Leandro

La d¨¦cada socialista ha pasado por la provincia de Segovia con m¨¢s pena que gloria. Ni les han puesto el AVE, ni les han montado la Expo, ni tan siquiera unos Juegos Ol¨ªmpicos. Nada de nada. Con una larga tradici¨®n suarista, menos de 150.000 habitantes y una poblaci¨®n agraria en reconversi¨®n forzosa, la gran noticia de los ¨²ltimos a?os ha sido, para los segovianos, el anuncio del Fin del mundo: resulta que, por si faltaba algo, el acueducto se cae."Mucho te quiero perrito, mientras me des un chusquito". Leandro Vicente, 69 a?os, es uno de los ¨²ltimos cinco habitantes de Gal¨ªndez, un barrio de Aldealuenga de Pedraza que no sale ni en los mapas. El Mercado Com¨²n le ha vuelto loco. Primero tuvo que dejar las vacas, porque la leche que se importaba era m¨¢s barata, y se pas¨® a los chotos. Luego se encontr¨® con que los chotos no se los pagaba nadie y decidi¨® venderlos y convertirse en rentista a cambio del 10 por ciento. No es un caso ¨²nico; forma parte de un ej¨¦rcito de espa?oles en derribo a los que el futuro solamente les puede traer una pensi¨®n. Sin embargo, no se queja. "?Cu¨¢ndo hemos vivido como ahora?, ?cu¨¢ndo un jubilado ha cobrado una pensi¨®n de 55.000 pesetas?". Nunca, desde luego. Leandro vive en un pueblo sin bar, sin cura, sin guardia civil y sin tienda de comestibles. Est¨¢ aislado, pero no ciego. Por eso sabe que la vida ha subido mucho, pero cree que administr¨¢ndose, con esa cantidad se puede vivir. Aunque no es votante socialista, se hace cargo de las cruces del poder. "Un equ¨ªvoco lo tiene cualquiera. Ahora se han dado cuenta y lo est¨¢n rectificando".

Mar¨ªa, su mujer, para variar no est¨¢ de acuerdo. Discutidora por vocaci¨®n, le parece fatal todo lo que est¨¢ pasando con las vacas, con la carne y con la campa?a electoral. Como otros muchos espa?oles, odia que los pol¨ªticos se peleen. "Todos quieren, todos quieren y es para llevarse la mano al bolso". Apenas est¨¢ viendo los debates porque en el pueblo no llega bien la primera cadena. ("Escribe que me gusta Tele 5, que se ve muy bien. Me encantan Queridos Padres y Querida Concha"). Dice que se est¨¢ pensando el voto y miente descaradamente. En un momento, pasa de votar en blanco a decantarse por Aznar o acordarse de Manuel Fraga, a quien sin duda nunca ha apoyado. Da igual; no quiere decir lo que va a hacer. Para ella el voto sigue siendo secreto.

"A m¨ª lo que me gustar¨ªa es votar a los tres y que luego se arreglaran entre ellos, a ver si es verdad todo lo que dicen". Leandro dice que "hay que dejarse de tonter¨ªas. Tiene que salir alguien que diga: 'Esto hay que arreglarlo, porque hay que arreglarlo de la manera que sea'. Y ya est¨¢". En cualquier caso, ¨¦l lo ve muy negro. "Me parece que lo que va a pasar es que vamos a cambiar de molinero, pero no de ladr¨®n".