano, de la neozelandesa Jane Campion, obtuvieron ayer ex aequo la Palma de Oro del Festival de Cannes. La pel¨ªcula Tan lejos, tan cerca, del alem¨¢n Wim Wenders, fue galardonada con el Premio Especial del Jurado, mientras que el de la Cr¨ªtica Internacional (Fipresci) fue tambi¨¦n para Kaige. El filme del director chino narra la pasi¨®n de un tri¨¢ngulo amoroso sobre un fondo de ¨®pera. El piano, de Jane Campion, se centra la historia de una mujer muda que s¨®lo puede expresarse tocando el piano.
Siempre hay, entre los cambalaches que los jurados de Cannes negocian con las presiones exteriores en las bambalinas del festival, alguno que se escapa de toda l¨®gica y da lugar a un disparate tan claro, que no hay coartada, por h¨¢bil que sea, que lo sostenga y todo en ¨¦l huele a un chistoso y siniestro arreglo, a un desvergonzado pacto pol¨ªtico, industrial o de simples amiguetes.Entre los 3.000 periodistas acreditados en La Croisette hab¨ªa, desde el inicio del concurso, el temor -fundado, porque tiene antecedentes- de que la desverg¨¹enza de turno beneficiar¨ªa este a?o a la pel¨ªcula francesa Mi estaci¨®n preferida. Error de c¨¢lculo: se sobrevalor¨® la influencia y el descaro del chovinismo franc¨¦s y en cambio se infravalor¨® la insidia de que es capaz la complicidad y la inercia que crean sobre la industria del cine la presi¨®n de los grandes nombres, por huecos que ¨¦stos sean.
Nombre hueco
Uno de estos nombres, cada d¨ªa m¨¢s hueco, es el de Wim Wenders, cuyo premio fue coreado -mientras en la ceremonia de gala se o¨ªan tibias palmas de incredulidad- en la sala Debussy, atestada por casi 2.000 periodistas de todo el mundo que segu¨ªan en la gran pantalla la ceremonia en directo, por una risotada colectiva y un abucheo posterior tan redondo y espectacular que es imposible describirlo: no entra tanta algarab¨ªa en el silencio blanco de un papel. Su -no mala, mal¨ªsima- pel¨ªcula Tan lejos, tan cerca gan¨® el Premio Especial cuando antes hab¨ªa ganado, esta vez merecidamente, en los paneles de calificaci¨®n colectiva elaborados por la cr¨ªtica especializada la puntuaci¨®n m¨¢s baja de una selecci¨®n de pel¨ªculas en la que hab¨ªa muchas literalmente deleznables e incluso bajo m¨ªnimos profesionales.
Pero de las risotadas y los abucheos que provoc¨® el premio al ex cineasta alem¨¢n se pas¨® en unos cuantos minutos perplejos a la ovaci¨®n un¨¢nime, cuando son¨® el de la joven australiana Jane Campion seguido por el titulo de su pel¨ªcula El piano, como ganadora de la Palma de Oro. Y segundos despu¨¦s de la ovaci¨®n se pas¨® al delirio, cuando Louis Malle, presidente del jurado internacional, anunci¨® la concesi¨®n de otra Palma de Oro al cineasta chino Chen Kaige.
La indignaci¨®n y la burla provocadas por la estafa llamada Wenders, se convirtieron de repente en una fiesta, que borr¨® el funeral que la precedi¨®. Tal vez hubo un sutil c¨¢lculo psicol¨®gico por parte del jurado para, de esta manera, provocar un violento trueque de respuestas y hacerse perdonar con una verdad final la mentira del principio.
Un d¨ªa antes de esta accidentada sesi¨®n de clausura se dio a conocer un premio muy significativo, pues es el m¨¢s cre¨ªble -a causa de la independencia de quienes lo conceden y de la solvencia de los criterios que emplean- de cuantos se conceden en los festivales internacionales. Este premio tiene car¨¢cter extraoficial y es concedido por la Federaci¨®n Internacional de Periodistas Cinematogr¨¢ficos (Fipresci). En Cannes 93 este premio fue a parar -no pod¨ªa ser de otra manera- a Adi¨®s a mi concubina, indiscutiblemente, y con gran diferencia sobre el resto, la mejor obra exhibida tanto dentro como fuera del concurso: una pel¨ªcula estremecedora, que consagra mundialmente a un cineasta de primera magnitud, Chen Kaige, que ya fue premiado aqu¨ª por la Fipresci en 1988 por El rey de los ni?os, obra magistral que ha sido menospreciada por quienes gobiernan el comercio cinematogr¨¢fico. Ahora este comercio ya no podr¨¢ ignorarla: el triunfo de Adi¨®s a mi concubina abre el paso a la obra completa de un cineasta que ya tiene un lugar propio en el cine moderno.
Apoyo p¨²blico
Otros nombres -los directores Ken Loach, Hau Hsiao Hsien; y los int¨¦rpretes Jolly Hunter y David Thewlis- fueron acogidos calurosamente por el p¨²blico no domesticado y con opini¨®n propia. Sus trabajos son magn¨ªficos, extraordinarios y, junto con el de los creadores de las dos palmas de oro, los ¨²nicos que sobrevivir¨¢n a la muerte, anoche, de Cannes 93, que pasar¨¢ al recuerdo como una de las peores ediciones de la ¨²ltima etapa de este festival.
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