Golpe en Guatemala
EL "AUTOGOLPE" de Estado del presidente de Guatemala, Jorge Serrano, con el que concentra en sus manos todos los poderes y disuelve el Parlamento y la Corte Constitucional, es casi un calco del que realiz¨® Fujimori en Per¨² hace un a?o. Serrano justifica su golpe con los mismos pretextos: la necesidad de luchar contra la corrupci¨®n y de depurar los "m¨¦todos democr¨¢ticos", en vista de lo cual aplica la censura a los peri¨®dicos y suspende las emisoras de televisi¨®n y radio que no repiten sus consignas. Jorge Serrano es un pol¨ªtico de extrema derecha, denunciado en los foros internacionales por sus violaciones de los derechos humanos. Ahora va m¨¢s lejos: quiere liquidar las instituciones democr¨¢ticas e imponer un poder autoritario. Todo ello, impulsado por altos mandos militares que siempre se han opuesto al avance de la democracia.Guatemala es el pa¨ªs de Centroam¨¦rica en el que la lucha de las guerrillas de la Uni¨®n Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) se prolonga desde hace m¨¢s tiempo. ?sta tiene un fuerte respaldo campesino, sobre todo en zonas de poblaci¨®n ind¨ªgena. Mientras en El Salvador y en otros casos la lucha armada est¨¢ desapareciendo, las negociaciones entre la URNG y los enviados del Gobierno, patrocinadas en M¨¦xico por la Iglesia, han fracasado repetidamente. La cerraz¨®n de Serrano determina esta lamentable excepcionalidad de Guatemala. Pero no se han contentado con ello los militares y han presionado para que la democracia sea liquidada.
Un dato positivo en el confuso presente es el de la amplitud de la oposici¨®n al golpe. La Corte Constitucional se ha reunido a despecho de las ¨®rdenes presidenciales y ha declarado nulos todos los decretos de Serrano que suspenden la legalidad. El Procurador de los Derechos Humanos (equivalente al Defensor del Pueblo en Espa?a), escapado de la polic¨ªa, ha hecho una declaraci¨®n solemne pidiendo a Serrano que renuncie a sus planes. Pr¨¢cticamente todos los partidos se han pronunciado en igual sentido. El ministro de Trabajo, Mario Sol¨®rzano, ha dimitido de su cargo, y la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchu, conocida por su esforzada labor en defensa de los ind¨ªgenas, denunci¨® tambi¨¦n la maniobra golpista.
En el plano internacional las condenas han sido numerosas. Los Gobiernos de Madrid y de Washington fueron los primeros en denunciar al golpista Serrano. En Chile, el Parlamento Latinoamericano ha pedido la expulsi¨®n de Guatemala de esa instituci¨®n. En cuanto a la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), ha convocado una reuni¨®n de cancilleres para estudiar las medidas que deben ser adoptadas. Conviene que ¨¦stas tengan la mayor operatividad y que se pongan en marcha con toda urgencia. Por ahora, a¨²n logran hablar en Guatemala entidades y personas en defensa de la democracia. Pero si no hay una acci¨®n internacional eficaz, Serrano lograr¨¢ acallar esas voces con la ayuda de la polic¨ªa y del Ej¨¦rcito. De ah¨ª la necesidad de un apoyo exterior a la Corte Constitucional y la urgencia del env¨ªo de observadores internacionales que vigilen el respeto de los derechos humanos y denuncien los actos de represi¨®n.
Por otra parte, la comunidad internacional (y de un modo particular Espa?a, unida por tantos lazos a Latinoam¨¦rica) debe tomar medidas que corten esta moda latinoamericana de golpes, militares o civiles, que est¨¢n destruyendo numerosos sistemas democr¨¢ticos: Per¨², Hait¨ª, los intentos en Venezuela, ahora Guatemala. Si en este ¨²ltimo caso se aplican sanciones de verdad (a un pa¨ªs con gran dependencia econ¨®mica del extranjero) ser¨ªa posible impedir la consolidaci¨®n de un nuevo r¨¦gimen dictatorial. Ello exige una acci¨®n diplom¨¢tica r¨¢pida.
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